El presidente Donald Trump anunció el fin de semana varias órdenes ejecutivas que dejaron por fuera la posibilidad de entregar otro cheque con fondos federales. Te explicamos cómo quedó este asunto en las fallidas negociaciones sobre un nuevo paquete de estímulo. Sigue aquí lo último sobre la pandemia.
La posibilidad de recibir otro cheque de $1,200 (de $2,400 en el caso de las parejas casadas) concentraba buena parte de la atención de los hogares en Estados Unidos en medio de las hasta el momento fallidas negociaciones entre la Casa Blanca y el Congreso sobre un nuevo paquete de estímulo económico.
Las conversaciones quedaron en un punto muerto el viernes pasado y, el sábado, el presidente Donald Trump reveló varias órdenes ejecutivas cuya practicidad y puesta en vigor están en duda.
En esas medidas, el mandatario tomó en cuenta algunos de los asuntos clave de las entrampadas negociaciones entre el secretario de Tesoro, Steven Mnuchin, el jefe de gabinete, Mark Meadows, y los líderes demócratas Nancy Pelosi y Charles Schumer.
Propuso reducir a $400 semanales el beneficio adicional por desempleo de $600 que venció a fines de julio, estudiar una moratoria a los desalojos en ciertas propiedades y postergar por varios meses el pago del impuesto sobre la nómina y de los préstamos estudiantiles. En esta nota abundamos en el verdadero alcance de estos anuncios.
Sin embargo, ninguna de esas medidas sugeridas abordó el envío de otro cheque con ayuda federal, posiblemente porque es un asunto que requiere el desembolso de miles de millones de dólares que debe por ley ser aprobado por el Congreso. Y las órdenes ejecutivas del presidente buscan precisamente esquivar a los legisladores debido al impasse que se produjo en las negociaciones.
En las conversaciones entre el gobierno de Trump y los legisladores republicanos y demócratas sí hubo consenso en enviar otro cheque siguiendo los parámetros del primero. De hecho ese punto figura dentro del plan presentado hace unas semanas por los republicanos en el Senado, el HEALS Act.
Sin embargo, ello hubiese significado mover miles de millones de dólares en fondos federales por una cantidad similar a la asignada dentro del masivo paquete de ayudas por $2.2 billones (trillones en inglés) de marzo pasado, conocido como el CARES Act.
De acuerdo con datos del Servicio de Rentas Internas (IRS en inglés), hasta inicios de junio había enviado 159 millones de cheques aprobados dentro del CARES Act, por un monto de $267,000 millones.
Abren la puerta a seguir negociando
Una nueva ronda de cheques o de los llamados ‘pagos de impacto económico’ dependerá de si son retomadas las conversaciones entre la Casa Blanca y los líderes en el Congreso. Este domingo, tanto el secretario del Tesoro, Mnuchin, como la líder de la Cámara de Representantes, Pelosi, dejaron abierta la posibilidad de sentarse nuevamente a dialogar.
«Aprobemos proyectos de ley en las cosas en las que concordamos (…) No tenemos que hacerlo todo a la misma vez. Lo que tenemos que hacer es concretar cosas para el público estadounidense ahora y luego regresar (a negociar) otro proyecto de ley», dijo Mnuchin a Fox News.
Por su parte, Pelosi dijo que «podemos conversar sobre cuánto durarán nuestras provisiones para que podamos bajar (la cantidad de fondos requerida), en lugar de que sean hasta fines de septiembre del próximo año, que sean por un período más corto de tiempo, y volvemos sobre ello el próximo año».
Una de los puntos principales que complicaron las negociaciones fue el monto total de un eventual paquete de ayudas. Los demócratas habían presionado por su plan de unos $3 billones y al final de la semana aceptaron recortarlo en $1 billón. Sin embargo, esa cifra seguía estando lejana al número aceptable para los republicanos.