Al reanudar el martes sus sesiones, la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de Estados Unidos deberá decidir cuándo llevar a votación la resolución que propone – en un tercer intento-, expulsar a su colega George Santos (Nueva York), imputado en los tribunales de 23 cargos criminales relacionados a sus múltiples mentiras como candidato al Congreso.
Congresista George Santos no buscará reelección tras un demoledor informe sobre su conducta
Durante el receso legislativo, el presidente del Comité de Ética, el republicano Michael Guest (Misisipi) presentó una resolución que reclama la expulsión de Santos, contra quien esa comisión halló múltiples violaciones a las normas del cuerpo legislativo y potenciales delitos, como los que ya pesan en contra del legislador federal.
Debido a que la resolución de Guest no fue presentada como una cuestión de privilegio, no hay una fecha cierta para programar la votación sobre el futuro del republicano Santos, quien llegó a su puesto luego de continuas mentiras sobre su identidad, experiencia profesional y preparación académica.
Si Guest somete su resolución como una de privilegio, la Cámara baja tendría que considerarla en un plazo máximo de 48 horas.
Santos ha sobrevivido dos votaciones previas, la más reciente el pasado 1 de noviembre y promovida por los congresistas republicanos de su vecindario en Nueva York, quienes – liderados por el boricua Anthony D’Esposito-, han querido hacer clara su posición en contra de Santos. El presidente Joe Biden ganó en 2020 el distrito que representa Santos.
En mayo, una resolución de privilegio del demócrata Robert García (California) para destituir a Santos había sido referida al Comité de Ética, que ya investigaba al congresista republicano.
Pero, tras el duro informe del Comité de Ética, por el cual el liderato republicano pidió esperar, los días de Santos en la Cámara baja pueden estar contados.
García sostuvo que se propone presentar el martes otra resolución de privilegio, lo que forzaría a una votación a más tardar el jueves. Y Santos ha reconocido que, esta vez, la resolución de expulsión puede aprobarse.
“He hecho los cálculos una y otra vez, y (la situación) no se ve muy bien”, indicó Santos el pasado viernes, en una entrevista en la red social X (antes Twitter), en la que descartó renunciar pues considera que sería admitir los 23 cargos criminales en su contra.
Sin embargo, tan pronto se publicó el informe del Comité de Ética, Santos anunció que no iría a la reelección.
Según la publicación Politico, cerca de 60 republicanos que votaron en contra de expulsar a Santos ahora ya han expresado su intención de respaldar una resolución de destitución, que requerirá dos tercios de la Cámara baja.
En un informe de 56 páginas, los investigadores del Comité de Ética encontraron que Santos habría hurtado dinero de su campaña, engañando a donantes, gastado importantes sumas en compras para su beneficio personal, reportado préstamos ficticios y participado en negocios fraudulentos.
“Las pruebas descubiertas en la investigación del Subcomité de Investigación del Comité de Ética son más que suficientes para justificar un castigo y el castigo más apropiado es la expulsión”, indicó Guest cuando presentó su resolución el pasado 17 de noviembre, en medio del receso legislativo con ocasión del Día de Acción de Gracias.
En los tribunales, Santos ya había sido imputado de 23 cargos criminales por asuntos relacionados, que incluyen fraude electrónico, hacer declaraciones falsas a la Comisión Federal de Elecciones (FEC, en inglés), falsificar registros ante el mismo organismo y robo de identidad.
Asimismo, las denuncias criminales en contra de Santos incluyen ilegalmente asistencia por desempleo durante la pandemia del COVID-19 y destinar, para su uso personal, cerca de $44,000 de contribuyentes de su campaña.
Para el speaker Mike Johnson y su caucus, la expulsión de Santos significaría reducir su frágil mayoría, que esta semana deberá volver a ser 222 a 213, con la juramentación de Celeste Maloy, quien ganó – como se esperaba -, la elección especial para llenar el escaño que dejó vacante Chris Stewart.
Un vez se publicó el informe del Comité de Ética, el speaker Johnson pidió a los congresistas actuar en beneficio de la “institución”.
Además, tan pronto como esta Navidad puede producirse la renuncia de otro republicano, Bill Johnson (Ohio), quien fue seleccionado presidente de la Youngstown State University, donde empezará a trabajar en marzo próximo.
Hace dos décadas que la Cámara baja no expulsa a uno de sus miembros, lo que ha ocurrido en solo cinco ocasiones. Santos sería el primero en ser expulsado sin antes ser convicto de un delito grave.