Estados Unidos busca deportar a migrantes a terceros países inseguros con solo horas de aviso
De acuerdo a un comunicado interno publicado por el Washington Post, los inmigrantes enviados a países que no han dado garantías deberán ser notificados con 24 horas de antelación. En circunstancias “urgentes”, con solo seis horas
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) podrá notificar a los migrantes, con pocas horas de antelación, que serán deportados hacia terceros países. Es irrelevante para la agencia el hecho de que estos destinos no ofrezcan garantías de que a esas personas les serán respetados sus derechos, es decir, que no correrán el riesgo de sufrir torturas o persecuciones. Así lo dejó claro el director interino de la agencia, Todd M. Lyons, en un memorando que envió recientemente a los funcionarios del ICE.
Según un documento interno obtenido por The Washington Post, quienes sean enviados hacia naciones que no brinden garantías de seguridad, podrán ser notificados un día antes. Bajo circunstancias “exigentes”, el aviso podría llegar con apenas seis horas de antelación. Y aquellos que serán deportados hacia países que sí confirman la seguridad, podrían no recibir ninguna información previa. Si el Departamento de Estado “cree que esas garantías son creíbles”, el ICE puede llevar a cabo la deportación “sin la necesidad de procedimientos adicionales”, escribió Lyons, al tiempo que aseguró que estos procesos podrían comenzar “inmediatamente”.
El directivo añadió en el memorando que el Tribunal Supremo había dado luz verde para comenzar con estas gestiones. Se refería al fallo de ese tribunal contra las decisiones tomadas por el juez federal Brian Murphy, del Distrito de Massachusetts. Murphy había firmado en marzo pasado una orden que bloqueaba la expulsión de migrantes hacia países distintos al suyo, sin haberles advertido previamente ni darles la oportunidad de probar un caso de miedo creíble. La Corte Suprema suspendió esa orden en junio.
Poco después, aclaró que la decisión también aplicaba para los ocho migrantes que permanecían varados en una base militar en Yibuti. Con esto, el máximo tribunal estadounidense permitió que la Administración Trump enviara a estos hombres hacia Sudán del Sur, una nación africana que enfrenta una de las crisis humanitarias más graves del planeta, con altos niveles de violencia armada y el desplazamiento forzado de miles de personas.
De esta manera, Estados Unidos podría comenzar a enviar a migrantes hacia naciones con las cuales no tengan ningún lazo, ni familiar, ni cultural. Según Lyons, aquellos que expresen temor a ser deportados serán examinados para una posible protección. Sin embargo, varios expertos han enfatizado en que el tiempo de antelación determinado para enviar las notificaciones no es suficiente para que los migrantes comiencen ningún proceso legal que les permita mantenerse a salvo.
“Esta es la misma operación que teníamos antes, que permite que las personas viajen a terceros países”, dijo al respecto la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Además, calificó el documento enviado por Lyons como “sumamente importante para asegurarnos de que saquemos a estos delincuentes de nuestro país”. Noem también afirmó que “muchas veces, si otros países no reciben a sus propios ciudadanos, otros países han acordado acogerlos y cuidarlos hasta que su país de origen los reciba”. “Eso es lo que confirmaba este memorando, y todo esto se ha negociado con ese país a través del Departamento de Estado”, manifestó.
Hasta ahora, la Administración de Trump ha deportado a ciudadanos extranjeros a países diferentes a los de origen en un puñado de ocasiones, la mayoría de veces con bastante controversia. Además de los hombres enviados a Sudán del Sur vía Yibuti, otros casos alertaron de la intensificación de la modalidad de deportación: por un lado, los casos de más de 250 venezolanos mandados en marzo a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, donde siguen a día de hoy; y, por otro lado, dos vuelos con personas de países de Asia, África o Europa del este, que los llevaron a Costa Rica y Panamá. Un poco más en silencio, México ha recibido miles de extranjeros en estos meses. Ahora, de acuerdo a las comunicaciones internas del ICE, esto se volverá todavía más común.