En la tranquila madrugada del 1 de octubre, Estados Unidos despertó con su gobierno federal sumido en una paralización. Este es el decimoquinto “shutdown” desde 1981 y se produce en un clima de intercambio de acusaciones: el presidente Donald Trump señala a los demócratas, quienes a su vez culpan a los republicanos por no asegurar los fondos necesarios para mantener en funcionamiento los servicios públicos.
El conflicto se centra en la política de salud, un campo en el que los demócratas exigen cambios, los cuales Trump y los republicanos rechazan de manera rotunda.
La consecuencia inmediata: una nube de incertidumbre para más de 750,000 empleados federales y un país que ya se cuestiona cuánto tiempo perdurará el bloqueo y quién asumirá las consecuencias.
¿Qué significa el cierre del gobierno para los trabajadores federales?
La Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca alertó que empleados cuyas funciones “no coincidan con las prioridades presidenciales” podrían verse afectados en sus puestos. Trump incluso mencionó la posibilidad de “reducir vastos números” de trabajadores, lo que ha encendido las alarmas en sindicatos que ya han llevado esta amenaza a los tribunales.
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, unos 750,000 empleados serán enviados a licencia sin goce de sueldo cada día. Esto representa un impacto de $400 millones diarios en salarios retenidos. Quienes desempeñan funciones esenciales —militares, seguridad nacional, control aéreo— deberán seguir trabajando, pero sin recibir su compensación hasta que se alcance un acuerdo.
¿Afectará el cierre del gobierno a los vuelos y al transporte aéreo?
Para los pasajeros, la respuesta inmediata es no: los vuelos seguirán operando. Los agentes de seguridad en aeropuertos, los controladores aéreos y el personal fronterizo son considerados esenciales y permanecerán en sus posiciones.
Sin embargo, las aerolíneas advierten sobre un impacto inevitable. Airlines for America, el grupo que representa a compañías como Delta, American y Southwest, indicó que al trabajar sin sueldo y con recursos limitados, los retrasos podrían multiplicarse significativamente. “El sistema puede verse obligado a ralentizarse”, advirtió la asociación.
¿Qué servicios siguen abiertos, pese al cierre?
El Smithsonian confirmó que mantendrá abiertos sus 17 museos y el Zoológico Nacional en Washington, D.C., al menos hasta el 6 de octubre, utilizando fondos del año fiscal anterior. Esto proporciona un alivio temporal a turistas y familias.
No obstante, no todo es estabilidad: las agencias de vivienda y consejería comunitaria ya anticipan recortes, lo que podría dejar a miles sin asistencia en temas críticos como alquileres o acceso a seguros médicos.
¿Se verán afectados los servicios de correo en un cierre del gobierno?
No. El Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) aseguró que continuará operando con normalidad, incluso durante el cierre del gobierno federal. Eso significa que la entrega de cartas y paquetes no se interrumpirá y que las oficinas de correos seguirán abiertas en sus horarios habituales.
En un comunicado emitido el 25 de septiembre, la agencia explicó que su funcionamiento no depende del presupuesto federal: “Somos una entidad independiente que se financia principalmente con la venta de nuestros productos y servicios, no con fondos de los contribuyentes. Por lo tanto, nuestras operaciones no se verán afectadas por un cierre gubernamental”.
¿Qué es un cierre del gobierno?
Cada año fiscal, el Congreso asigna los fondos necesarios para que las agencias federales puedan operar.
Sin embargo, cuando los legisladores no logran aprobar un presupuesto o una medida temporal de financiamiento, ciertas agencias deben suspender parcial o totalmente sus operaciones, según la Oficina de Administración de Personal (OPM). Algunos servicios y puestos son considerados esenciales, por lo que permanecen activos incluso durante un cierre.
¿Cuánto puede durar un cierre del gobierno?
Desde 1977 se han registrado 21 cierres federales en Estados Unidos. En total suman 121 días, lo que equivale a un promedio de casi ocho días por cada cierre.
El más prolongado en las últimas cinco décadas ocurrió durante el primer mandato de Donald Trump: se extendió por 35 días, entre diciembre de 2018 y enero de 2019. En ese mismo periodo, se produjeron otros dos cierres más breves: uno de tres días en enero de 2018 y otro de apenas unas horas en febrero de ese mismo año.