En la adolescencia es muy común avergonzarse de los padres porque ya no queremos que nos traten como niños, y menos delante de nuestros amigos. Por eso, cuando Rain, un chico de dieciséis años, comenzó a ir a al colegio en el autobús escolar, le pidió a su madre que hiciera algo para que su padre no hiciera el ridículo delante de sus compañeros. Ahora que viajaba en el autobús, quería evitar sus despedidas tan efusivas. Le dijo a su madre: “Mamá, no dejes que papá vuelva a salir”
La desesperada petición llegó a oídos de su padre Dale, que se lo tomó como un desafío. Decidió que le iba a dar una lección de verdadera vergüenza parental despidiéndose disfrazado durante los siguientes 170 días de colegio.
Se caracterizó de la Sirenita, de Batman, de Caperucita Roja, de Hulk o de Hello Kitty, entre otros. En los 170 días nunca repitió look y sólo se gastó 50 dólares gracias a las aportaciones de vecinos y amigos. Su mujer creó un blog para documentar todos los divertidos atuendos.
En el barrio enseguida empezaron a conocer a Dale como el de “Wave at the bus Dad”, de manera que Rain no solo no consiguió que permaneciera escondido en la casa sino que tuvo que soportar su fama.