Un reciente estudio de JAMA Pediatrics revela un preocupante aumento en la mortalidad infantil en Texas tras la implementación de la controvertido Proyecto de Ley 8 del Senado de Texas (SB8), que prohibió los abortos después de detectar actividad cardíaca embrionaria en 2021.

La investigación, que analizó datos de 94,720 muertes infantiles registradas en Texas y 28 estados de comparación, sugiere que las restricciones al aborto podrían tener efectos negativos indirectos en la salud infantil.

El estudio, que utilizó un análisis de series temporales interrumpidas comparativas, encontró un exceso de 216 muertes infantiles en Texas entre marzo y diciembre de 2022, lo que representa un aumento del 12.7% por encima de lo esperado.

Cuatro meses específicos (abril, julio, septiembre y octubre) mostraron incrementos significativamente mayores a lo previsto.

Un hallazgo particularmente alarmante fue el aumento del 22.9% en las muertes infantiles atribuibles a anomalías congénitas en Texas durante 2022, mientras que el resto de los Estados Unidos experimentó una disminución del 3.1% en esta categoría.

La mayoría de estas muertes son infantes entre 28 días de nacidos a un año, habiendo contado mes por mes las muertes. Las anomalías congénitas son la principal causa de muerte infantil, y la ley SB8 no permite excepciones para estos casos.

Los investigadores señalan que, si bien se necesitan más análisis para comprender los mecanismos detrás de estos resultados, los hallazgos sugieren que las políticas restrictivas sobre el aborto podrían tener consecuencias no intencionadas importantes.

Estas incluyen trauma para las familias y costos médicos adicionales debido al aumento de la mortalidad infantil.

El estudio cobra especial relevancia en el contexto de la reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization y los subsecuentes retrocesos en los derechos reproductivos en muchos estados del país.