Un juez federal firmó hoy un acuerdo preliminar bajo el cual el Gobierno de Donald Trump está obligado a reconsiderar cientos de peticiones de asilo de familias que fueron separadas en la frontera, mayormente bajo su política de “cero tolerancia”.
El juez Dana Sabraw, quien preside el litigio en una corte de San Diego (California), calificó hoy de “excelente” el acuerdo alcanzado por abogados del gobierno y de las familias afectadas en tres demandas colectivas.
“Pareciera que estamos muy cerca de terminar con esto”, señaló el magistrado sobre el caso, que obligó al gobierno a reunificar a más de 2,000 niños inmigrantes que fueron separados de sus padres en la frontera con México.
El acuerdo, aún pendiente de una audiencia final en noviembre, establece que se deberá dar otra oportunidad tanto a padres como menores para que sus peticiones de asilo u otras protecciones contra la deportación sean evaluadas.
Los padres con un orden de deportación, bajo libertad condicional o recluidos, tendrán una nueva entrevista ante el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) para determinar si existe “miedo creíble” de persecución.
Los niños que ya fueron reunificados con sus padres en detención, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) deberá utilizar su discreción para cancelar cualquier orden de presentación o detener cualquier proceso migratorio para que la solicitud de asilo de la familia sea reconsiderada.
De acuerdo con el último informe federal, se ha reunificado a 2,296 de los 2,654 niños que fueron separados de sus padres en la frontera.
Del grupo restante, 136 menores continúan bajo cuidado de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), 96 de ellos, de padres que ya han sido deportados del país.