El presidente Donald Trump ha autorizado a los militares desplegados en la frontera con México a que usen la fuerza “si fuera necesario” para proteger a la Patrulla Fronteriza, informó la Casa Blanca, pero el Pentágono insistió en que los soldados no llevarán armas de fuego.
“La autorización del presidente asegura que el Departamento de Defensa puede actuar para proteger a aquellos que nos protegen”, dijo a Efe un portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley.
Hasta ahora, los cerca de 5,900 militares desplegados en la frontera con México solo podían usar la fuerza contra los inmigrantes en defensa propia, pero la autorización de Trump abre la puerta a que puedan emplearla “si fuera necesario” para “proteger” a agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
“Si se requiriera la fuerza para proteger a la CBP, ahora están autorizados a usarla”, explicó a Efe una fuente de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, envió este martes una carta al secretario de Defensa, James Mattis, en la que le comunicaba la autorización del presidente.
No obstante, Mattis recalcó el miércoles que hasta ahora la CBP no ha hecho “ninguna petición de uso de la fuerza letal” para proteger a sus agentes, y aclaró que los militares no llevarán “armas de fuego”.
“Ni siquiera están llevando pistolas, así que, relájense. No se preocupen por ello, ¿de acuerdo?”, dijo Mattis a los periodistas en una rueda de prensa.
Trump insistió en un tuit, sin aportar pruebas, en que entre los inmigrantes centroamericanos de las caravanas que se han dirigido en las últimas semanas al país hay “criminales”.
El despliegue en la frontera de los miles de militares ha servido a su Gobierno para marcar músculo ante la llegada de las caravanas, pero en realidad el papel de los soldados es limitado por ley, así que se han dedicado a reforzar la valla fronteriza que separa EE.UU. y México y a ayudar a la CBP en el transporte de suministros.