El lunes por la mañana, líderes de la comunidad se reunieron frente al ayuntamiento de Houston para solicitar un mayor respaldo en la lucha contra la trata de personas, especialmente con la proximidad del Mundial 2026, un acontecimiento que atraerá a miles de turistas a la ciudad.
Houston, que es una de las ciudades anfitrionas del campeonato, ya enfrenta una preocupante reputación. “La ciudad es reconocida como la capital del tráfico sexual en Estados Unidos”, aseveró Iván Sánchez, quien organizó la protesta.
“Sucedidos de índole internacional como el Super Bowl o la Copa Mundial de Fútbol suelen agravar este problema, y no deseamos que eso ocurra aquí”, añadió Sánchez.
Los participantes en la manifestación, que incluían a sobrevivientes de violencia y representantes de organizaciones locales, hicieron hincapié en la posibilidad de un incremento en la explotación de mujeres y menores durante el evento deportivo.
Carolina Ortiz, una víctima de violencia doméstica, destacó la relación entre la trata sexual y otras formas de abuso: “Los tratantes emplean las mismas tácticas de control y terror que utilizan los agresores domésticos”.
De acuerdo con datos proporcionados por la organización Elijah Rising, se calcula que en Texas hay más de 313,000 víctimas de trata humana, de las cuales 79,000 son menores sometidos a explotación sexual.
En respuesta a estas preocupaciones, el comité organizador del Mundial en Houston afirmó que desde 2019 se ha estado implementando un plan de acción en derechos humanos que aborda de manera directa el tema de la trata de personas.
Durante la manifestación, se llevó a cabo una caravana alrededor del ayuntamiento con pancartas y globos, como un llamado simbólico a la acción urgente. María Rebollar, del ministerio Manos Ayudando, exhortó a la comunidad latina a no permanecer en silencio: “Aunque no tengas documentación, existen recursos disponibles. La ciudad cuenta con ayuda y organizaciones como la YMCA que pueden brindarte apoyo”.
Los manifestantes enfatizaron que no se oponen al Mundial ni a Houston, sino que buscan asegurar que el evento no se convierta en una oportunidad para la explotación de los más vulnerables.
