El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne este lunes a pedido de Estados Unidos que, junto a sus aliados de la OTAN, intenta disuadir a Rusia de invadir Ucrania al mismo tiempo que prepara sanciones contra Moscú.
«Más de 100,000 tropas rusas están desplegadas y Rusia realiza otros actos de desestabilización contra Ucrania, lo que constituye una amenaza a la paz, la seguridad internacional y la Carta de la ONU», dijo la embajadora estadounidense ante el organismo, Linda Thomas-Greenfield.
Rusia probablemente intentará impedir que se realice la reunión de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, pero ese organismo «está unido», según la embajadora estadounidense.
«Nuestras voces están unidas para pedir a los rusos una explicación», añadió Thomas-Greenfield.
«Vamos a entrar a la sala dispuestos a escuchar. Pero no vamos a dejarnos distraer por su propaganda», afirmó.
«Y estaremos listos para responder a toda desinformación que intenten difundir durante la reunión», advirtió.
Ante la amenaza de una invasión, Ucrania pidió el domingo a Rusia que retirara sus tropas y mantuviera el diálogo con los países occidentales si «realmente» quiere reducir la tensión.
Estados Unidos y el Reino Unido esgrimieron la amenaza de nuevas sanciones contra Rusia. Autoridades británicas dijeron que tomarían por blanco a variedad de intereses económicos rusos.
En Washington, un legislador demócrata y otro republicano dijeron que el Congreso está cerca de lograr un acuerdo sobre un proyecto de ley que prevé nuevas sanciones económicas contra Rusia.
Entre las medidas punitivas que Reino Unido y Estados Unidos estudian, hay algunas que afectarían al estratégico gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y Alemania, o incluso al acceso de los rusos a transacciones en dólares, la moneda dominante en los intercambios mundiales.
Enfrentado a la perspectiva de nuevas sanciones, Moscú reclama ser tratado con equidad.
«Queremos relaciones buenas, uniformes, mutuamente respetuosas y equitativas con Estados Unidos como con todos los países del mundo», dijo en la televisión el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
Rusia «no quiere permanecer en una posición en la que su seguridad es violada regularmente», añadió Lavrov.