+ Dos monjas admiten haber gastado $500,000 de escuela católica en California, se cree que en casinos
+ Funcionarios de la Arquidiócesis de Los Ángeles informaron que las religiosas malversaron durante los últimos años dinero de donaciones, matrículas de los estudiantes y otros fondos del St. James Catholic School en Torrance, al parecer para pagarse viajes y apostar. Mientras tanto, le decían a los padres de familia que el centro educativo estaba operando con presupuesto ajustado.
Una reciente auditoría en una escuela católica de Torrance, California, reveló el verdadero uso que le estaban dando dos monjas al dinero que los padres de familia pagaban por las matrículas de sus hijos: durante años la directora de la escuela y una de las maestras se habían gastado al menos medio millón de dólares en viajes y apuestas en casinos, según informó la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Una investigación interna de seis meses en la St. James Catholic School encontró que Mary Margaret Kreuper y Lana Chang, ambas retiradas recientemente, desviaron al menos 500,000 dólares de la escuela para uso personal durante los últimos seis años.
A finales de noviembre el centro educativo envió una carta informando a los padres que habían descubierto la malversación de fondos por una auditoría durante el cambio de liderazgo en la institución, pues Kreuper fue la directora por 28 años hasta que se retiró este año.
El pasado lunes en la noche realizaron una reunión para informar los detalles y funcionarios de la Arquidiócesis angelina advirtieron que $500,000 fue el monto que los auditores habían logrado rastrear por los registros de los bancos, pero no incluía transacciones en efectivo, como podrían ser las donaciones.
La escuela afirmó que las religiosas admitieron haber robado el dinero, que según la congregación a la que pertenecen, las hermanas de St. Joseph de Carondelet, tienen intenciones de devolver completamente.
«Nuestra comunidad está preocupada y entristecida por esta situación y lamenta cualquier daño a nuestra larga relación con las familias de la escuela», dijo la congregación en un comunicado. «Las hermanas de St. Joseph deseamos y tenemos la intención de restituir por completo el dinero a la escuela St. James».
Por esta razón el centro educativo había dicho que no iba a presentar cargos contra las monjas, pero esta semana la Arquidiócesis de Los Ángeles le dijo a ABC News que la investigación había avanzado al punto que estaban considerando tratarlo como un caso criminal.
«Están quitándole el dinero a los niños de la escuela, a niños que necesitan el dinero. Hacer eso es horrible», dijo Francis Grimes, de la iglesia católica St. James que maneja la escuela implicada en el fraude.
Indignación de los padres
Kreuper era la directora de la institución y Chang fue maestra de octavo grado durante 20 años. Mientras malversaban los fondos educativos, le decían a los padres de familia que estaban operando el centro educativo con un presupuesto ajustado, de acuerdo con los afectados.
Cuando uno de ellos preguntó en qué había sido gastado el dinero, uno de los abogados dijo: «Sabemos que ellas tenían un patrón de ir de viaje, ir a casinos y la realidad es que ellas usaron la cuenta de la escuela como si fuera la personal».
La monjas, descritas por muchos como mejores amigas, fueron reubicadas en conventos separados.
Muchos padres están indignados con la decisión de no presentar cargos criminales contra las monjas. Algunos incluso han dicho a medios locales que consideran unirse para presentar una queja formal a la Policía de Torrance.
«Éramos un cajero automático y la gente lo sabe y no van a pedir justicia», reclamó Jack Alexander, un padre de familia enfadado, quine señala que esto le envía un mensaje erróneo a los estudiantes de que el dinero es más importante que la moral.
De acuerdo con la Fiscalía de Los Ángeles, el caso no ha sido presentado a los fiscales por la Policía de esta ciudad del sur californiano.
Cómo las descubrieron
Durante el cambio de administración, la escuela realizaba una auditoría de rutina para entregar las cuentas en orden y de acuerdo a monseñor Michael Meyers, una familia solicitó una copia de un cheque que le entregó a la institución y el personal se dio cuenta que había sido depositado en otra cuenta de banco que no era la oficial.
En ese momento fue cuando Kreuper se puso «muy nerviosa y muy ansiosa» acerca de los resultados de la revisión financiera y solicitó a los trabajadores que alteraran los registros, según Meyers, citado por el diario Daily Breeze. Así fue como se dieron cuenta de que algo andaba mal y la Arquidiócesis decidió contratar a un auditor independiente para una investigación más profunda.
La alerta que levantó ese cheque depositado en otra cuenta, el comportamiento sospechoso de la directora y una pista que le hicieron a la línea de ética de la Arquidiócesis, fueron las claves para descubrir el desfalco.
De acuerdo a Meyers, la desviación de fondos ha ocurrido por mucho más tiempo, al menos 10 años. Pero según él, no había más involucrados aparte de Kreuper y Chang, quienes confesaron haber tomado el dinero para ellas.
Los auditores describieron el esquema de robo y explicaron que la directora lo que hacía era recibir todos los cheques de las matrículas y pagos a la escuela, algunos de los cuales no entregaba a los contadores sino que depositaba ella misma en otra cuenta, endorsándolos con un sello que decía «St. James Convent» en lugar de «St. James School».
Es por esto que ahora la escuela ha establecido un nuevo sistema de pago, en el cual el dinero de los padres va directamente a las cuentas bancarias de la institución sin pasar antes por manos de ningún directivo.