La esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán participará en el espacio de VH1 en un capítulo que se emitirá el próximo 18 de noviembre
La cadena televisiva VH1 confirmó este lunes que la esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Emma Coronel, participará en la segunda temporada del reality show “Cartel Crew”.
El polémico espacio televisivo documenta el día a día de familiares de narcos y ex convictos que, aunque en el pasado tuvieron conexiones con cárteles de la droga, hoy luchan por lograr una nueva vida alejados del mundo del crimen.
El hijo de “la madrina de la cocaína”, Michael Blanco, es uno de los protagonistas del show, pero no el único. Estos son todos los participantes con los que Emma Coronel tendrá que compartir pantalla.
Michael Blanco, hijo de Griselda Blanco
Emma Coronel, la esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se había reunido en un yate para negociar su aparición en el reality Cartel Crew. La persona con la que se encontró en el barco era Michael Blanco, el hijo más pequeño de Griselda Blanco, conocida como “la madrina de la cocaína”.
“Mi madre inventó el negocio de la cocaína”, explicó Michael Blanco en uno de los primeros capítulos del show. “Como todos saben… mató a muchas personas”.
Después de fundar el Cártel de Medellín, la narcotraficante colombiana Griselda Blanco se convirtió en una de las pioneras en la estrategia de enviar droga a los EEUU. Esto hizo que su red de tráfico de cocaína se extendiera internacionalmente y disparó los beneficios de sus negocios ilícitos, logrando un gran poder en el mundo del narcotráfico durante la época de los 70 e inicios de los 80.
Desde que era un niño, Michael Blanco se vio envuelto en las operaciones del cártel que encabezaba su madre. Cuando en 1985 las autoridades estadounidenses detuvieron a “la madrina de la cocaína” y la condenaron a casi 20 años en prisión, él se quedó a cargo del negocio. Sólo tenía 11 años, pero ya seguía los pasos de su madre y su hermano mayor, que en ese momento, también cumplía condena en prisión.
En el 2004, Griselda Blanco salió de prisión. La deportaron a Colombia, donde mantuvo un bajo perfil y permaneció en la clandestinidad, para evitar a los enemigos de cárteles rivales. Vivió gracias a las ganancias millonarias que logró a costa del tráfico de la cocaína, y murió en 2012, asesinada en Medellín.
Antes de que se alejara para siempre de ese mundo, Michael enterró a 22 miembros de su familia. Crecer rodeado por el crimen marcó su vida, y le condenó a sufrir una infancia dura.
Aún así, todavía recuerda a su madre como su “mentora” y su “mejor amiga”. Tras su muerte, decidió romper con todo su pasado, y se convirtió en el empresario de una marca de moda inspirada en ella y en el estilo de vida del cártel, llamada “Blanco Puro”.
Marie Ramirez-D’Ariano
Marie Ramirez D’Ariano nació en Cuba, en el año 1987. Hoy es la esposa de Michael Blanco, y juntos participan en el reality show, donde muestran cómo es la nueva vida que ambos decidieron emprender junto a sus dos hijos pequeños.
“Son nuestras historias reales de lo que hemos vivido, y cómo lo hemos superado”, dijo en declaraciones a Miami News Net studios, al hablar sobre los episodios de Cartel Crew.
Marie Ramirez-D’Ariano también nació en una familia de narcotraficantes. Pero su pasado es prácticamente un misterio. Se sabe que su padre mantenía su negocio ilícito en privado y que ingresó en prisión en varias ocasiones antes de dejar para siempre el tráfico de drogas.
El romance de Marie con Michael Blanco provocó que se distanciara de sus padres, que no aceptaron su relación. La última vez que ella se encontró con su familia, terminó a golpes con su hermano y pasó tres noches en la cárcel.
Ramirez-D’Ariano contó que próximamente publicará una biografía para revelar su pasado y que la gente pueda conocerla un poco mejor.
Stephanie Acevedo
Stephanie Acevedo es hoy, para muchos, una famosa cantante y modelo de Miami. Pero en realidad, su pasado estuvo marcado por grandes traumas, hasta el punto de reconocer que si pudiera, cambiaría toda su vida.
Su padre es el ex narcotraficante José Ramón Acevedo, quien se encargaba de ingresar droga de cárteles de Colombia, México y Bahamas a territorio estadounidense a través del puerto de Miami.
Cuando los federales le capturaron, Stephanie tenía sólo 8 años. La “cara de terror” que su padre tenía aquel día se le quedó grabada para siempre.
“Yo sabía que esa era la última vez que lo iba a ver en mucho tiempo”, explicó la cantante en una entrevista con el programa Al Rojo Vivo, en Telemundo Miami.
Tras el encarcelamiento del narcotraficante, Stephanie Acevedo y su madre sufrieron el escarnio público de muchas personas que las culpaban de los delitos que él había cometido. Una carga que llevó sobre sus hombros durante mucho tiempo.
A esta condena social se sumó las dificultades financieras que ambas enfrentaron entonces, y el miedo que sentían porque los integrantes de otros cárteles las perseguían.
“Nosotros estamos en riesgo de que esa gente, de otros cárteles, puedan venir a hacernos daño”, dijo en la entrevista.
José Ramón Acevedo estuvo en la cárcel 6 años, y permaneció además un tiempo en libertad condicional. Cuando le preguntan si perdona a su padre por la vida a la que la expuso, contesta “Sí, y no”.
“Lo perdono porque es una persona diferente hoy, pero tengo dolor, porque nos puso en tanto riesgo…».
Su vida la lleva a empatizar con Emma Coronel y a entender la posición de la nueva integrante del reality, ya que “por la familia, uno es capaz de cualquier cosa”.
Stephanie asegura que si pudiera cambiar su pasado, “lo cambiaría todo”.
“Porque esta vida no vale la pena. Lo que uno tiene que sufrir. Fue muy triste, porque uno tiene muchas cosas pero, ¿a qué costo? Cuando detuvieron a mi papá, mi vida cambió”.
Al igual que el resto de los participantes del show, Stephanie decidió dejar atrás aquel mundo que la condenó a una infancia infeliz, y hoy se concentra en su carrera como cantante y en su contrato con el sello discográfico Young Money Entertainment, del rapero Lil Wayne.
Kat “Tatu Baby” Flores
No son muchos los datos que se conocen del pasado de Katherine Flores. Su padre era un gran capo colombiano de la ciudad de Nueva York que fue asesinado a tiros en el exterior de un club de Queens cuando ella tenía cuatro años.
Su madre, también colombiana, compró entonces dos billetes a Miami y se llevó a su hija a Florida para huir de los cárteles enemigos y empezar una nueva vida. Kat, como prefiere que la llamen, nunca habla de su padre, cuya identidad no ha trascendido.
Kat creció en Florida, donde en su juventud volvió a cruzarse con el mundo del tráfico de drogas al enamorarse del narcotraficante Eddie Soto.
Justo cumplieron un hijo y justo antes de que el bebé naciera, las autoridades detuvieron a Eddie Soto y le condenaron a cuatro años en una prisión federal. Ella se quedó sola y tuvo que sacar a su hijo adelante. Abrió un negocio de tatuajes y hoy es una famosa tatuadora de Miami. Eddie Soto salió ya de prisión y ambos decidieron darse una nueva oportunidad.
Nicole Zavala y Michael Zavala
Los gemelos Zavala han generado gran polémica en el reality. Para algunos de los participantes, no deberían formar parte del show, pues sus vínculos con el negocio de la droga son dudosos, y no tuvieron que afrontar las mismas dificultades y los duros obstáculos que enfrentó el resto.
Nicole Zavala y Michael Zavala sólo han escuchado versiones que vinculan a sus familiares con el narcotráfico, pero nunca perdieron a ningún ser querido por las guerras entre cárteles o por encarcelamiento.
Dayana Castellanos
Dayana Castellanos no creció en una familia de narcotraficantes. Pero ella sí lo era. Y por eso cumplió tres años de cárcel, y su esposo aún cumple condena.
Todo comenzó cuando el negocio de marihuana que Dayana y su esposo tenían en Miami comenzó a crecer. Sus redes se extendieron por el sur de Florida y pronto los dos se convirtieron en los mejores vendedores de la región.
Su estancia en prisión alejada de sus hijos le hizo querer cortar con su pasado de raíz, y ahora, a sus 37 años, lucha por empezar una nueva vida y cuidar de sus cuatro niños.
Carlos “Loz” Oliveros
Después de escapar por poco de un tiroteo sangriento entre cárteles mexicanos, Carlos Oliveros decidió cambiar su vida y alejarse para siempre del tráfico de drogas.
Desde niño, “Loz” creció rodeado por los grupos de narcotráfico de México, y durante su juventud perdió a algunos de sus seres queridos. Su difícil temperamento y los traumas del pasado le hicieron alejarse de su hija y de su ex esposa, Yolanda, a las que hoy trata de recuperar.
Aunque no le gusta hablar de sus días como integrante de un cártel mexicano, sí reconoce que le perseguirán por siempre los demonios de aquellos años. Hoy, es un famoso tatuador y dirige su negocio particular en Miami.