En el Madison Square Garden de Nueva York, un amigo de la infancia de Donald Trump insultó a Kamala Harris y un supuesto comediante ofendió a los puertorriqueños. Precisamente este domingo, Harris cortejó el voto boricua en Pensilvania.
Donald Trump subió al escenario el domingo por la noche en el Madison Square Garden de Nueva York como parte de su recorrido de campaña a nueve días de las elecciones. En el evento varios de sus aliados utilizaran insultos groseros y racistas contra la vicepresidenta Kamala Harris y otros críticos del expresidente.
El candidato republicano comenzó haciendo las mismas preguntas que ha formulado al inicio de cada mitin reciente: “¿Están mejor ahora que hace cuatro años?”. La multitud respondió con un rotundo “¡No!”.
“Esta elección es una elección entre si tendremos cuatro años más de gran incompetencia y fracaso, o si comenzaremos los mejores años de la historia de nuestro país”, dijo tras ser presentado por su esposa, Melania Trump, cuya rara aparición sorpresa se produce después de que haya estado prácticamente ausente en la campaña electoral.
«Has destruido nuestro país. No vamos a seguir contigo, Kamala. Estás despedida, fuera, fuera», dijo el exmandatario en el escenario del Madison Square Garden.
Trump añadió el domingo una nueva propuesta a su lista de recortes fiscales destinados a ganarse a los adultos mayores y a los trabajadores, que ya incluye promesas de acabar con los impuestos sobre las prestaciones de la Seguridad Social, las propinas y el pago de horas extras. Además de un crédito fiscal para los cuidadores familiares.
Por lo demás, Trump repitió frases conocidas sobre política exterior e inmigración, pidiendo la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense y diciendo que el día que asuma el cargo “la invasión inmigrante de nuestro país termina”.
Nueva York no ha votado a favor de un republicano para presidente en 40 años, pero eso no ha impedido que Trump siga insistiendo en que cree que puede ganar.
Los ataques contra Kamala Harris y los comentarios racistas que marcaron la noche en el Madison Square Garden
En el Madison Square Garden de Nueva York, un amigo de la infancia de Trump llamado David Rem catalogó a Harris, que busca convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos, como «el diablo». Con un tono parecido, el empresario Grant Cardone dijo que la demócrata busca «destruir el país».
El evento arrancó con un clip de la película ‘Patton’ de la década de 1970 que se repetía una y otra vez, y una pintura de la bandera estadounidense y de Trump abrazando el emblemático Empire State Building. Le siguió la presentación del comediante Tony Hinchcliffe, llena de supuestos chistes vulgares y denigrantes, y cargada de estereotipos racistas de los latinos, judíos y negros.
“No sé si saben que literal hay una isla de basura flotando en el medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”, dijo. Precisamente este domingo, Harris buscó el voto boricua en Pensilvania, el ‘estado péndulo’ que más votos electorales otorga en esta carrera extremadamente peleada por la Casa Blanca.
Algunos de los artistas más conocidos de Puerto Rico, como Bad Bunny y Ricky Martin —voces que suelen amplificar el descontento boricua como ocurrió en las protestas que llevaron a la inédita renuncia de un gobernador en 2019— replicaron un video con los comentarios racistas de Hinchcliffe y otro en el que Harris impulsó algunas propuestas a los puertorriqueños.
«Esto es lo que piensan de nosotros», escribió Ricky Martin en un story en Instagram acompañado de una bandera puertorriqueña y en el que pidió el voto para Harris.
Harris busca el apoyo de las comunidades negras y boricuas en Pensilvania
Mientras tanto, Harris continuó los últimos días de su campaña en un recorrido donde se centró en visitar a las comunidades negras y latinas en Pensilvania.
Un alto funcionario de la campaña de Harris dijo que la visita de este domingo representó el decimocuarto viaje de la vicepresidenta a Pensilvania desde que pasó a encabezar la candidatura demócrata tras el retiro de la campaña del presidente Joe Biden en julio.
Allí, Harris dijo a los fieles de una iglesia de Filadelfia que Estados Unidos está “decidido a pasar la página del odio y la división” en su recorrido por el bastión demócrata el domingo.
Para la campaña de Harris es crucial animar a sus partidarios en la ciudad más grande del oscilante estado de Pensilvania, y se está centrando en los votantes de color a poco más de una semana de las elecciones del 5 de noviembre.
En su discurso ante el público predominantemente negro de la Iglesia de la Compasión Cristiana, Harris se basó en la historia del apóstol Pablo, que superó las dificultades para difundir la palabra de Jesús.
“En tiempos difíciles, cuando podemos cansarnos de hacer el bien, debemos recordar el poder que obra en nosotros, el poder divino que transformó la vida de Pablo, lo guió en el naufragio y lo sostuvo en las pruebas”, dijo Harris.
Después de la iglesia, Harris dijo a los periodistas que “Filadelfia es una parte muy importante de nuestro camino hacia la victoria”.
Después, Harris visitó Philly Cutz, una barbería del oeste de la ciudad, donde habló a hombres negros sobre la mejora de la representación racial en la educación. En la pared había un póster de Barack Obama, el primer presidente negro.
“No pagamos lo suficiente a los profesores”, dijo Harris, que de ser ganar sería la segunda presidenta negra y la primera mujer en lo más alto de la Casa Blanca. En la barbería también habló sobre la deuda de los préstamos estudiantiles que considera “un problema”.
Harris también visitó la librería Hakim, especializada en historia afroestadounidense, y un restaurante puertorriqueño llamado Freddy and Tony’s, donde Harris dio las gracias a los voluntarios. También se reunió con jugadores de baloncesto juvenil en un centro comunitario, donde tenía previsto pronunciar un discurso antes de regresar a Washington.
Harris se presentará ante sus seguidores para hacer lo que su campaña llamó su «argumento final» el martes en Washington en el mismo parque donde Trump arengó a sus partidarios en un mitin que terminó con el violento asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.