Sientes que la opresión no te permite respirar. Esa opresión es interna. Libérate de ella. Los buscadores de perlas de los mares del sur tienen que aprender a soportar la presión del agua varios metros bajo la superficie. Para hacerlo se hacen a la idea de que son peces y el agua es su elemento.

Quita las inseguridades de tu vida. No te sirven para nada y arruinan todo lo que puedes hacer. Antes de cocinar el arroz, el cocinero tiene que lavarlo siete veces y siete veces más para limpiar el agua donde habrá de hervir. Así debe ser tu personalidad ante los problemas. Límpiala de inseguridades y mantén los ojos abiertos.

No te precipites a juzgar a los demás. Un juez decía tener la capacidad de saber quien era culpable e inocente con la más mínima información. Le dijeron que traerían a su presencia a un hombre sin piedad, conmiseración y con total desprecio por la justicia. El juez aseguró que lo mandaría a la horca. «Su señoría,» le dijeron «lo acabo de describir a usted.»

No disfraces tu personalidad. Había un rey tiránico que obligaba a sus súbditos a comportarse de un modo diferente al que eran y sólo durante el carnaval podían sacar su personalidad usando máscaras. Durante un carnaval, un enmascarado se comportaba de un modo benévolo y, al caérsele la máscara, se reveló que era el rey quien tenía miedo de mostrar su lado bueno.

Las cosas pequeñas pueden dar grandes resultados. Un rey pidió ver al animal más aterrador del mundo. Le trajeron leones, tigres y elefantes salvajes, pero un sabio le dijo que traía el más aterrador. Le mostró una foto y el rey, viendo esas espantosas facciones, estuvo de acuerdo. El sabio reveló que era la ampliación de las mandíbulas de una pulga. Usa algo pequeño para lograr un gran resultado.

Hay que mantener la honestidad ante todo. Un hombre olvidó su billetera en el bolsillo de los pantalones que dejó en la lavandería y no se dio cuenta hasta que al recoger la ropa limpia, el lavandero le entregó la billetera con todo el dinero intacto y le dijo «porque ninguna billetera carga tanto dinero como para comprar una conciencia limpia.»

Algo valioso se te revelara hoy sin que tengas que buscarlo. Un hombre sabio le dio a un discípulo una caja cerrada y antes de que la abriera le dijo que vaciara su mente, que no pensara en lo que podía encontrar adentro y que así la abriera. El discípulo lo hizo y halló un pergamino que decía «felicidades, has pasado la prueba.»

Aprende a ser una persona equitativa y tendrás la apreciación y el apoyo de todos. Un rey tenía tres hijos, pero sólo favorecía a uno. Cuando un ejército llegó a atacar su reino, sólo un hijo lo defendió. Otro rey dividía todo entre sus tres hijos y cuando llegaron los invasores, sus tres hijos defendieron el reino y derrotaron al agresor. La equidad es fuente de fuerza y la fuerza da el éxito. Asegúrate de tener esa equidad en todo lo que haces.

Tú sabes la respuesta a tus problemas y no quieres reconocerla. Acéptala y ponla en acción. Un hombre ocultaba un tesoro y cuando la gente le preguntaba sobre sus riquezas decía que no sabía de lo que hablaban. Cuando quiso gastar su tesoro era ya muy tarde ya que era demasiado viejo para disfrutarlo. Así hay que hacer con lo que uno sabe.

Una alarma interna te hará saber si haces las cosas mal. Escúchala. En un pueblo lejano pusieron una alarma contra incendios para llamar a los bomberos pero el alcalde del pueblo, temiendo que la gente se asustara, bajo el volumen de la alarma tanto que cuando sonó nadie pudo escucharla y el fuego lo consumió todo. Escucha tus alarmas internas.

Algo de tu interés aparecerá el día de hoy. Aprovéchalo. Observa a los gatos cuando cazan un ratón. Se apuestan frente al agujero del roedor y no apartan la mirada ni se distraen un segundo para captar el más mínimo movimiento en las sombras y atrapar su presa. Así debes ser con las oportunidades.

Trata de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Un joven príncipe de un país lejano se negaba a salir del palacio para ir a la plaza principal. Así, cuando la bella princesa de otro reino pasó por la plaza, el príncipe no pudo verla y ella terminó casándose con su hermano, quien heredó el reino porque era quien podía dar herederos al rey.