El Índice de Precios al Consumidor (IPC), que es el indicador clave para medir la inflación, acumula un 8.3% en los últimos 12 meses (hasta agosto). Eso es una ligera baja respecto al mes anterior, pese a que los precios de la gasolina vienen bajando sustancialmente desde hace 90 días.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), uno de los indicadores de referencia para medir la inflación, subió 0.1% en agosto después de haber permanecido sin cambios en julio, indicó la Oficina de Estadísticas del Departamento de Trabajo. En los últimos 12 meses (hasta agosto) este índice acumuló una alza de 8.3%.
Se trata de una baja respecto al 8.5% registrado hasta el mes de julio. Sin embargo, esa cifra sigue estando muy por encima de los niveles de inflación que habitualmente se ven en Estados Unidos y ello podría presagiar más subidas agresivas de la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal.
«Los aumentos en los índices de vivienda, alimentos y atención médica» fueron los factores que más impulsaron la subida mensual, aunque estos aumentos «se vieron contrarrestados por una disminución del 10.6% en el índice de gasolina», apunta el reporte. Entre los índices más notables que bajaron en agosto están «tarifas aéreas, comunicación, automóviles y camiones usados».
Tal como reseña The Associated Press, «un aumento en los precios de enseres básicos, en los alquileres y las tarifas eléctricas», no ha desacelerado mucho el índice inflacionario, «agobiando a muchas familias y generando un pesimismo generalizado hacia la economía pese a un sólido mercado laboral y un desempleo bajo».
Sin embargo, este número llega cuando los precios de la gasolina, que es uno de los productos de consumo diario que más había aumentado en los últimos meses y afectado los bolsillos de los consumidores, ha dado signos consistentes en bajada. El promedio de precio en las gasolineras ha estado a la baja por al menos 90 días consecutivos.
Según Asociación Americana de Automóviles (AAA), cuyo índice de precios de combustibles es referencia en Estados Unidos, un galón de gasolina regular costaba un promedio de $3.74 hasta el último viernes, por debajo de los $ 5 a mediados de junio, es decir, cerca de un 25% menos que lo que costaba en el pico de ese mes.
Algunos expertos en economía habían pronosticado que el informe de IPC mostraría un 8.1% en los últimos 12 meses, por debajo del máximo alcanzado en cuatro décadas de 9.1% en junio, según el sitio de análisis de datos FactSet.
Algunos expertos apuntan a que la bajada de un mes a otro de este índice clave de inflación ha sido demasiado leve si se toma en cuenta que la gasolina (que al final afecta los precios de la mayoría de los bienes y servicios en el país) ha registrado bajadas.
La inflación, un dolor de cabeza
La inflación ha aumentado las facturas de comestibles, los alquileres y los costos de los servicios públicos de las familias, causando dificultades en los hogares y profundizando el pesimismo sobre la economía a pesar del fuerte crecimiento del empleo y el desempleo históricamente bajo.
Las señales de que la inflación podría haber alcanzado su punto máximo podrían impulsar las perspectivas de los demócratas en las elecciones de mitad de período y es posible que ya hayan contribuido a índices de aprobación pública ligeramente más altos para el presidente Joe Biden.
En sus discursos, Biden generalmente ha dejado de referirse al impacto de los altos precios en los presupuestos familiares. En cambio, ha destacado los logros legislativos recientes de su administración, incluida una ley promulgada el mes pasado que pretende reducir los precios de los productos farmacéuticos y luchar contra el cambio climático.
Aun así, los republicanos culpan al paquete de rescate financiero de 1.9 billones de dólares de Biden, aprobado en marzo de 2021, por contribuir al aumento de los precios, pese a que el contexto de alta inflación es un fenómeno mundial al igual que la subida de los precios de los combustibles.
Muchos economistas acuerdan en que la subida de los precios generalizada está vinculada a los reacomodos económicos relacionados con la pandemia: cadenas de suministro que se han roto; la invasión rusa a Ucrania y la escasez generalizada de artículos como los semiconductores (chips).
La Reserva Federal y su lucha contra la inflación
Los rápidos aumentos de tasas de la Reserva Federal (Fed), los más rápidos desde principios de la década de 1980, generalmente conducen a costos más altos para hipotecas, préstamos para automóviles y préstamos comerciales, con el objetivo de desacelerar el crecimiento y reducir la inflación.
La tasa hipotecaria promedio a 30 años subió a casi 5.9% la semana pasada, según el comprador de hipotecas Freddie Mac, la cifra más alta en casi 14 años.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha dicho que necesitará ver varios meses de lecturas de baja inflación que sugieran que los aumentos de precios están retrocediendo hacia su objetivo del 2% antes de que pueda suspender sus aumentos de tasas.
La Fed también sigue de cerca los precios que excluyen las categorías volátiles de alimentos y energía. La llamada inflación «básica» también ha caído desde su punto máximo, aunque se prevé que aumente hasta el 6.1% en agosto en comparación con hace un año, desde el 5.9% de julio.