Santos, de 34 años,se declaró inocente de haber defraudado a donantes, robar fondos de su campaña y mentirle al Congreso sobre ser un multimillonario, todo eso mientras cobraba subsidios por desempleo que no merecía. Dijo que no abandonaría sus intenciones de reelegirse.
El representante George Santos, el republicano de Nueva York cuyas mentiras sobre sus antecedentes y su riqueza lo impulsaron a ocupar el cargo, s e declaró inocente de los 13 cargos criminales por los que fue oficialmente acusado el miércoles, entre los que destaca lavado de dinero.
El acta de acusación destapa una red de fraudes y engaños que, según los fiscales, se sobrepone a su imagen pública fantástica como un empresario acaudalado -una biografía ficticia que comenzó a desmoronarse después de que ganó su elección a finales del año pasado-.
Santos, de 34 años, quedó en libertad con una fianza de 500,000 dólares después de su lectura de cargos, unas cinco horas después de entregarse a las autoridades en Long Island para ser acusado de cargos de fraude electrónico, lavado de dinero, robo de fondos públicos y falsas declaraciones al Congreso. De ser encontrado culpable podría ser condenado hasta 20 años de prisión.
“Este es el principio de mi oportunidad para enfrentar la situación y defenderme”, dijo Santos a los reporteros, prometiendo limpiar su nombre y refiriéndose a la acusación como una “cacería de brujas”.
Santos no dijo mucho durante su lectura de cargos, la cual duró unos 15 minutos. Su abogado dijo que planea continuar con la campaña de reelección que anunció recientemente, haciendo caso omiso a los llamados para que renuncie a su cargo. Le pidió permiso al juez para que Santos pueda viajar sin restricciones, aunque el legislador tuvo que entregar su pasaporte. Santos dijo que volvería a Washington para votaciones el jueves.
Santos pidió ayuda por desempleo relacionadas con el covid
La acusación indica que Santos cometió un «plan fraudulento de solicitud de contribuciones políticas», cuando creó una empresa para que sus partidarios aportaran fondos destinados supuestamente a su campaña política.
Pero los fiscales afirman que miles de esos dólares fueron usados para comprar ropa de diseño, para pagos de tarjetas de crédito y otros gastos personales del representante republicano, lo cual es violatorio de la ley de financiamiento de campañas electorales.
Santos también solicitó fraudulentamente ayudas federales relacionadas con la pandemia del covid, alegando estar desempleado desde marzo de 2020, cuando según la investigación trabajaba en una empresa de inversiones y, como parte de un salario anual de 120,000 dólares, supuestamente recibía depósitos regulares, con la excepción de un periodo entre julio y agosto de 2020.
Santos también recibió 24,744 dólares en beneficios del estado, según los fiscales.
«Tomadas en su conjunto, las alegaciones acusan a Santos de basarse en la deshonestidad y el engaño reiterados para ascender a los pasillos del Congreso y enriquecerse», dijo el fiscal federal Breon Peace en un comunicado.
«Utilizó contribuciones políticas para llenarse los bolsillos, solicitó ilegalmente subsidios de desempleo que deberían haber ido a parar a neoyorquinos que habían perdido su trabajo a causa de la pandemia y mintió a la Cámara de Representantes», agregó Peace.
Las turbias declaraciones de Santos al Congreso sobre sus finanzas
Santos también está acusado de mentir en los formularios de declaración de la situación financiera del Congreso cuando afirmó que ganaba 750,000 dólares de sueldo de una empresa de su propiedad, que había recibido entre 1 y 5 millones de dólares en dividendos de esa empresa y que tenía una cuenta corriente con un saldo de más de 100,000 dólares y una cuenta de ahorros con un saldo de más de 1 millón de dólares. Ninguna de esas cosas era cierta, afirman las autoridades.
Los candidatos al Congreso están obligados a presentar declaraciones financieras juradas antes de una elección en la que muestren con transparencia las finanzas del político, como sus activos e ingresos.
Como parte de su primera elección al Congreso en 2020, Santos presentó dos declaraciones ante la Cámara que contenían declaraciones falsas, según la acusación. Santos afirmó en los informes que había ganado $ 55,000 en salarios, comisiones y bonificaciones de una empresa, identificada en la acusación solo como ‘empresa nº 2’.
Santos también informó en la declaración de 2020 que la única compensación que recibió una suma superior a 5,000 dólares de una sola fuente por una «bonificación por comisión no especificada de la empresa nº 2».
Sin embargo, los fiscales afirman que Santos solo recibió 27,555 dólares de la empresa nº 2. Santos tampoco declaró en su totalidad un salario que percibió de una empresa de inversión no identificada.
Irregularidades en sus gastos de campaña
Además de las preguntas sobre la historia de su vida, los gastos de campaña de Santos avivaron el escrutinio debido a pagos inusuales por viajes, alojamiento y otros artículos.
El Centro Legal de Campaña, una organización no partidista, presentó una queja ante la Comisión Federal de Elecciones e instó a los reguladores a investigar a Santos. La “montaña de mentiras” que Santos propagó durante la campaña sobre la historia de su vida y sus calificaciones, dijo el centro, debería impulsar a la comisión a “investigar a fondo lo que parecen ser mentiras igualmente descaradas sobre cómo su campaña recaudó y gastó dinero”.
En sus presentaciones ante la FEC, Santos dijo inicialmente que prestó a su campaña y a los comités de acción política relacionados más de $750,000, dinero que, según él, provenía de una empresa familiar.
Sin embargo, la riqueza necesaria para hacer esos préstamos parece haber surgido de la nada. En una declaración de divulgación financiera presentada ante el secretario de la Cámara de Representantes de EEUU en 2020, Santos dijo que no tenía activos y que tenía un ingreso anual de $55,000.