Las autoridades electorales venezolanas oficializaron el lunes que fueron aprobadas por abrumadora mayoría las cinco preguntas de un referendo convocado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro para reclamar soberanía sobre una gran franja de la vecina Guyana, argumentando que el territorio rico en petróleo y minerales fue robado cuando se trazó la frontera hace más de un siglo.
Guyana considera que el referendo es un paso de Venezuela hacia la anexión y que la votación tiene nerviosos a sus habitantes.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) notificó al mandatario venezolano que, tras el escrutinio de 98,16% de los votos, el “sí” se impuso por abrumadora mayoría en las cinco preguntas planteadas en el referendo. Cada una de ellas con más del 95% de los votos.
En la consulta, se preguntaba a los venezolanos si apoyaban el establecimiento de un nuevo estado en el territorio en disputa, conocido como Esequibo, en el que Venezuela otorgará ciudadanía a los residentes actuales y futuros. Esa postura rechazaba a la jurisdicción del máximo tribunal de Naciones Unidas para resolver el desacuerdo entre los dos países sudamericanos.
No está claro cómo pretenden las autoridades venezolanas concretar la idea de ejercer jurisdicción sobre ese territorio una vez lo declare parte de Venezuela, actualmente conformada por 23 estados y un distrito capital.
“Este referendo es vinculante y acató el mandato del pueblo”, apeló el mandatario. Y, adelantó, “ése es el rumbo como jefe de Estado” que “tomaré en todas mis acciones y en todas nuestras acciones de aquí en adelante”, dijo Maduro durante su intervención en la ceremonia.
Las implicaciones prácticas y jurídicas del referendo siguen sin estar claras.
Maduro manifestó que fue “una participación histórica para un referendo, que está superando el 51%” cuando todavía falta actas de votación por procesar, indicó.
Pese a que en los comicios la concurrencia de electores pareció muy escasa, Elvis Amoroso, presidente de la directiva del CNE, destacó que en el referendo participaron más de 10,4 millones de venezolanos de los 20,6 millones mayores de 18 años, inscritos dentro del país, que eran elegibles para votar.
En la víspera, Amoroso no dejó claro si la cifra anunciada entonces —ligeramente inferior a la actual y sin dar detalles tales como el porcentaje de abstención— efectivamente era reflejo del número de electores que fueron a sufragar o si se refería a cinco votos por cada persona, dadas las preguntas que debía responder cada elector.
Durante toda la jornada electoral se podían ver filas no mayores a tres decenas personas y en algunos de ellos los electores pasaban directo a las mesas vacías, en contraste de otros procesos cuando desde las primeras horas de la mañana cientos de personas se aglomeraban para sufragar.
Esa situación llamó la atención de simpatizantes y militantes del partido de gobierno.
Entre ellas, Ángela Albornoz, de 62 años, integrante de las organizaciones de base del partido gobernante conocidas como “jefes y jefas de comunidad”. Dijo a la AP que calculaba que entre 23% y 24% del total de electores acudió a su centro de votación en el oeste de Caracas. Ese cálculo sobre la participación estaba por debajo de sus expectativas sobre todo considerando que se trataba de un proceso que convocó a todos los venezolanos “sin importar el color” político.
Venezuela y Guyana se disputan el denominado Esequibo, un territorio continental de unos 159.500 kilómetros cuadrados (61.600 millas cuadradas) que los venezolanos reclaman como suyo desde 1897, puesto que esa región estaba bajo su jurisdicción durante la colonia española.
El gobierno del presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, catalogó el referendo como una “amenaza existencial” ideada para allanar el camino hacia la anexión de dos terceras partes de su país y pidió a la CIJ en noviembre que emitiera urgentemente una serie de órdenes, siendo una de ellas la de detener el referendo y eliminar tres de las cinco preguntas.
Venezuela saludó que la Corte en su dictamen del viernes pasado no fue determinante respecto al referendo, pero insistió en que no reconoce al máximo tribunal de Naciones Unidas como medio de resolución de la disputa. Esa postura, establecida en unas de las preguntas, fue respaldada por los electores, con el 96,31% de los votos.
Maduro insiste en la postura histórica de Venezuela de resolver el litigio mediante negociaciones en el marco del llamado Acuerdo de Ginebra suscrito con Reino Unido el 17 de febrero de 1966, justo 98 días antes de lograr su independencia. En ese entonces, Londres reconoció el reclamo de Venezuela, abriendo la posibilidad de encontrar un arreglo diplomático y satisfactorio para las partes.
En 2018, Guyana inició una demanda ante la CIJ para que ratifique el fallo de 1899, cuando Guyana era una colonia británica en la región. En abril, la Corte emitió una sentencia contra Venezuela y se declaró competente para seguir con el caso.