Una empleada federal que perdió su trabajo después hacerle un gesto obsceno a la caravana de Donald Trump en 2017 ha ganado este martes un asiento en la junta de supervisores de un condado en Virginia donde se encuentra un club de golf del presidente.
La demócrata Juli Briskman derrotó a la titular republicana, Suzanne Volpe, con el 52% de los votos.
Briskman ganó unos días de celebridad nacional en octubre de 2017, cuando paseaba en su bicicleta y fue fotografiada de espaldas haciendo el gesto de sacar el dedo del medio al paso de la caravana de vehículos de Trump, a la salida de su club de golf en Sterling.
Cuando la foto se hizo popular en las redes sociales, Briskman les reveló a sus jefes en la compañía Akima LLC., contratista del Gobierno, que ella era la protagonista. La empresa le pidió que dejara su trabajo o se enfrentara al despido por violar “las normas de conducta” de la compañía.
Desempleada, Briskman acudió a las redes sociales y recaudó más de 100.000 dólares en 10 días. Llevó ante la justicia a Akima y ganó una indemnización, pero su demanda por despido injustificado fue desestimada.
El incidente le inspiró sin embargo para entrar en la arena política. Fue voluntaria en la campaña de la demócrata Jennifer Wexton cuando se postuló para el Congreso, y luego ella misma se preentó para el escaño del condado de Loudoun.
Ahora esta mujer de 52 años y madre de dos hijos ha logrado ganar un puesto de supervisora precisamente el condado donde se encuentra el club de golf de Trump.
«Es fantástico, parece surrealista», dijo Briskman, por teléfono al diario The Washington Post mientras celebraba su victoria. “Los últimos dos años han sido bastante difíciles. Ahora estamos ayudando a tornar [el condado] Loudoun en azul», agregó, en referencia al color usado en político para los demócratas.
Entre sus metas, Briskman dice buscar que aumente la transparencia del gobierno local.
En las elecciones del martes, los demócratas tomaron control de la legislatura estatal de Virginia por primera vez en más de dos décadas.
Los votantes suburbanos acudieron a las urnas para respaldar a los candidatos demócratas, reforzando una tendencia de que los suburbios antes simpatizantes con el Partido Republicano están apoyando al Partido Demócrata. Esta es la tercera elección consecutiva en la que los demócratas lograron avances significativos desde que Trump fue elegido.
Grupos de control de armas y ecologistas afiliados al ex alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, gastaron varios millones de dólares ayudando a los demócratas a recuperar el control del Congreso estatal. En cambio, el presidente Trump no hizo énfasis en Virginia, estado que perdió en 2016.