Sin dudas la pirotecnia convierte a la celebración del Día de la Independencia en un evento único, pero también peligroso. Esta festividad ya lleva 247 años. Te contamos algunos datos sobre el 4 de Julio, desde sus orígenes hasta cómo los fuegos artificiales se han convertido en una parte importante de la tradición.
El 4 de Julio es estadounidense en esencia: desfiles, comidas al aire libre, cerveza fría y, por supuesto, fuegos artificiales.
Esa pirotecnia también lo convierte en una festividad especialmente peligrosa, lo que generalmente resulta en más de 10,000 personas que tienen que acudir a las salas de emergencias. Sin embargo, los fuegos artificiales siguen estando en el centro del Día de la Independencia, una festividad que lleva 247 años.
Estos son cinco datos clave sobre el 4 de Julio, desde el origen de la festividad hasta cómo los fuegos artificiales se convirtieron en parte de la tradición.
4 de Julio: ¿Cuál es el origen del Día de la Independencia?
La festividad celebra la adopción unánime del Segundo Congreso Continental de la Declaración de Independencia el 4 de julio de 1776, un documento que anuncia la separación de las colonias del reino de Gran Bretaña.
Un año después, según la Biblioteca del Congreso, una celebración espontánea en Filadelfia marcó el aniversario de la independencia estadounidense.
Pero en toda la nación, las celebraciones no se convirtieron en algo común hasta después de la Guerra de 1812. Entonces sí despegaron rápidamente: la Biblioteca del Congreso señala que los principales eventos históricos del siglo XIX, como las ceremonias de inauguración del Canal Erie y el Canal de Baltimore y Ohio Railroad, estaban programados para coincidir con las festividades del 4 de Julio.
¿Cómo los fuegos artificiales se convirtieron en una tradición del 4 de Julio?
La exhibición de pirotecnia ha sido una de las partes más importantes del Día de la Independencia desde los inicios de la tradición. El padre fundador John Adams lo anticipó.
La conmemoración de la independencia de Estados Unidos “debe solemnizarse con pompa y desfile, con espectáculos, juegos, deportes, armas, campanas, hogueras e iluminaciones de un extremo a otro de este continente desde este momento en adelante para siempre”, escribió Adams en una carta a su esposa, Abigail, fechada el 3 de julio de 1776.
Los fuegos artificiales existieron siglos antes de que Estados Unidos se convirtiera en nación. La Asociación Estadounidense de Pirotecnia dice que muchos historiadores creen que los fuegos artificiales se desarrollaron por primera vez en el siglo II antes de Cristo, en la antigua China, arrojando tallos de bambú al fuego, provocando explosiones cuando las bolsas de aire huecas se sobrecalentaban.
En el siglo XV, los fuegos artificiales se usaban ampliamente para festivales religiosos y entretenimiento público en Europa y los primeros colonos estadounidenses continuaron con esas tradiciones, explicó la asociación.
¿Alguna vez un presidente se negó a celebrar el 4 de Julio?
Desde George Washington hasta Joe Biden, los presidentes de Estados Unidos han celebrado el nacimiento de la nación el 4 de Julio, con una sola excepción: John Quincy Adams, el segundo presidente.
Sin contar la carta a su esposa, Adams se negaba a celebrar el 4 de Julio porque decía que el 2 de julio era el verdadero Día de la Independencia. ¿Por qué? Fue el 2 de julio de 1776 cuando el Congreso Continental votó a favor de la resolución de independencia, aunque la Declaración de Independencia se adoptó formalmente dos días después.
Adams fue tan inflexible que rechazó invitaciones a festivales y otros eventos, incluso mientras fue presidente. Irónicamente, Adams, al igual que su sucesor, Thomas Jefferson, autor principal de la Declaración de Independencia, murieron el mismo día, en el 50 aniversario de la adopción formal del documento: el 4 de julio de 1826.
¿Cuán populares son los fuegos artificiales?
Las ventas al consumidor de fuegos artificiales han crecido rápidamente en las últimas dos décadas.
Las estadísticas de la Asociación Estadounidense de Pirotecnia muestran que en el año 2000 los consumidores estadounidenses gastaron $407 millones en fuegos artificiales. Para 2022, esa cifra aumentó a $2,300 millones. El salto más grande se produjo durante la pandemia de covid-19, cuando se cerraron las exhibiciones públicas de fuegos artificiales. Esos años las ventas al consumidor aumentaron de $1,000 millones en 2019 a $1,900 millones en 2020.
“La gente fue a la tienda de fuegos artificiales a partir del fin de semana del Día de los Caídos y simplemente no pararon”, dijo Julie Heckman, directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Pirotecnia. “Estuvieron disparando fuegos artificiales todo el 2020. Conmocionó a la industria, para ser honesta”.
Se espera que las ventas aumenten otros $100 millones este año, dijo la asociación. Ayuda que este 4 de Julio sea un martes, creando un fin de semana de cuatro días y por tanto, un festivo más largo.
¿Son peligrosos los fuegos artificiales?
A pesar de los esfuerzos generalizados por advertir y educar a las personas, miles de estadounidenses resultan gravemente heridos por los fuegos artificiales cada año. La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos informa que en 2022, 10,200 personas fueron atendidas en salas de emergencia y 11 muertes se atribuyeron a los fuegos artificiales. Alrededor de las tres cuartas partes de las lesiones ocurrieron en los días del festivo por el 4 de julio.
Alrededor de un tercio de las lesiones fueron en la cabeza, la cara, las orejas o los ojos. Las lesiones en dedos, manos y piernas también son comunes.
“He visto personas que se han volado los dedos”, dijo la doctora Tiffany Osborn, médica de la sala de emergencias del Hospital Barnes-Jewish en St. Louis. “He visto personas que han perdido los ojos. He visto personas que tienen lesiones faciales significativas”.
Los niños menores de 15 años constituyen casi un tercio de los heridos por fuegos artificiales. A menudo se culpa a las bengalas por las quemaduras de los niños menores de 5 años. Osborn sugirió dar a los niños pequeños barras luminosas o serpentinas de colores en su lugar.
Para aquellos que planean lanzar fuegos artificiales, Heckman instó a encontrar una superficie plana, dura y nivelada lejos de las estructuras y otras cosas que puedan incendiarse. La persona responsable de los fuegos artificiales debe evitar el alcohol. Los niños nunca deben encenderlos.
Osborn alentó a tener un balde o una manguera cerca en caso de incendio o explosión. Dispara uno a la vez y aléjate rápidamente después de encenderlo, dijo, y nunca vuelvas a encender o manipular un fuego artificial que no funcione correctamente. Cuando termines, saca los restos con una pala y remójalos antes de desecharlos.