Meghan, duquesa de Sussex, dijo en una entrevista explosiva con Oprah Winfrey que, en un momento, su vida como miembro de la realeza británica fue tan aislada y solitaria que «ya no quería estar viva», una admisión sorprendente que probablemente sacudirá los cimientos de la institución centenaria.
En sus primeros comentarios públicos desde que ella y su esposo, el príncipe Harry, anunciaron sus planes de retirarse de sus roles principales en la familia real británica, Meghan se describió a sí misma como la víctima de un Palacio de Buckingham obsesionado con la imagen, que intervenía en todo, desde cuán oscuro sería el color de la piel de su hijo Archie hasta la frecuencia con la que iba a almorzar con amigos.
El especial de televisión era muy esperado porque, debido a su separación efectiva del palacio, Harry y Meghan ahora pueden hablar más libremente sobre la familia real.
Y la pareja no se contuvo.
Meghan sobre Buckingham: Ahora puedo hablar por mí misma
Meghan comenzó la entrevista hablando con Winfrey frente a frente al aire libre en el soleado sur de California, donde ella y Harry viven ahora. Meghan hizo varias revelaciones sobre la vida privada de la pareja real, incluido que se casaron tres días antes de su boda oficial y que el segundo hijo que esperan es una niña.
Pero las partes más fuertes de la entrevista de dos horas se dieron cuando Meghan habló de las dificultades de su vida como miembro de la realeza. Meghan, una exactriz estadounidense, dijo que se vio obligada a reprimir su naturaleza franca y renunciar a su libertad personal. Dijo que no tuvo acceso a su pasaporte, licencia de conducir o llaves después de unirse a la familia real, y solo se las devolvieron cuando la pareja se mudó.
Meghan dijo que la situación se vio agravada por los «anticuados matices coloniales» a menudo racistas que aparecían repetidamente en la cobertura de la pareja en la notoriamente mordaz prensa británica.
Luchando por contener las lágrimas en un momento, Meghan dijo que los pensamientos suicidas eran increíblemente difíciles de soportar y que se mostraba reticente a compartirlos con su esposo, quien perdió a su madre, la princesa Diana, cuando él era un niño.
«Estaba realmente avergonzada de decirlo en ese momento, y especialmente avergonzada de tener que admitirlo ante Harry, porque sé cuánta pérdida ha sufrido. Pero sabía que si no lo decía, lo haría, y simplemente ya no quería estar viva», dijo.
Harry dijo que estaba «aterrorizado» por la admisión de su esposa.
«No tenía idea de qué hacer, también fui a un lugar muy oscuro, pero quería estar allí para ella», agregó.
El príncipe, quien ocupa el sexto lugar en la fila del trono, dijo que hay una cultura del sufrimiento en silencio en la familia real. Sin embargo, la raza de Meghan (es mitad negra) y el abuso que sufrió hicieron que la situación fuera aún más difícil para la pareja de lo que había sido para otros miembros de la realeza.
Harry dijo que eso lo impulsó a discutir el tema con la familia real. Le dijo a Winfrey que creía que había muchas oportunidades para que el palacio «mostrara algo de apoyo público» frente al continuo abuso racial en la prensa, «sin embargo, nadie de mi familia dijo nada. Eso duele».
Harry dijo que el problema era más grande que la pareja, debido a lo que Meghan representaba como una mujer negra influyente en un cargo público.
«También estaba afectando a muchas otras personas», dijo. «Ese fue el detonante para que realmente entablara esa conversación con el palacio, el personal superior del palacio y mi familia para decir, muchachos, esto no va a terminar bien».
Es probable que la entrevista tenga consecuencias duraderas para la familia real. Se emitió en un momento ya tenso para la realeza, con el príncipe Felipe, el esposo de 99 años de la reina, pasando una tercera semana en el hospital luego de practicarse un procedimiento cardíaco el jueves.
Los miembros de la familia real realizan entrevistas televisivas que lo cuentan todo aproximadamente una vez por generación. Una entrevista de 1970 con el rey abdicado Eduardo VIII y Wallis Simpson planteó problemas para el palacio. Veinticinco años después, el confesionario de la princesa Diana en «Panorama» fue visto por decenas de millones en Gran Bretaña. Meghan usó el brazalete de diamantes de Diana durante el especial de Winfrey.
La entrevista de Harry y Meghan puede haber llegado a una audiencia aún mayor. Se emitió en la televisión en horario de máxima audiencia en Estados Unidos y fue promovido sin descanso por CBS en los días previos, y la cadena dijo que este abriría la cortina sobre por qué Meghan y Harry se separaron de los Windsor el año pasado.
Los Sussex pintaron la imagen de una institución tan estancada en sus costumbres que obligó a una pareja joven y birracial a vivir simplemente con el abuso racista en un momento en que gran parte del mundo está enfrentando el legado duradero del racismo institucional.
«Ha sido increíblemente difícil para nosotros dos», dijo Harry mientras se sentaba junto a su esposa. «Pero al menos nos teníamos el uno al otro».
‘No veía una salida’
Harry y Meghan se alejaron de sus deberes reales a principios de 2020, pero el acuerdo formal que alcanzaron con el palacio se logró hasta febrero.
El acuerdo les permite a ambos mantener los títulos reales otorgados por la reina, pero renunciarán a sus mecenazgos reales, que serán redistribuidos entre los miembros trabajadores de la familia real.
Harry dijo que la decisión de dar un paso a un costado se redujo a «una falta de comprensión» entre las dos partes. Dijo que no se habría alejado de su familia si no fuera por Meghan, quien lo ayudó a darse cuenta de que la pareja estaba atrapada.
«Yo también estaba atrapado. No veía una salida. Estaba atrapado pero no sabía que estaba atrapado», dijo.
Meghan dijo que se sintió víctima de una «difamación» en los medios británicos y de las maquinaciones del palacio, que valoró cómo es percibido más que el bienestar de ella, su esposo y su hijo.
También dijo que cuando estaba embarazada de su hijo, Archie, le dijeron que él no sería convertido en príncipe y que, por lo tanto, no recibiría seguridad.
«Lamento haberles creído cuando dijeron que estaría protegida», dijo.
Meghan se quejó específicamente de lo solitaria y aislada que se volvió la vida después de su matrimonio. Dijo que a veces ni siquiera se le permitía salir a almorzar con amigos por la amplia cobertura de los medios.
«Todo el mundo estaba preocupado por la óptica», dijo.
Cuando la carga se volvió demasiado insoportable, Meghan dijo que buscó ayuda de recursos humanos en el Palacio de Buckingham. Meghan dijo que le dijeron que no era una empleada remunerada y que tendría que buscar ayuda en otro lugar, lo que le dijeron que no podía hacer.
Meghan dijo que era particularmente difícil poner una cara feliz mientras sufría en silencio. Ella relató una noche en particular en el Royal Albert Hall con su esposo, mientras los dos estaban sentados juntos en el palco real.
«Cada vez que se apagaban esas luces», dijo, «yo solo lloraba y él me tomaba la mano».
Cuando las luces se volvieron a encender, Meghan dijo «solo tienes que estar lista de nuevo».
La entrevista ha provocado una especie de batalla de relaciones públicas entre los Sussex y los aliados del Palacio de Buckingham. El martes, luego de la publicación de clips promocionales antes de la entrevista, The Times of London publicó un artículo que alegaba que Meghan intimidaba a varios miembros del personal. La historia citó a asistentes reales no identificados que dijeron que una queja en 2018 afirmaba que la duquesa expulsó a dos asistentes personales de su casa en el Palacio de Kensington y socavó la confianza de un tercer miembro del personal.
Las fuentes dijeron que se acercaron a The Times porque sentían que la versión de Meghan que había surgido públicamente era solo parcialmente cierta, y estaban preocupados por cómo se habían abordado los asuntos de intimidación. El informe dijo que las fuentes creían que el público «debería conocer su versión de los hechos» antes de la entrevista de la pareja con Winfrey.
El Palacio de Buckingham dijo que estaba «muy preocupado» por las acusaciones descritas en el informe y que investigaría. Un portavoz de los Sussex calificó el informe del Times como «una campaña de difamación calculada» antes de la entrevista.
Meghan le dijo a Winfrey que a pesar de la terrible experiencia, era importante diferenciar a la familia real de «las personas que dirigen la institución».
La duquesa de Sussex dijo que había sido bienvenida en la propia familia y que la reina Isabel II, la abuela de Harry, siempre había sido maravillosa, cálida y acogedora.
Meghan habló sobre los rumores de una disputa con Catalina, duquesa de Cambridge, esposa del príncipe William. Meghan dijo que los informes de que hizo llorar a Catalina por los vestidos de las niñas de las flores en su boda no eran ciertos y, de hecho, fue la duquesa de Sussex la que lloró.
«No hubo confrontación», dijo Meghan.
Se negó a seguir hablando del incidente porque Catalina se había disculpado con ella. «No creo que sea justo para ella entrar en detalles», agregó Meghan.
Harry dijo que la decisión de dar un paso a un costado ha tenido consecuencias financieras (el palacio les quitó las ayudas a principios de 2020) y afectó su relación con su familia. Dijo que su padre, el príncipe Carlos, que es el siguiente en la fila al trono, dejó de atender sus llamadas brevemente.
«Me siento muy decepcionado porque él ha pasado por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor. Y Archie es su nieto», dijo Harry.
Harry también describió su relación con su hermano mayor, William, como «con espacio», pero agregó «el tiempo cura todas las cosas, con suerte».
Meghan adoptó un tono positivo al final de la entrevista. Ella dijo que la vida después de la familia real es «solo el comienzo» para su familia.
Cuando Winfrey le preguntó si su historia con el príncipe tiene un final feliz, Meghan respondió inequívocamente.
«(Es) más grande que cualquier cuento de hadas que hayas leído», dijo.