Equipos de rescate y los residentes buscan frenéticamente supervivientes bajo los escombros en las ciudades más afectadas. El terremoto, que se sintió en lugares tan lejanos como El Cairo, Beirut y Damasco, tuvo su epicentro al norte de la ciudad de Gaziantep, a 60 millas de la frontera con Siria.
Un fuerte terremoto de magnitud 7.8 remeció la madrugada de este lunes el sureste de Turquía y Siria, causando más de 640 muertos y miles de heridos, según funcionarios de ambos países que temen que la cífra de fallecidos siga aumentando.
El potente sismo, que se sintió en lugares tan lejanos como El Cairo, Beitur y Damasco, tuvo su epicentro al norte de la ciudad de Gaziantep, en una zona situada a 60 millas (unos 90 kilómetros) de la frontera con Siria.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (United States Geological Survey, USGS) reportó que el terremoto se percibió a 11 millas (unos 18 kilómetros). Una réplica de 6.7 retumbó unos 10 minutos después.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, informó de 268 muertos y 2,300 heridos en 10 provincias del país. Unos 1,700 edificios se desplomaron, añadió.
La cifra de muertos en las zonas de Siria controladas por el gobierno subió a 237, con más de 630 heridos, según medios estatales sirios. También se reportaron al menos 120 muertos en zonas bajo control rebelde del país, según los Cascos Blancos.
La frenética búsqueda de personas atrapadas entre los escombros
El sismo destruyó edificios desde las ciudades sirias de Alepo y Hama a la turca Diyarbakir, a más de 200 millas (330 kilómetros) de distancia al nordeste.
Casi 900 edificios se desplomaron en las provincias turcas de Gaziantep y Kahramanmaras, indicó el vicepresidente, Fuat Otkay. Un hospital colapsó en la ciudad costera mediterránea de Alejandreta, pero en un primer momento se desconocía el número de víctimas, señaló.
“Por desgracia, en este momento también sufrimos condiciones climáticas extremadamente graves”, dijo Oktay a la prensa. Casi 2,800 equipos de búsqueda y rescate se habían desplegado en las zonas afectadas, añadió.
Escenas de pánico y desesperación se vieron en las calles de las ciudades más impactadas en una fría noche de invierno. Los equipos de rescate y los residentes buscaban frenéticamente supervivientes bajo los escombros de los edificios aplastados en varias ciudades a ambos lados de la frontera.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo en su cuenta de Twitter que «equipos de rescate y búsqueda» habían sido enviados a las zonas afectadas por el terremoto.
En Turquía, la gente que intentaba salir de las regiones afectadas provocó atascos de tráfico que complicaban los esfuerzos de los equipos de emergencias por llegar a los lugares golpeados. Las autoridades instaron a los vecinos a no tomar las carreteras. Mezquitas de toda la región abrían como refugio para la gente que no podía regresar a sus casas en temperaturas que rondaban la congelación.
En la ciudad turca de Adana, los testigos dijeron que habían oído a una persona pedir ayuda bajo los restos de un edificio. “No tengo fuerzas para aguantar”, lloró la persona. Más al este, en Diyarbakir, grúas y equipos de rescate trabajaban en una pila de pisos de concreto amontonados que antes eran un edificio de apartamentos.
El temblor causó graves daños en el monumento más conocido de Gaziantep, un castillo histórico sobre la colina en el centro de la ciudad. Parte de los muros y las torres vigía de la fortaleza quedaron destruidos y otras partes muy dañadas, según imágenes de la ciudad.
Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor que están llenas de varios millones de desplazados sirios con un precario sistema de salud después de varios años de guerra. Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, citado por la AP.
“Se teme que haya cientos de muertos”, dijo Qaddor, refiriéndose a la región noroccidental del país. “Estamos bajo presión extrema”.
Los medios estatales de Siria informaron que algunos edificios se derrumbaron en la ciudad norteña de Alepo y en la ciudad central de Hama.
El grupo opositor Defensa Civil Siria dijo que la situación en la región controlada por los rebeldes era “desastrosa”, pues había edificios enteros desplomados y personas atrapadas entre los escombros.
El terremoto se sintió también en Líbano y Siria
El terremoto también se sintió en Beirut (Líbano) y El Cairo.
En Damasco, la capital siria, los edificios se remecieron y muchas personas salieron aterradas a las calles.
El sismo sacó de sus camas a los residentes de Líbano, estremeciendo edificios durante unos 40 segundos. Muchos de los habitantes de Beirut salieron de sus casas a la calle o condujeron sus vehículos a zonas alejadas de construcciones.
En El Cairo, capital de Egipto, también llegaron a sentir los coletazos del terremoto que ocurrió durante una tormenta de nieve en Oriente Medio que espera continúe hasta el jueves.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, afirma que ha comunicado a las autoridades turcas que Estados Unidos está dispuesto a proporcionar asistencia para ayudar en las labores de rescate tras el terremoto. En un tuit, Sullivan dijo que Estados Unidos estaba «profundamente preocupado por el destructivo terremoto de hoy» en Turquía y Siria.
«He estado en contacto con funcionarios turcos para transmitirles que estamos dispuestos a proporcionar toda la ayuda necesaria. Seguiremos vigilando de cerca la situación en coordinación con (Turquía)», dijo Sullivan.
Turquía se asienta sobre una de las principales fallas geológicas del planeta.