Una operación de rescate estaba en curso en las aguas profundas del Océano Atlántico el lunes para buscar una embarcación sumergible que lleva a la gente a ver los restos del Titanic.
El Centro Conjunto de Coordinación de Rescate en Halifax, Nueva Escocia, informó que el submarino fue reportado como desaparecido a las 9:13 p.m. del domingo, a unos 700 kilómetros (435 millas) al sur de San Juan de Terranova, Canadá. El teniente comandante Len Hickey dijo que una embarcación de la Guardia Costera canadiense y barcos militares estaban ayudando en la labor de búsqueda, que estaba dirigida por la Guardia Costera de Estados Unidos en Boston.
OceanGate Expeditions confirmó la búsqueda de su sumergible y dijo que su atención estaba en las personas a bordo de la embarcación para cinco y sus familias.
“Estamos profundamente agradecidos por la amplia asistencia que hemos recibido de varias agencias gubernamentales y empresas de aguas profundas en nuestros esfuerzos por restablecer el contacto con el sumergible”, dijo la compañía en un comunicado. “Estamos trabajando para que los tripulantes regresen sanos y salvos”.
David Concannon, asesor de la compañía, dijo que Oceangate perdió contacto con el sumergible el domingo por la mañana. Tenía un suministro de oxígeno que dura 96 horas, señaló en un correo electrónico enviado a The Associated Press el lunes por la tarde. “Han pasado 32 horas desde que el sumergible dejó la superficie”, comentó Concannon, que dijo que iba a participar en la inmersión, pero que no pudo ir debido a otro asunto con un cliente. Señaló que las autoridades están trabajando para llevar al lugar un vehículo operado por control remoto que puede alcanzar una profundidad de 6.000 metros (unos 20.000 pies) lo más pronto posible.
Action Aviation confirmó que el presidente de la compañía, el empresario británico Hamish Harding, era uno de los turistas a bordo del sumergible. El director general de la compañía, Mark Butler, comentó a la AP que la tripulación partió el viernes.
“Se está haciendo todo lo posible para llevar a cabo una misión de rescate. Todavía hay mucho tiempo para facilitar una misión de rescate, hay equipo a bordo para la supervivencia en este caso”, dijo Butler. “Todos esperamos y rezamos para que vuelva sano y salvo”.
La expedición era el tercer viaje anual de OceanGate para documentar el deterioro del emblemático trasatlántico que chocó contra un iceberg y se hundió en 1912, matando a unos 700 de los aproximadamente 2.200 pasajeros y miembros de la tripulación. Desde su descubrimiento en 1985, los restos han ido sucumbiendo lentamente a las bacterias que devoran el metal, y algunos han predicho que el barco podría desaparecer en cuestión de décadas a medida que se abren agujeros en el casco y se desintegran algunas secciones.
El primer grupo de turistas estaba financiando la expedición gastando entre 100,000 y 150,000 dólares cada uno.
El viaje más reciente partió de San Juan, Terranova, a principios de mayo y se tenía previsto que terminara a finales de junio, de acuerdo con unos documentos judiciales entregados por la compañía en un tribunal federal de distrito de Virginia que preside las cuestiones relacionadas al Titanic.
A diferencia de los submarinos, que parten y regresan a puerto por sus propios medios, los sumergibles necesitan un buque que los lance y recupere. OceanGate contrató al buque canadiense Polar Prince, un rompehielos de tamaño medio que antes operaba la Guardia Costera de Canadá, para transportar a decenas de personas y la embarcación sumergible hasta el lugar del naufragio en el norte del Atlántico.