Republicanos Buscan Redefinir Distritos en Texas

El congresista federal Vicente Gonzalez, un demócrata de Texas que representa una parte del Rio Grande Valley a lo largo de la frontera con México, ganó su elección más reciente al Congreso por poco más de 5.000 votos.

Eso lo convierte en un objetivo tentador para los republicanos, que se preparan para redistribuir los mapas congresuales del estado la próxima semana y diseñar cinco nuevos escaños ganables para el Partido Republicano que les ayudarán a evitar perder el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de 2026. Ajustar los límites del distrito de Gonzalez para incorporar a unos pocos miles de votantes republicanos más, al tiempo que se desplazan algunos demócratas, podría voltear su escaño.

Gonzalez dijo no estar preocupado. Esos votantes demócratas tendrán que terminar en uno de los distritos republicanos que flanquean el actual de Gonzalez, haciendo que esos distritos sean más competitivos, posiblemente lo suficiente como para que los escaños puedan pasar a los demócratas.

«Prepárense para algunas oportunidades de ganar escaños», dijo Gonzalez, agregando que su partido ya está reclutando contendientes para los republicanos cuyos distritos esperan que se desestabilicen por el proceso. «Estamos hablando con algunos veteranos, estamos hablando con algunos exagentes de la ley».

Texas tiene 38 asientos en la Cámara de Representantes. Los republicanos ahora tienen 25 y los demócratas 12, con un escaño vacante tras la muerte del demócrata Sylvester Turner, un exalcalde de Houston, ocurrida en marzo.

El distrito de Gonzalez —y lo que suceda con los vecinos controlados por el Partido Republicano— está en el centro del arriesgado y potencialmente beneficioso impulso del presidente Donald Trump para que los republicanos de Texas reestructuren su mapa político. Trump busca evitar la tradicional caída en las elecciones intermedias que la mayoría de los presidentes en funciones sufren y mantener la mayoría en la cámara baja, que el Partido Republicano controla por poco.

El impulso de Trump llega en un momento en que hay numerosos signos de peligro político para su presidencia, tanto en la reciente agitación por el manejo de su gobierno del caso Jeffrey Epstein como en nuevas encuestas. Sondeos del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC muestran que la mayoría de los adultos en Estados Unidos piensa que sus políticas no los han ayudado y que su recorte de impuestos y proyecto de ley de gasto beneficiará a los ricos.

Los republicanos corren el riesgo de poner en peligro sus propios escaños

El temor de crear accidentalmente escaños inseguros es una razón por la que los republicanos de Texas reestructuraron sus límites con cautela en 2021, cuando el proceso de redistribución de distritos, ordenado por la Constitución, comenzó en los 50 estados. Quien crea los mapas, en la mayoría de los estados, es el partido que controla la legislatura, y debe ajustar las líneas congresuales y legislativas estatales después de cada censo de 10 años para asegurar que los distritos tengan aproximadamente el mismo número de residentes.

Eso es una oportunidad de oro para que un partido manipule el mapa contra el otro, una táctica conocida como gerrymandering. Pero también hay un término para redefinir un mapa de manera tan agresiva que pone en riesgo los propios escaños de ese partido: un «dummymander».

El Partido Republicano de Texas conoce el riesgo. En la década de 2010, la legislatura controlada por los republicanos redistribuyó los distritos electorales que ayudaron a aumentar la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes. Eso duró hasta 2018, cuando una reacción contra Trump en su primer mandato llevó a los demócratas a voltear dos escaños en Texas que los republicanos pensaban que estaban seguros.

En 2021, con los republicanos aún cómodamente a cargo del Capitolio de Texas, el partido fue cauteloso, optando por un mapa que principalmente reforzaba a sus titulares en lugar de apuntar a los demócratas.

Aun así, muchos republicanos creen que sus homólogos de Texas pueden ir a la ofensiva de manera segura.

«Una redistribución inteligente del mapa puede generar oportunidades de ganar escaños sin poner en peligro a nuestros titulares», dijo Adam Kincaid, director ejecutivo del National Republican Redistricting Trust, que ayuda a coordinar la creación de mapas para el partido a nivel nacional.

Demócratas contemplan un boicot legislativo

El gobernador republicano Greg Abbott convocó una sesión especial de la legislatura, que comienza el lunes, para cumplir con la solicitud de Trump de redefinir los mapas congresuales y abordar las inundaciones en Texas Hill Country que mataron al menos a 135 personas este mes.

Los legisladores estatales demócratas hablan sobre mantenerse alejados del Capitolio para negar a la legislatura el número mínimo necesario para reunirse. El fiscal general republicano Ken Paxton publicó que cualquier demócrata que haga eso debería ser arrestado.

Los legisladores pueden recibir multas de hasta 500 dólares al día por romper el quórum después que la Cámara de Representantes cambiara sus reglas cuando los demócratas iniciaron un boicot legislativo en 2021. A pesar de las nuevas sanciones, el congresista estatal Trey Martinez Fischer, quien lideró la huelga en 2021, dejó abierta la posibilidad de otro.

“No creo que nadie deba subestimar la voluntad de los demócratas de Texas”, expresó.

Texas no es el único estado republicano que implementó una redistribución de distritos a mediados de la década. Tras evitar una medida electoral para ampliar el poder de una comisión cartográfica en las últimas elecciones, los republicanos de Ohio esperan redefinir su mapa del Congreso de un 10-5 a favor del Partido Republicano a uno tan desigual como un 13-2 en un estado que Trump ganó el año pasado con el 55% de los votos.

Partido Republicano percibe nuevo impulso tras elecciones presidenciales de 2024

Algunos líderes demócratas han sugerido que los estados donde su partido está en control deberían contrarrestar la redistribución de distritos prevista en Texas.

“Tenemos que ser absolutamente implacables para recuperar el poder”, dijo el excongresista texano Beto O’Rourke en CNN el domingo.

Pero los demócratas tienen menos opciones. La mayoría de los estados que el partido controla no permite que sus partidarios electos tracen los mapas y confían a comisiones independientes la tarea de establecer límites justos.

Entre ellos se encuentra California, donde el gobernador Gavin Newsom ha sugerido, como posibilidad remota, saltarse a la comisión del estado.

Los pocos estados controlados por los demócratas que sí permiten a los funcionarios electos trazar los límites, como Illinois, ya han visto cómo los demócratas han aprovechado al máximo sus ventajas.

Trump y sus aliados animan a los republicanos texanos a ignorar cualquier temor que tengan y a apostar a lo grande.

El martes, el presidente publicó en su plataforma de red social un recordatorio de su historial en el estado en noviembre pasado: “Ganó por un millón y medio de votos y casi el 14%. Además, ganó en todos los condados fronterizos a lo largo de la frontera con México, algo que nunca antes había ocurrido. Sigo escuchando que Texas se está ‘volviendo demócrata’, pero es solo otra MENTIRA demócrata”.

Texas ha sido considerado durante mucho tiempo como un estado con tendencia demócrata debido a su creciente población no blanca. Pero esas comunidades dieron un giro a la derecha el año pasado y ayudaron a Trump a ampliar su margen a 14 puntos porcentuales, una mejora significativa con respecto a su victoria por 6 puntos en 2020.

Michael Li, nativo de Texas y observador veterano del estado en el Brennan Center for Justice (Centro Brennan para la Justicia), una organización sin fines de lucro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, dijo que no hay manera de saber si esa tendencia continuará en las elecciones del próximo año o si el estado volverá a su tendencia demócrata.

“Cualquiera que pueda decirte cómo se ve la política de Texas para el resto de la década tiene una mejor bola de cristal que yo”, agregó Li.

Una redistribución distrital agresiva también conlleva riesgos legales

Una región del estado donde los republicanos han logrado avances constantes es el Valle del Río Grande, que se extiende desde el Golfo de México a lo largo de gran parte de la frontera sur del estado. La región, con una población mayoritariamente hispana donde residen muchos agentes de la Patrulla Fronteriza, se ha unido al mensaje populista y de mano dura de Trump contra la inmigración.

Como resultado, Gonzalez y el otro congresista demócrata de la zona, Henry Cuellar, han visto cómo sus campañas de reelección se han vuelto cada vez más reñidas. Se especula que serán los dos objetivos principales del nuevo mapa.

También se espera que el Partido Republicano se centre en las tres ciudades más grandes del estado para encontrar a sus otros objetivos demócratas. Si los cartógrafos dispersan a los votantes demócratas de los distritos de las áreas de Houston, Dallas y Austin, podrían obtener cinco escaños adicionales.

Pero al hacerlo, los republicanos enfrentan un riesgo legal además del electoral: que dividan distritos que, según la Ley de Derecho al Voto, deben tener una cantidad significativa de ciertos grupos minoritarios. El objetivo de la ley federal es permitir que las comunidades elijan a los legisladores que prefieran.

El Partido Republicano de Texas ya enfrenta una demanda de grupos de derechos civiles que alegan que su mapa inicial de 2021 hizo esto. Si la redistribución de distritos de este año es demasiado agresiva, podría generar una segunda queja.

“Es arriesgado política y legalmente”, agregó Li sobre la estrategia de redistribución de distritos. “Es mandar a volar la cautela”.

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