El gobierno de Estados Unidos y la OTAN informaron a Rusia que no habrá concesiones de ninguna de las dos partes en cuanto a las principales exigencias de Moscú para resolver la crisis en torno a Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN hicieron llegar dos respuestas por separado a los rusos en las que se mantuvieron firmes en la política de puertas abiertas de la alianza para la adhesión, rechazaron la petición de prohibir permanentemente que Ucrania se integre a la organización y dijeron que los despliegues aliados de soldados y equipo militar en Europa del este no son negociables.
“No hay cambios, no habrá cambios”, aseveró el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken. Tampoco está sujeta a negociación la respuesta de Estados Unidos y Europa a cualquier invasión de Rusia a Ucrania, señaló, repitiendo que cualquier incursión de este tipo tendría severas consecuencias y graves costos económicos.
Las respuestas no fueron algo inesperado y son similares a lo que funcionarios de alto rango de Estados Unidos y de la OTAN han dicho durante semanas. Sin embargo, ellas y la eventual reacción rusa podrían determinar si Europa volverá a sumirse en una guerra.
De momento no hubo una respuesta por parte de Rusia, pero funcionarios rusos han advertido que Moscú podría tomar rápidamente “medidas en represalia” si Estados Unidos y sus aliados rechazan sus demandas.
Con el objetivo de facilitar vías de escape que le permitan a Rusia retirar los aproximadamente 100.000 soldados que ha desplegado cerca de la frontera con Ucrania sin que parezca que ha perdido una batalla de voluntades, la respuesta de Estados Unidos sí delineó áreas en las que se podrían abordar algunas de las preocupaciones de Rusia, siempre y cuando reduzca las tensiones con Ucrania.
Ante los reporteros en Washington, Blinken dijo que Rusia no se sorprendería por el contenido del documento estadounidense de varias páginas que el embajador estadounidense ante Rusia John Sullivan entregó el miércoles al Ministerio de Asuntos Exteriores de la nación europea.
“En conjunto, establece una vía diplomática seria, en caso de que Rusia la elija”, comentó. “El documento que hemos entregado incluye inquietudes de Estados Unidos y de nuestros aliados y socios sobre las acciones de Rusia que socavan la seguridad, una evaluación pragmática y de principios de las preocupaciones que Rusia ha planteado, y nuestras propias propuestas para las áreas en las que podemos encontrar terreno común”, señaló.
Blinken dijo que esperaba hablar con el ministro del Exterior ruso Sergey Lavrov sobre la respuesta en los próximos días. Sin embargo, aseguró que la decisión entre la diplomacia o el conflicto le corresponde a Rusia y, más concretamente, al presidente ruso Vladimir Putin.
“Ya veremos cómo responden”, comentó. “Pero no tengo dudas de que si Rusia aborda esto con seriedad y en un espíritu de reciprocidad con la determinación de mejorar la seguridad colectiva para todos nosotros, hay cosas muy positivas en este documento que podrían concretarse. No podemos tomar esa decisión por el presidente Putin”.
Poco después de que Blinken habló, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg dijo en Bruselas que la alianza había enviado una respuesta por separado a Rusia con una oferta de mejorar las comunicaciones, examinar la manera de evitar incidentes o accidentes militares, y discutir el control de armas. Pero, al igual que Blinken, rechazó cualquier intento de impedir la adhesión.
“No podemos y no comprometeremos los principios sobre los cuales recae la seguridad de nuestra alianza y la seguridad de Europa y Norteamérica”, señaló Stoltenberg. “Esto es sobre respetar a los países y su derecho a elegir su propio camino”.
“Rusia debería abstenerse de posturas de fuerza coercitiva, de la retórica agresiva y de actividades perjudiciales en contra de aliados y otras naciones.