Trump firma Tratado Comercial con México y Canadá en Casa Blanca

El mandatario estadounidense firmó el acuerdo en presencia del canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón

Este miércoles, el presidente Donald Trump firmó el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en presencia del canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, en la Casa Blanca.

“Es un día de grandes celebraciones en los tres países”, expresó el mandatario ante unos 400 invitados, entre ellos miembros de su gabinete, legisladores, trabajadores, agricultores y funcionarios mexicanos y canadienses.

El T-MEC que reemplaza el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ya ha sido aprobado en los congresos de Estados Unidos y México, y solo falta que Canadá ratifique el pacto, la cual ya inició el lunes pasado.

Trump cumplió una de sus promesas de campaña de 2016, en la que pidió renegociar el tratado comercial, e incluso había amenazado con abandonar el TLCAN si no conseguía mejores beneficios para su país.

Por tanto, queda esperar a que el Parlamento canadiense avale el pacto, para que entre en vigor 90 días de su promulgación.

Aprueba la Cámara Baja el T-MEC

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría demócrata, aprobó el jueves el nuevo pacto comercial norteamericano T-MEC, un paso crucial hacia su ratificación y una victoria para el presidente republicano Donald Trump que forzó su negociación.

El proyecto de ley para implementar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) recibió un amplio apoyo bipartidista en la Cámara baja estadounidense (385 votos a favor, 41 votos en contra), pero para entrar en vigor aún tiene que esperar la luz verde del Senado, dominado por los republicanos.

Su consideración en la Cámara alta todavía no tiene fecha, aunque se espera que sea en el primer trimestre de 2020.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, advirtió la semana pasada que la votación “probablemente” deba esperar hasta el final del juicio político de Trump, cuyo inicio está previsto para principios de enero con duración indefinida.

El T-MEC fue acordado para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994 y considerado «el peor acuerdo comercial de la historia» por Trump, quien al asumir en 2017 obligó a sus pares a revisarlo bajo amenaza de desvincular a Estados Unidos.

El principal negociador estadounidense, el representante comercial Robert Lighthizer, calificó de «hito» la confirmación del texto en la Cámara con tanto respaldo de ambos partidos. «Muestra cuán exitosamente el presidente Trump está cambiando la política comercial de Estados Unidos», dijo en un comunicado.

Lighthizer dijo que se espera que el T-MEC genere entre 176.000 y 589.000 nuevos empleos estadounidenses y aumente sustancialmente el crecimiento económico.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos dijo que aunque «ningún acuerdo es perfecto», las reformas del nuevo tratado prometieron beneficios sustanciales.

El legislador republicano Will Hurd, quien representa un vasto distrito en la frontera entre Texas y México, lo consideró «esencial» durante el debate previo en la Cámara.

«Casi todos los aspectos de nuestras vidas -la comida en nuestra mesa, la ropa que nos ponemos, el combustible en nuestros autos- depende del libre comercio con México y Canadá», dijo.

“Estamos de buenas”

Desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien apuesta al T-MEC para impulsar la estancada economía de su país, no tardó en celebrar.

“Estamos bien y de buenas”, tuiteó, junto a un video en el que se lo ve siguiendo por internet la votación en el Congreso estadounidense.

En los últimos 25 años, la integración con sus vecinos del norte ha sido clave para México, que multiplicó exponencialmente sus ventas a Estados Unidos adonde envía la mayor parte de sus exportaciones, en particular bienes manufacturados y productos agrícolas.

Según John Ashbourne, economista para mercados emergentes de la firma británica Capital Economics, «el mayor efecto (de la firma del acuerdo), al menos en el corto plazo, será que aumentará la confianza al remover el riesgo de que se caigan las negociaciones. Esto mejorará un poco el clima de negocios», dijo.

Jesús Seade, contraparte mexicano de Lighthizer, consideró «histórica» la votación del jueves en Estados Unidos, destacando en un tuit que el año que llevó este primer paso en la aprobación legislativa, «permitió un mucho mejor tratado» y «augura mayor compromiso y cumplimiento de ambos partidos».

El T-MEC fue firmado inicialmente el 30 de noviembre de 2018, y ratificado por México en junio de este año.

Pero su confirmación en el Congreso de Estados Unidos se complicó porque los legisladores demócratas exigieron previsiones para asegurar el cumplimiento de una reforma laboral mexicana exigida para evitar la competencia desleal con los trabajadores estadounidenses.

Tras meses de negociaciones, se acordaron enmiendas y un nuevo protocolo del T-MEC fue sellado con bombos y platillos el 10 de diciembre en Ciudad de México por los Ejecutivos de los tres países.

La versión final del T-MEC ya fue ratificada por el Senado mexicano el 12 de diciembre, en tanto Canadá ha prometido confirmar el acuerdo una vez que Estados Unidos lo haya adoptado.

Por Ineptitud México no se Da Cuenta que Firma en Tratado

Una propuesta de ley estadounidense para enviar delegados laborales a México en el marco del nuevo tratado comercial entre estos dos países y Canadá (T-MEC o USMCA, en inglés) ha puesto un abrupto fin al ánimo celebratorio tras la firma de un acuerdo en las negociaciones comerciales y ha provocado dudas sobre su futuro.

Este domingo, se esperaba la llegada a Washington de Jesús Seade –el principal negociador mexicano—para discutir el tema, según reportó el diario The Washington Post.

La decisión de enviar cinco delegados estadounidenses a México fue incluida como parte de la legislación previa a la adopción del tratado que busca reemplazar al TLC o NAFTA, en inglés. Pero su contraparte mexicana lo ha rechazado tajantemente.

Seade, también subsecretario para América del Norte, acusó a Estados Unidos de haber ocultado su intención.

«Estas disposiciones, fruto de decisiones políticas del Congreso y de la administración de Estados Unidos, no fueron, por razones evidentes, consultadas con México y desde luego no estamos de acuerdo», dijo el funcionario, según retomó el diario El Economista.

Las prácticas laborales en México fueron uno de los principales puntos de discusión durante la ronda final de negociaciones. Los sindicatos estadounidenses y sus aliados en el Partido Demócrata habían exigido una vigilancia estricta para que se cumpliera la nueva ley laboral en México, que busca se respeten las elecciones sindicales y los contratos laborales.

Durante las negociaciones, Estados Unidos propuso enviar inspectores a México para garantizar que se cumpliría la ley. Pero México rechazó la idea, argumentando que violaría su soberanía e iría en contra de sus leyes.

En consecuencia, el acuerdo firmado en la Ciudad de México el pasado 10 de diciembre establecía la creación de paneles tripartitos para resolver las disputas, compuestos por mexicanos, estadounidenses y expertos elegidos por ambos países.

Seade envió una carta este sábado al principal negociador comercial estadounidense, Robert Lighthizer, expresando “la sorpresa y consternación de México”.

“Habría valido la pena que el Senado mexicano esperara”

Ahora, Seade y el Senado mexicano han sido objeto de críticas de expertos y líderes de opinión, quienes los acusan de actuar demasiado pronto y sin el suficiente conocimiento.

El Senado mexicano ratificó el acuerdo del 10 de diciembre dos días después, antes de que la Casa Blanca enviara al Congreso la propuesta de 239 páginas para implementar la ley.

“Bien habría valido la pena que el Senado mexicano se hubiesen esperado a que este texto se hiciese público antes de votar ayer. A ver si no hay parrafeo que sorprende. A leerlo con lupa”, escribió el exembajador y ahora analista Arturo Sarukhan en Twitter el viernes.

Los demócratas en la Cámara de Representantes, donde son mayoría, esperan votar el acuerdo el próximo jueves, un día antes del voto agendado sobre el juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, reportó el portal de noticias Politico.

No está claro si los legisladores estadounidenses atenderán las preocupaciones de su contraparte mexicana, ni las repercusiones que podría tener para el acuerdo ya firmado continuar con la provisión de los delegados laborales.

La propuesta actual contempla la contratación de cinco agregados laborales en la embajada estadounidense en México para monitorear las obligaciones laborales de México bajo el T-MEC.

Seade ha adelantado que México no recibirá las credenciales diplomáticas de ningún tipo de inspectores “disfrazados”.

“Contemplan cinco agregados diplomáticos laborales en México, que no sabemos bien a bien cuál será su función y que por su puesto México jamás aceptará si estos son inspectores disfrazados, por una sencilla razón: la ley mexicana lo prohíbe”, dijo Seade este domingo en Twitter.

Se Acelera Firma de Tratado de Comercio con Canadá y México

Los demócratas aceleran la negociación para ratificar el tratado de libre comercio con México y Canadá

Jared Kushner tiene previsto viajar a México el martes para notificar al Gobierno mexicano sobre el pacto

Los demócratas en el Congreso de Estados Unidos y la Casa Blanca están cerca de cerrar un acuerdo para proceder a la ratificación del tratado de librecambio con México y Canadá (TMEC). El pacto, que debe ser votado por las dos cámaras parlamentarias, podría ser anunciado en medio del proceso de destitución del presidente Donald Trump. La esperanza de la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es que sirva de patrón para futuros tratados comerciales por las medidas que incluye para evitar la fuga de empleos y proteger el medioambiente. El acuerdo entre gobiernos, ha dicho por la mañana el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, se firmará en México este martes, tras una conferencia de prensa de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y una conversación telefónica programada entre López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. 

El texto legislativo del TMEC podría ser sometido a votación antes del 20 de diciembre próximo, previo al receso de Navidad y del arranque formalmente de la campaña a las presidenciales. Se trata en todo caso de una fecha tentativa, ya que la Casa Blanca debe elaborar la propuesta para transmitirla a la Cámara de Representantes para el 15 de diciembre. La adopción después en el Senado será un trámite. 

EE UU, México y Canadá pactan un nuevo acuerdo comercial tras más de un año de tensas negociaciones  

Trump ha reconocido que el acuerdo está ya muy cerca. «Vamos muy, muy bien con el TMEC, he escuchado de parte de los sindicatos que luce muy bien», dijo a la prensa. El representante de Comercio de EE UU, Robert Lighthizer, y el yerno de Trump Jared Kushner tienen previsto viajar a México el martes para cerrar el acuerdo. El Gobierno mexicano ha invitado a las conversaciones en Ciudad de México a la vice primera ministra canadiense, Chrystia Freeland. Así, todos los negociadores de México, EE UU y Canadá se reunirán al mediodía de este martes en el Palacio Nacional en Ciudad de México para evaluar los últimos detalles antes de la ratificación del tratado. 

Por su parte, Pelosi ha sostenido varias reuniones con los negociadores demócratas durante todo el día. La líder demócrata se limitó a decir tras la reunión que estaba “esperanzada”. “Estamos llegando”, añadió, evitando así hacer cualquier anuncio porque dijo que el acuerdo “no está aún finalizado”. Pelosi ha evitado reconocer que el avance del tratado es una victoria para Trump y dijo que aprobarlo «es lo correcto». El demócrata Earl Blumenauer señaló por su parte que esperaba que el anuncio se haga ya este martes. “Estamos en la línea de media yarda”, añadió el congresista Mike Thompson.

Los tres países firmaron el acuerdo en noviembre de 2018, tras dos años de negociaciones. México ya ratificó el TMEC en junio pasado. Canadá optó, sin embargo, por ver cómo avanzaba el proceso de adopción en EE UU. Los negociadores de los tres países dedicaron las últimas dos semanas a elaborar un anexo al tratado que recoge los cambios planteados por los demócratas y responder así también a las dudas planteadas por los sindicatos.

El sustituto del NAFTA, según un estudio de la oficina de Comercio Internacional, tendrá un efecto positivo “moderado” para la economía estadounidense ya que la mayoría de los aranceles en la zona se eliminaron hace un cuarto de siglo. Su efecto se estima en entorno tres décimas porcentuales del PIB, equivalente a unos 70.000 millones de dólares anuales. Creará al menos 176.000 nuevos empleos.

El TMEC contribuye más bien a dar estabilidad y sostener la expansión económica en la región, por la que se mueven sin barreras 1,2 billones de dólares anuales en bienes y servicios. El viejo acuerdo, además, se adapta a la nueva realidad económica con disposiciones en el ámbito de la propiedad intelectual, normas medioambientales, de los servicios financieros y el comercio electrónico.

En el caso del sector automotriz, el más importante por su peso, se establece que el 70% de sus componentes debe estar fabricado en la región para evitar los aranceles. Eso, junto a las reformas laborales que deberá adoptar México para elevar los salarios, podría llevar a los fabricantes a realizar inversiones en EE UU. Como el agrícola, es una industria políticamente clave en las próximas elecciones de 2020.

Los legisladores republicanos urgieron por eso a Pelosi que hiciera lo posible por asegurarse de que el TMEC será ratificado este año, una acuerdo que consideran de “importancia crítica” para mejorar las relaciones comerciales con sus dos socios. “No es demasiado tarde aún”, afirman en una carta en la que citan en concreto los intereses que están en juego para los productores agrícolas y rancheros.

Nancy Pelosi no quiso dar su aprobado hasta no contar con el beneplácito de los sindicatos, que presionaron a los demócratas para que bloquearan la ratificación si no se conseguían las protecciones para evitar que las multinacionales exporten mano de obra hacia México. Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, convocó este lunes al comité ejecutivo para examinar los cambios propuestos tras mantener una conversación con Trump y aseguró que ya no pondrá más obstáculos para la ratificación del acuerdo. 

El ministro mexicano de Exteriores, Marcelo Ebrard, dejó claro en todo caso que había una serie de “líneas rojas” que no iba a aceptar que se rebasaran, en referencia expresa al origen del acero y el aluminio que se usa en la fabricación de los coches. El canciller admitió que México podría acceder a la obligación de que el 70% del acero sea de origen norteamericano, pero que es imposible para el país latinoamericano lograrlo en el caso del aluminio. También se opuso a inspecciones laborales unilaterales por parte de agentes de EE UU. Aunque sí acepta que se establezca un panel para la solución de controversias.

El presidente López Obrador manifestó que se encontraba optimista de que en las próximas horas todas la partes lleguen a un acuerdo. «Ya están los tiempos encima. Yo de manera muy respetuosa, sinceramente, con respeto, le solicitaría a la señora Pelosi que se decida sobre este tema. Ya nosotros hemos cumplido cabalmente y consideramos que es un buen acuerdo para nuestras naciones», dijo en su rueda de prensa matutina de este lunes.