Lleva tus principios dentro de ti y muéstralos con tu actitud. Un soldado mandó a hacerse una camisa que resaltara más las medallas al valor que había ganado. Temiendo que los enemigos le dispararan al verlo en ropa tan llamativa, puso protección anti-balas en la camisa. Un oficial le dijo «tanta protección hace ver que el valor que dicen las medallas no es tanto en realidad.»

Regresa a tus raíces para encontrarle sentido a tu vida. Piensa en el lugar donde naciste, tus primeros recuerdos, las primeras cosas que fueron importantes para ti. Todo esto, por sencillo que ahora te parezca, es lo que te ha hecho como persona y es lo que le da valor a todo lo que haces o tienes. La personalidad es como una casa y tu infancia son como sus cimientos.

Eres una fuente inagotable de energía para los demás. Si has oído leyendas de la fuente de la eterna juventud sabes de lo que hablamos. Una de estas leyendas dice que la fuente no era un ojo de agua ni nada similar, sino que era una persona cuya vitalidad hacía sentir jóvenes a los que se le acercaban. Así eres tú para quien te rodea.

Te fuerzas a aceptar tareas que no te corresponden. Una mujer vanidosa se compró un par de zapatos demasiado pequeños para ella. Cuando vio que no podía ponérselos dijo «no soy yo ni son los zapatos, es el calzador el que no sirve.» Así te encuentras a veces en situaciones en las que no te corresponde estar.

Sientes atracción a alguien, pero no te atreves a acercártele. Una antigua leyenda dice que la Luna se enamoró del planeta tierra, pero que al verse tan pálida en comparación, nunca se atrevió a acercársele y, como tampoco podía alejarse de él, se quedó dando vueltas en órbita por toda la eternidad.

No busques pretextos. Un niño tenía que escribir una historia como tarea, pero en vez de hacer la tarea se la pasó buscando pretextos para no hacerla. La maestra, al oír los pretextos tan fantásticos, le dijo «si hubieras puesto la mitad de imaginación en tu tarea me hubieras entregado la mejor historia que jamás habría yo leído.»

Te espera un largo viaje para alcanzar lo que quieres. No te preocupes que tienes la fuerza para resistirlo. Considera los colibríes, unas de las aves más pequeñas del mundo, pero que tienen la fuerza y la resistencia de atravesar grandes distancias año con año en sus migraciones.

Toma control de la situación. Un jinete trataba de domar a un potro salvaje y mandó a traer todo tipo de sillas de montar. Ninguna hacía que su cabalgata fuera más cómoda. Le pidió consejo a un jinete experto y el maestro le dijo «te preocupas mucho por la calidad de la silla de montar cuando te deberías de preocupar más por la calidad del jinete.»

Date oportunidad a poder cambiar de opinión. Un discípulo quería estudiar con un sabio y le hizo un juramento solemne de no dejar los estudios hasta no ser más sabio que él. El sabio dijo «ahora sé que no puedo confiar en ti, ya que la gente que no se permite cambiar de opinión no conoce sus propios límites.»

No permitas que otras persones te roben la energía. Un hombre tenía tanto miedo a los ladrones que no podía dormir. Pasaba noches enteras cuidando sus pertenencias y al día siguiente no podía hacer nada del cansancio. Un sabio le preguntó si valía la pena y el hombre dijo «si, ya que no me han robado nada.» El sabio respondió «te han robado la paz, que vale más que nada de lo que tienes.»

Sorpréndete con lo cotidiano como si fuera la primera vez que lo encuentras. Observa a los niños. Ellos tienen la capacidad de encontrar lo fantástico que es lo cotidiano y de maravillarse con los objetos más comunes cada vez que los encuentran. El que puede conservar esta capacidad a lo largo de su vida será un sabio.

Ejercita tu mente. Un rey le preguntó a un sabio como había logrado su capacidad mental. El sabio señaló una caja y dijo «con lo que hay ahí dentro.» El rey dijo «¿es un libro?» «No,» dijo el sabio. «¿Es una pócima?» «Tampoco.» Y así se la pasó el rey imaginando. El sabio por fin la abrió y mostró que estaba vacía. «A base de imaginar y preguntar es como llegué a desarrollar mi mente.»