El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este domingo que «podrían existir negociaciones» con el líder venezolano, Nicolás Maduro, mientras su nación lleva a cabo el más significativo despliegue militar observado en décadas en el mar Caribe, dentro de la operación denominada Lanza del Sur. Aunque se asegura que este despliegue se centra en la lucha contra el narcotráfico, su lenguaje sugiere intentos por reactivar la Doctrina Monroe, revelando así su percepción de la región como su área de influencia.
«Podríamos entablar conversaciones con Maduro, y veremos cuál es el resultado. Ellos estarían interesados en dialogar», expresó Trump a los medios en el Aeropuerto Internacional de Palm Beach, en Florida. El presidente insistió en que son los representantes del gobierno venezolano quienes buscan establecer un canal diplomático, aunque admitió no saber «de qué se trata».
Trump, quien no especificó plazos, métodos, ni qué funcionarios participarían en un posible intercambio, se limitó a afirmar: «me comunico con cualquiera, veremos qué sucede», una declaración que refleja la ambivalencia de su discurso sobre Venezuela en los últimos meses. No obstante, sus amenazas directas hacia Maduro han sido claras, llegando incluso a acusarlo, sin evidencia, de encabezar carteles de narcotráfico en su país.
El presidente hace su propuesta el mismo día en que el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más avanzado y costoso de la flota estadounidense, llega a aguas del Mar Caribe, acompañado de destructores de misiles guiados, fragatas de apoyo y escuadrones de aviones de quinta generación.
En cuanto a la posibilidad de que el presidente solicite la aprobación del Congreso para los ataques a barcos narcotraficantes y eventuales acciones en Venezuela, Trump indicó que si el Congreso se opone a estas operaciones militares, «no sería positivo», y aseguró que no precisa del visto bueno: «lo único que no deseo es que se filtren datos sensibles que puedan poner en riesgo a nuestras fuerzas armadas o a la CIA», comentó.
En este marco, Rubio ha manifestado que Washington planea designar al inexistente «Cartel de los Soles» como una organización terrorista, lo que legalmente permitiría al Gobierno estadounidense llevar a cabo operaciones militares ofensivas sin el visto bueno del Congreso, según la Ley de Fuerzas Armadas, el Acta Patriótica y las amplias facultades del Ejecutivo en relación con la “lucha antiterrorista”.
Rubio aseguró que dicho «cartel» estaría «bajo el mando de Nicolás Maduro», a pesar de que ninguna agencia internacional, informe de la ONU o análisis independientes reconozca la existencia de una estructura criminal con tal denominación. La ONU ha señalado que los recientes ataques a embarcaciones no identificadas en el Caribe constituyen ejecuciones extrajudiciales y representan violaciones al derecho internacional.
Esta declaración se considera otra táctica en la estrategia para fundamentar la retórica beligerante contra Venezuela y los ataques militares que afectan la soberanía bolivariana y la de toda la región.
La DEA ha reconocido en informes confidenciales que esta construcción narrativa es utilizada para respaldar acciones encubiertas y presiones geopolíticas, así como para justificar una intervención militar en la República Bolivariana.
