Dale color a todo lo que hagas. Un artesano tenía una gran maestría en tallar la madera y decidió pintar sus creaciones. Un competidor le dijo que si las pintaba nadie podría observar el fino trabajo que hacía tallando. El artesano respondió «si no las pinto, nadie va a notarlas siquiera.»

Toma las responsabilidades con toda seguridad. Hay varios proverbios que hablan de «ponerse las botas.» Estos vienen de que las botas simbolizaban para los soldados el hecho de entrar en combate. Ponte tú las botas sabiendo que vas a vencer todos los obstáculos y vencer en cada batalla que el destino te presente.

Disfruta los problemas tanto como las soluciones. Un rey se quejaba de tantos problemas que tenía que resolver y pedía una vida sin preocupaciones. Su esposa lo escuchó y desde ese día decidió hacerle una comida insípida. Cuando el rey se quejó, ella dijo «los problemas son a la vida como la pimienta y el chile a la comida.»

Nada es demasiado pequeño e insignificante para el cosmos. Hay varias leyendas como la de Pulgarcito dónde un ser mitológico de tamaño miniatura tiene el valor para enfrentarse a los más grandes adversarios y derrotar los más temibles enemigos. De este modo son todos tus logros.

Sientes que te han impuesto demasiadas restricciones. Piensa como los monjes, que toman cada restricción en su vida como un reto y como un juego. Cada tarea es un divertido desafío y cada limitación es algo más a vencer. Si ves las cosas de esta manera cada día te parecerá más divertido que el anterior y tus éxitos se multiplicarán.

No derrames lágrimas por cosas que no puedes remediar. Una princesa leía un libro de historia y lloró por todas las épocas maravillosas que habían pasado y que no pudo ella disfrutar. Su maestra le dijo «si te pasas la vida llorando, tampoco podrás disfrutar esta maravillosa época que te tocó.»

Atrévete a navegar por aguas turbulentas. Dos marineros se subieron a un barco y, al ver que se acercaba una tormenta, uno decidió bajar las velas, pero el otro decidió dejar las velas izadas y usando la fuerza del viento escapó pronto a la tormenta.

Tu propia inocencia te sacará adelante. Piensa en los corderos de las praderas. Los más fieros depredadores se les acercan, pero al ver al cordero pastando sin malicia, el depredador siente que el corazón se le ablanda y lo deja en paz. Así es tu corazón: puro y sin la menor malicia.

Toma una decisión sobre ese asunto pendiente. Un príncipe fue llamado por su padre para que tomara decisiones sobre los asuntos del reino. El príncipe se quejó de lo difícil que era decidirse y el rey le dijo «afrontar estas decisiones difíciles es lo que te hace a ti ser príncipe.»

No confíes en tus recuerdos solamente y trata de apuntar las cosas importantes. Dice un proverbio Chino que «la memoria más brillante palidece ante la tinta más opaca.» Si tienes algo que recordar, trata de apuntarlo en una libreta o agenda electrónica que esté siempre cerca de ti.

No te fuerces a hacer algo que te incomode sólo porque los demás lo hacen. Un proverbio dice «de la moda lo que acomoda.» Usa tu propio criterio como guía y no dejes que la mayoría te presione para verte o hacer algo que no te parece.

Encuentra similitudes con la gente que te rodea. Sabes bien que el aceite y el agua son incompatibles, pero piensa en todas las recetas de cocina, como la de la mayonesa, que mezcla el aceite con el agua. Encuentra algo que te una con esas personalidades incompatibles con las que convives a diario.