La Casa Blanca ha anunciado este miércoles que tiene lista una nueva regla que podría dejar a cientos de miles de personas sin cupones de comida (food stamps, en inglés).
La norma que impone requisitos de trabajo para acceder al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, en inglés), endureciendo el acceso a los beneficiarios sin dependientes.
El Departamento de Agricultura calcula que 688,000 personas podrían perder estos beneficios, según reporta el periódico The Washington Post.
Según la ley actual, los beneficiarios sin dependientes no pueden recibir estas ayudas durante más de tres meses y por un período de tres años, a menos que estén trabajando o inscritos en un programa de educación o capacitación de 80 horas al mes.
Sin embargo, cada estado tiene la potestad de eliminar ese límite de tiempo y así garantizar a miles de personas el acceso a los cupones de alimentos durante los altibajos que implica la reinserción laboral.
Con la nueva regla, que entraría en vigor el 1 de abril del 2020, los estados deberán tener una tasa máxima de desempleo del 6% para quedar exentos de esa limitación.
Hasta octubre de 2019, según cifras del Buró de Estadísticas Laborales, solo un estado, Alaska, tenía una tasa de desempleo superior al 6%, con 6,2%.
La medida tiene un propósito económico, según el Gobierno, ahorrando 5,500 millones de dólares en cinco años, pero afectaría al 7% de los beneficiarios actuales.
“Los estadounidenses son personas generosas que creen que es su responsabilidad ayudar a sus conciudadanos cuando se encuentran con un tramo difícil”, ha explicado el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, “pero aquí se trata de restaurar la intención original de los cupones de alimentos, y de empujar a los estadounidenses más aptos hacia la autosuficiencia”.
En su opinión, la buena marcha de la economía debería ser un incentivo para endurecer las exenciones a los estados.
En 2000, la tasa de desempleo era del 4% y el número de estadounidenses que recibían esta ayuda era de poco más de 17 millones. Este año, la tasa está en el 3,6% pero hay ya 36,4 millones de beneficiarios.
“El desempleo es el más bajo en 50 años —enfatizó Perdue—, hay más ofertas de trabajo que personas para cubrir las plazas”.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la mitad de los estadounidenses tiene un empleo de bajo salario (alrededor de 10 dólares la hora)
Un informe emitido en noviembre por The Urban Institute estimaba que, de haberse puesto en práctica en 2019, la medida habría perjudicado a 3.7 millones de personas y 2.2 millones de hogares que reciben estos beneficios.
Calcula además que se produciría una reducción de 127 dólares en la asistencia mensual promedio, y que otros 3,1 millones de ciudadanos dejarían de recibir unos 37 dólares al mes.
En paralelo, casi un millón de estudiantes perdería el acceso a almuerzos gratuitos o con descuento.
No obstante, el análisis estima que las nuevas regulaciones también traerían algunos cambios favorables, como que cerca de 2.5 millones de hogares participantes recibirían un promedio de 14 dólares más al mes, y se incorporarían 67,000 nuevos hogares.