El presidente Donald Trump abrió levemente la posibilidad de diálogo con los demócratas en relación con los subsidios de salud, que han sido el núcleo de la contienda sobre la paralización del gobierno, pero cerró esa opción de manera repentina poco después el lunes, dejando nuevamente a ambos sectores en un estancamiento claramente difícil de resolver.
Los demócratas están condicionando su apoyo a un acuerdo temporal de financiación a la continuación de los subsidios de salud que disminuyen el costo de los planes establecidos en la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, comúnmente llamada Obamacare.
“En este momento estamos involucrados en unas negociaciones con los demócratas que podrían resultar en beneficios significativos”, afirmó Trump. “Y me refiero a beneficios respecto a la atención médica”.
Las declaraciones de Trump representaron uno de los escasos indicios de optimismo el lunes mientras la paralización del gobierno entraba en su sexto día. Las conversaciones entre las partes han sido prácticamente inexistentes desde que comenzó el cierre, a pesar de su repercusión en los servicios gubernamentales.
Sin embargo, poco después, Trump utilizó su red social para reafirmar lo que la jerarquía republicana en el Congreso ha estado manifestando: Es imperativo poner fin al cierre del gobierno. Además, las gestiones para extender los créditos fiscales mejorados para la cobertura sanitaria se ejecutarían de manera independiente.
“Estoy dispuesto a colaborar con los demócratas en sus fallidos planteamientos de salud, o en cualquier otro asunto, pero primero deben permitir la reapertura de nuestro gobierno. ¡En realidad, deben reabrir nuestro gobierno esta misma noche! ”, publicó Trump.
Antes de que Trump se retractara de sus afirmaciones, los dos líderes demócratas en el Congreso, el senador Chuck Schumer y el representante Hakeem Jeffries, desmintieron que existieran negociaciones con Trump. Jeffries indicó que la Casa Blanca “ha permanecido en silencio” desde la reunión en la Oficina Oval de la semana pasada.
“La afirmación de Trump es inexacta, pero si realmente está dispuesto a colaborar con los demócratas, estaremos listos para dialogar”, aseguró Schumer.
El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, comentó a los periodistas que “podría haber un camino a seguir” respecto a los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, pero subrayó: “Creo que gran parte dependerá de la posición que adopte la Casa Blanca en este contexto”.
Más votaciones fallidas en el Senado
Los comentarios del presidente se produjeron justo antes de que el Senado realizara otro par de votaciones sin éxito el lunes referentes a la financiación del gobierno federal. Ninguna de las propuestas, ya sea la republicana o la demócrata, logró alcanzar los 60 votos necesarios para avanzar.
Ambos partidos dedicaron gran parte del día a intensificar la presión sobre el otro para finalizar la paralización.
Thune expresó que un programa de asistencia alimentaria para mujeres, bebés y niños estaba comenzando a enfrentarse a dificultades financieras, y señaló a los demócratas como responsables, afirmando que “ahora es el pueblo estadounidense quien enfrenta las repercusiones”.
Schumer manifestó que su equipo estaba dispuesto a colaborar con los republicanos para «reanudar las actividades gubernamentales y resolver la crisis de atención médica que afecta a millones de estadounidenses».
«Sin embargo, se requieren dos partes para llevar a cabo una negociación», declaró Schumer.
Pocas horas antes, ambos grupos se habían atrincherado en sus posiciones. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, afirmó que «no hay nada que discutir», mientras que Jeffries enfatizó que «este es el momento propicio» para alcanzar un acuerdo sobre atención médica.
Johnson, quien es republicano, indicó el lunes a la prensa que debían cesar las indagaciones sobre su falta de negociación para resolver el estancamiento, y aseguró que correspondía a unos pocos demócratas «detener esta locura» y aprobar una propuesta temporal de gasto que ya ha sido validada por la Cámara de Representantes.
«Hicimos nuestra parte para mantener el gobierno en funcionamiento, y ahora la responsabilidad recae sobre los demócratas del Senado», destacó Johnson.
No se prevé que la Cámara de Representantes realice sesiones esta semana, lo que coloca el foco en el Senado para que tome la delantera en cualquier acuerdo dentro del Congreso, que está bajo mayoría republicana. No obstante, a pesar de la ausencia de los representantes, los líderes de ambos partidos han llevado a cabo conferencias casi diariamente para expresar sus argumentos y tratar de responsabilizar a la otra parte por el cierre.
Inestabilidad económica
El estancamiento se presenta en medio de una alarmante incertidumbre económica. Si bien la economía de los Estados Unidos ha continuado su crecimiento este año, las contrataciones han disminuido y la inflación se mantiene en niveles elevados, puesto que los aranceles impuestos por Trump han generado diversas complicaciones para las empresas y han debilitado la confianza pública en su administración. Asimismo, se reconoce que el déficit presupuestario anual de casi 2 billones de dólares es financieramente insostenible.
La administración de Trump considera el cierre como una oportunidad para ejercer un control más estricto sobre el presupuesto, y varios funcionarios han indicado que se ahorrará dinero mediante la implementación de recortes permanentes de empleo para miles de trabajadores gubernamentales, una estrategia que nunca se había utilizado anteriormente.
Aunque Trump aparentemente insinuó el domingo que ya estaban ocurriendo despidos, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aclaró que el presidente se refería a ceses. En este caso, los empleados no podrán presentarse a trabajar, pero regresarán a sus labores y recibirán salarios retroactivos una vez que finalice el cierre. Leavitt precisó que aún se contemplan despidos si la situación de cierre se prolonga.
La perspectiva de despidos complica aún más una situación ya tensa en la que los legisladores de Washington han enfrentado dificultades para encontrar un terreno común y construir confianza mutua. Los líderes de ambos partidos confían en que la opinión pública se haya vuelto en su favor, presionando al adversario para que ceda.