El mundo vio cómo el príncipe Guillermo pasó de ser un colegial rubio a un apuesto piloto de rescate aéreo y marítimo, a un padre de tres hijos que se está quedando calvo.
Pero ahora que cumple 40 años el martes, Guillermo hace su mayor cambio hasta el momento: asumir un papel cada vez más central en la familia real mientras se prepara para su eventual ascenso al trono.
Eso quedó claro hace dos semanas cuando ocupó el centro del escenario en el gran concierto que conmemoró los 70 años de la reina Isabel II en el trono, elogiando a su abuela como pionera ambiental mientras hacía un llamado a la acción sobre el cambio climático.
“Esta noche ha estado llena de tanto optimismo y alegría, y hay esperanza”, dijo Guillermo, mientras se proyectaban imágenes de la vida silvestre, los océanos y las selvas en las paredes detrás de él en el Palacio de Buckingham. “Juntos, si aprovechamos lo mejor de la humanidad y restauramos nuestro planeta, lo protegeremos para nuestros hijos, nuestros nietos y las futuras generaciones”.
Aquejada por la edad y problemas de salud, la reina de 96 años está transfiriendo gradualmente más responsabilidades a su hijo y heredero, el príncipe Carlos. Eso a su vez le da a Guillermo, el hijo mayor de Carlos, un papel más importante que desempeñar y más oportunidades para poner el sello en una nueva generación de la monarquía.
“Guillermo ha estado muy interesado en mostrar cómo tratará las cosas de manera diferente”, dijo la experta en realeza Pauline Maclaran, autora de “Royal Fever: The British Monarchy in Consumer Culture”.
“Y vemos eso cada vez más, donde se enfatiza el futuro de la línea de sucesión, con Carlos colocado más en una especie de posición de espera para Guillermo. Siempre se nos recuerda que Guillermo está detrás de Carlos”, agregó.
La posición de Guillermo como eventual heredero al trono fue, por supuesto, sellada el día de su nacimiento el 21 de junio de 1982, el primer hijo de Carlos y la difunta princesa Diana. Eso lo puso en el ojo público desde el momento en que Carlos y Diana lo presentaron ante las cámaras afuera del ala Lindo del St. Mary’s Hospital en Londres.
El mundo ha visto a Guillermo desde sus días de escuela en Londres hasta su noviazgo con Kate Middleton en la Universidad de St. Andrews en Escocia y su espectacular boda en la Abadía de Westminster.
Desfiló ante las cámaras una vez más cuando se graduó de la Real Academia Militar de Sandhurst, y pasó al servicio activo en el Ejército, la Marina y la Real Fuerza Aérea. Finalmente, se convirtió en piloto civil de ambulancia aérea antes de pasar a desempeñar funciones reales de tiempo completo hace cinco años.
Sus organizaciones y causas benéficas, que van de la salud mental al medio ambiente, han dado pistas de qué tipo de monarca podría ser algún día.
Pero los eventos justo antes y durante las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina comenzaron a dar una indicación más clara de la visión del futuro de Guillermo.
Guillermo y Kate representaron a la reina el pasado marzo cuando realizaron una gira de ocho días por Belice, Jamaica y las Bahamas, tres de los 14 países independientes donde Isabel II aún se desempeña como jefa de Estado.
Fueron recibidos con bandas de música y cenas de gala, pero también con protestas de manifestantes que exigían reparaciones por el papel de Gran Bretaña en la esclavitud de millones de africanos. El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, dijo a la realeza que su país tenía la intención de convertirse en una república, rompiendo los lazos con la monarquía.
Después del viaje, los jóvenes miembros de la realeza fueron criticados como “insensibles” por perpetuar las imágenes del dominio colonial de Gran Bretaña.
Pero en lugar de recurrir a la respuesta tradicional de la Casa de Windsor de “nunca te quejes, nunca expliques”, Guillermo tomó la medida inusual de emitir una declaración en la que reflexionaba sobre todo lo que había sucedido.
“Sé que esta gira ha puesto aún más en foco preguntas sobre el pasado y el futuro”, dijo el príncipe. “En Belice, Jamaica y las Bahamas, ese futuro lo decide la gente”.
“Catalina y yo estamos comprometidos con el servicio”, continuó. “Para nosotros, eso no es decirle a la gente qué hacer. Se trata de servirles y apoyarlos de la manera que mejor les parezca”.
Esa voluntad de ser accesible es fundamental para la Casa de Windsor, que busca seguir siendo relevante para los jóvenes y consolidar su papel en la sociedad británica, dijo Maclaran.
“Es importante que Guillermo muestre que habrá cambios en la monarquía”, dijo. “De lo contrario, sospecho que realmente no podrá sobrevivir”.