A 77 años de su primera ceremonia, los Globos de Oro se enfrentan a su posible final. La Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, la organización encargada de entregar estos galardones conocida como la HFPA, está abordando un periodo profundo de crisis tras recibir duras críticas por su falta de diversidad y supuestas tramas de corrupción.
Fue Los Ángeles Times quien abrió la caja de pandora sacando a la luz tratos de favor, movimientos económicos cuestionables y criticando su hermetismo extremo. Y aunque parecía que la denuncia iba a quedarse en tierra de nadie, estudios como Netflix, Amazon y numerosas agencias de publicidad acabaron por dar la espalda a la HPFA exigiendo cambios profundos en su organización. Ahora, estrellas como Scarlett Johannson y Tom Cruise se han sumado al boicot mientras la NBC, cadena que dispone de los derechos de emisión de la ceremonia anual, ha dado la estocada definitiva cancelando la emisión de la gala de 2022 y dejando en entredicho su futuro.
Todo comenzó cuando la periodista noruega Kjersti Flaa demando a la HFPA tras ver cómo su petición de acceso a la organización fue denegada. Flaa denunció que la asociación funcionaba como un cartel, excluyendo el acceso a nuevos miembros y distribuyendo incentivos de miles de dólares entre su reducido número de 87 socios. A raíz del caso, y de las polémicas nominaciones de la 87 edición de los Globos de Oro, Los Angeles Times decidió indagar en el tema y destapar todo lo que se cocía en el seno de la HFPA, usando como fuente entrevistas a más de 50 expertos del sector e incluso miembros de la organización.
Acorde a los registros a los que tuvieron acceso, la HFPA emitiría regularmente pagos a sus miembros que irían en contra del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos, puesto que se trata de una asociación sin ánimo de lucro. Estos serían entregados como incentivos, pero los pagos que la organización emite mensualmente ascienden hasta la estratosférica cifra de 100.000 dólares mensuales y son repartidos de forma aparentemente cuestionable.
Y no solo eso, también se denuncian los tratos a favor que recibían de los estudios, como la visita con todos los gastos pagados al rodaje de Emily in Paris en la capital francesa que fue muy cuestionada tras la polémica nominación de la serie en los Globos de Oro 2021. Y por supuesto, también está la no presencia de ningún miembro negro entre sus 87 socios, que puso en entredicho su compromiso con la inclusión y diversidad que tanto se ha venido criticando en los últimos años en los premios.
Tras esta puesta en duda de su funcionamiento, la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood anunció que llevaría a cabo una profunda reforma interna de sus bases. A través de un comunicado, prometieron incorporar a 20 nuevos miembros en 2021 con “especial atención a personas de raza negra”, con lo que pretenden reafirmar su “compromiso con el cambio”. Sin embargo, estos cambios no han bastado a la industria, que quieren ver medidas reales y eficaces puestas en marcha.
En primer lugar, más de 100 agencias de publicidad y relaciones públicas anunciaron que romperían con la HFPA, protesta a la que se empezaron a sumar varios estudios. El director ejecutivo de contenidos de Netflix, Ted Sarandos, anunció que cesarían toda actividad con la organización “hasta que no se produzcan cambios más significativos”, una protesta a la que también se unió Amazon. Pero no solo agencias y estudios se han sumado a la protesta, también estrellas como Scarlett Johansson, quien salió a recordar que algunos de los miembros de la organización tienen tras de sí denuncias por acoso sexual; Mark Ruffalo, que no dudó en declarar no sentirse orgulloso de haber obtenido su Globo de Oro en 2015 por The Normal Heart; o Tom Cruise, que incluso ha devuelto sus tres Globos de Oro a Mejor Actor por Nacido el 4 de julio, Jerry Maguire y Magnolia, enviándolos en una caja por correo.
Pero ha sido la NBC quien ha dado el golpe definitivo sobre la mesa. La cadena estadounidense, que emite la gala desde 1995, ha decidido romper su acuerdo con la HFPA y cancelar la emisión de su gala de 2022. La NBC dispone de un contrato millonario con la asociación que promedia entre los 20 millones de dólares anuales, por lo que ante los escándalos de la HFPA, el rechazo de la industria, los índices de audiencia terribles de su pasada edición (en 2021 solo reunieron a 6,9 millones de espectadores frente a los 18,3 de 2020) y, en definitiva, la falta de perspectiva sobre el futuro de los premios, han tomado esta rotunda decisión.
Desde NBC no cierran la puerta a volver a emitir la gala en un futuro, aunque lo dejan atado a que la HFPA lleve a cabo las medidas anunciadas. “Asumiendo que la organización ejecute este plan, esperamos estar de nuevo en condición de emitir la gala en 2023”, afirmaban en su comunicado.
Sin embargo, la reputación de los Globos de Oro está tocada y hundida. Salir a flote tras esta serie de críticas y escándalos por falta de diversidad y corrupción va a ser tarea complicada, sino imposible. Todo apunta a que la industria podría dejar de lado definitivamente a los Globos de Oro y apostar por otros de los muchos galardones. De hecho, los Critic Choice Awards ya suenan como posibles sustitutos.