Eugenio Derbez ha logrado consolidar su carrera artística no sólo en México, sino también en Estados Unidos donde radica desde hace varios años, y aunque ahora es una de las personalidades más exitosas de la comunidad latina, en sus inicios tuvo que enfrentarse a duras pruebas e incluso fue hospitalizado tras su primera actuación en el país norteamericano.
El actor confesó a la periodista Luz María Doria no sólo la difícil relación que tuvo hace unos años con su hijo José Eduardo, sino también el arduo trabajo que hizo para llegar a la industria del entretenimiento en el país vecino, donde tras su primera función llamó al 911 a punto del colapso.
El comediante contó que desde niño tuvo el deseo de incursionar en Hollywood, pero tras la muerte de su madre, la Primera Actriz, Silvia Derbez, sus inquietudes regresaron y así decidió en el año 2002 tomar clases de inglés intensivas en Los Ángeles, California.
Esto pronto lo impulsó a conseguir una oportunidad sin ninguna remuneración en una compañía local de California, donde se presentó por casi tres años cada fin de semana y continuar con sus actividades en México de lunes a jueves.
Pero al iniciar esta nueva etapa en su vida, Eugenio Derbez se enfrentó al público por primera vez en inglés y también a la atención médica en Estados Unidos, donde por falta de comunicación lo ingresaron al hospital y generó una deuda de casi 400,000 pesos mexicanos (lo equivalente a USD 20,000).
“Salgo a dar mi primer show, no había comido porque venía yo de México de grabar, no había desayunado y no había comido, y por estar ensayando no me dio tiempo de comer. Salgo, doy mi primera función con un estrés que no te puedes imaginar… lo he de haber hecho muy mal, lo bueno es que nadie me conocía”, comenzó el actor y comediante mexicano.
Derbez mencionó que al concluir su participación convivió con sus compañeros en un restaurante de sushi, pero no cenó porque no le gustan los alimentos crudos, lo que aumentó su ayuno y sus problemas de salud.
“Al día siguiente me levanto en la mañana, y en cuanto me levanto de la cama, en un hotel que aparte como no me pagaban el hotel, le dije a mi asistente, ‘el que sea, el que esté más cerca del teatro’… era un hotel de paso. Me levanto y de repente me empiezo a sentir mareado y siento que me voy a desmayar y claro era porque no había comido nada en no sé cuantas horas más el estrés de la noche y entonces resulta que tenía yo una hemorragia interna de gastritis, no sé qué tanto me dio», recordó el actor quien alcanzó a llamar a los servicios de emergencia norteamericanos.
“Cuando sentí que ya me iba a desmayar dije ‘lo siento, 911’… cuelgo y me desmayo. Y entonces lo siguiente que recuerdo es que estaba yo tirado en la cama y alcanzo a ver cómo estaba la puerta de mi cuarto abierta, los paramédicos aquí encima de mí, el pasillo y la gente asomada en sus cuartos, me suben a la ambulancia y me llevan al hospital…”, comentó.
Eugenio destacó que los servicios de emergencia pensaron que era un indigente, lo que no pudo negar ante su imposibilidad de comunicarse en inglés.
Esto complicó tanto la situación que estuvo a punto de ser reanimado en terapia intensiva en la unidad médica, finalmente salió en cuestión de horas sin recibir más atención, pero sí con una enorme cuenta por pagar.
“Tres horas después, ya estaba en la calle con una cuenta como de USD 20.000 (equivalente a 427.422 pesos) sin haberme hecho absolutamente nada… acabé pagándola y ese fue mi debut en inglés en un monólogo”, concluyó.
La carrera de Eugenio Derbez despegó en Estados Unidos muchos años después, cuando se estrenó la película No se aceptan devoluciones en la unión americana en 2013.