La ley se aplica a los restaurantes que ofrecen servicio de mesa limitado o nulo y que formen parte de una cadena nacional con al menos 60 establecimientos en todo el país.
La mayoría de los trabajadores de comida rápida en California recibirán un salario de al menos $20 la hora a partir de este lunes, cuando está previsto que entre en vigor una nueva ley que dará más seguridad financiera a una profesión históricamente mal pagada y que amenaza con elevar los precios en un estado ya conocido por su alto costo de vida.
Los demócratas de la Legislatura estatal aprobaron la ley el año pasado, en parte reconociendo que más de las 500,000 personas trabajan en restaurantes de comida rápida no son adolescentes que solo buscan ganar algo de dinero sino adultos con la responsabilidad de mantener a sus familias.
Eso incluye a inmigrantes como Ingrid Vilorio, quien dijo que comenzó a trabajar en un McDonald’s poco después de llegar a Estados Unidos en 2019. Ese establecimiento de comida rápida fue su trabajo de tiempo completo hasta el año pasado. Ahora labora unas ocho horas a la semana en Jack in the Box mientras realiza otros trabajos.
“El aumento a $20 es fantástico. Ojalá esto hubiera llegado antes”, dijo Vilorio a través de un traductor. “Porque no habría buscado tantos otros trabajos en otros lugares”, reconoció.
El impacto para los propietarios
La ley fue apoyada por la asociación comercial que representa a los propietarios de franquicias de comida rápida. Pero, desde que fue aprobada, muchos de ellos se han lamentado del impacto que puede tener, especialmente porque la economía de California se ha desacelerado.
Alex Johnson posee 10 restaurantes Auntie Anne’s Pretzels y Cinnabon en el área de la Bahía de San Francisco. Dijo que las ventas se desaceleraron en 2024, lo que lo llevó a despedir al personal de su oficina y a tener que depender de sus padres para que lo ayudaran con la nómina y los recursos humanos.
Aumentar los salarios de sus empleados le costará a Johnson alrededor de $470,000 cada año. Tendrá que aumentar los precios entre un 5% y un 15% en sus tiendas y ya no contratará ni buscará abrir nuevos locales en el estado.
“Intento hacer lo correcto con mis empleados. Les pago todo lo que puedo. Pero esta ley realmente está afectando duramente nuestras operaciones”, dijo Johnson. «Tengo que considerar vender e incluso cerrar mi negocio», agregó. «El margen de ganancias se ha reducido demasiado si se tienen en cuenta todos los demás gastos que también están aumentando», añadió.
El progresivo aumento del salario mínimo en California
Durante la última década, California ha duplicado su salario mínimo para la mayoría de los trabajadores a $16 la hora. Una gran preocupación durante todo este tiempo era si el alza causaría que algunos trabajadores perdieran sus empleos a medida que aumentaban los gastos de los empleadores.
En cambio, los datos mostraron que los salarios subieron y el empleo no cayó, explicó a la agencia AP Michael Reich, profesor de economía laboral en la Universidad de California-Berkeley. “Me sorprendió lo poco o lo difícil que fue encontrar efectos en el desempleo. De hecho, encontramos efectos positivos en el empleo”, dijo Reich.
Según este experto, si bien el salario mínimo en California es de $16 la hora, muchas de las ciudades más grandes del estado tienen sus propias leyes de salario mínimo que establecen una tasa más alta que esa. Para muchos restaurantes de comida rápida, esto significa que el salto a $20 dólares la hora será menor.
A qué establecimientos aplica esta ley salarial
La ley reflejaba un compromiso cuidadosamente elaborado entre la industria de la comida rápida y los sindicatos, que estuvieron peleando por salarios, beneficios y responsabilidades legales durante casi dos años. La ley se originó durante negociaciones privadas entre los sindicatos y la industria, incluido el paso inusual de firmar acuerdos de confidencialidad.
La ley se aplica a los restaurantes que ofrecen servicio de mesa limitado o nulo y que formen parte de una cadena nacional con al menos 60 establecimientos en todo el país. Los restaurantes que operan dentro de un establecimiento de comestibles están exentos, al igual que los que producen y venden pan como elemento independiente del menú.