Biden ha expresado su «profundo agradecimiento» a Fauci, ya que gracias a él «Estados Unidos es más fuerte, más resiliente y tiene una mejor salud»
El principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, ha anunciado este lunes que en diciembre dejará su puesto, lo que supondrá su salida del Gobierno tras más de dos años siendo la cara más visible de la lucha contra la pandemia de COVID-19, a costa en ocasiones de discrepar públicamente con el expresidente Donald Trump.
Fauci dimitirá como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y también como asesor del actual mandatario, Joe Biden, con vistas a abrir «un nuevo capítulo» fuera de la Administración y con el «honor» de haber trabajado con siete presidentes distintos.
«Estoy especialmente orgulloso de haber trabajado como asesor médico jefe del presidente Joe Biden desde el primer día de su Gobierno», ha señalado Fauci en su nota de despedida, en la que ha dejado claro que no se jubila y seguirá colaborando en cuestiones relativas a ciencia y salud pública.
Biden ha expresado su «profundo agradecimiento» a Fauci, ya que gracias a él «Estados Unidos es más fuerte, más resiliente y tiene una mejor salud». «Gracias a las múltiples contribuciones del doctor Fauci a la salud pública, se han salvado vidas en Estados Unidos y en todo el mundo», ha añadido.
El actual inquilino de la Casa Blanca ya había colaborado con Fauci durante su etapa como vicepresidente, ocho años en los que el país norteamericano preparó estrategias para responder a virus como el ébola o el zika.
Ya como presidente, decidió mantenerlo como asesor de la Casa Blanca, en un guiño tanto práctico como político. Biden ha recordado que una de las primeras llamadas que hizo como presidente electo fue a Fauci, para pedirle que siguiese en el mismo cargo que ya venía ocupando con Trump.
Con este gesto, Biden mantuvo a su lado a una figura clave en la lucha contra la pandemia de COVID-19, habitual en los medios de comunicación estadounidenses y defensor de la adopción de restricciones sociales para contener la expansión del coronavirus, distante en ocasiones de la laxidad por la que abogada Trump.