El conteo inicial de los votos indica el retorno de la derecha a Honduras. Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional y considerado conservador, que ocupó el tercer lugar en las encuestas y recibió el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump, lidera los resultados de las elecciones generales llevadas a cabo este domingo, conforme a los datos preliminares proporcionados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 44,23% de las actas contabilizadas.
Asfura ha conseguido el 40,6% (597. 184 votos) de los sufragios. En segundo puesto se encuentra el candidato del partido liberal, Salvador Nasralla, con el 39,20% (579. 626 votos), y en tercer lugar se posiciona Rixi Moncada, del partido oficialista Libre, con el 19,42% de los votos (287. 166), lo que representa un notable retroceso para el movimiento que fue establecido por el expresidente Manuel Zelaya.
La falta de confianza en el conteo de los votos ha marcado la fase final de las elecciones generales de este domingo. El CNE tardó en ofrecer los resultados preliminares, pese a haber prometido un conteo tres horas después del cierre de las urnas, que tuvo lugar a las 18:00, hora local.
Los tres principales candidatos de esta contienda expresaron su descontento ante el retraso y pidieron a las autoridades electorales una explicación.
“No mantengamos al país en incertidumbre”, exigió Asfura. Nasralla, con un tono religioso característico, publicó en su cuenta de X: “Que Dios proteja la voluntad del pueblo, nos libre de cualquier intento de fraude y nos mantenga firmes hasta el último instante”.
Luego del cierre de las juntas receptoras de votos, comenzó la tensión provocada por los tres principales partidos, que durante la jornada electoral publicaron resultados extraoficiales que proclamaban vencedores a sus candidatos. Moncada afirmó desde su perfil en la red social X que “el reporte de todo el país es excelente”.
“Estamos ganando las elecciones”, agregó, mientras que su rival más cercano, Nasralla, se declaró ganador del proceso y aseguró que obtendría el “50% de los votos”. “Voy a ser presidente. Aquí prácticamente todos votan por mí”, manifestó.
El Consejo Nacional Electoral será quien tenga la última palabra al presentar los resultados del recuento de las actas electorales que reflejen la decisión de más de 6,5 millones de hondureños convocados a votar.
Los electores eligieron este domingo entre la continuidad que representa la candidata de Libre, el partido de la presidenta Xiomara Castro, y un cambio hacia la derecha con Nasralla o Asfura. Durante el recuento de votos se determinará si los mensajes de Trump sobre el último tuvieron el impacto deseado en el electorado.
El presidente estadounidense ha prometido indultar al expresidente Juan Orlando Hernández, del partido de Asfura, quien ha sido condenado a 45 años de prisión en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico.
El presidente argentino, Javier Milei, también ha brindado su respaldo a Asfura.
La jornada transcurrió sin incidentes significativos, aunque se vivió un ambiente de alta polarización y tensión debido a la constante presencia militar, ya que Honduras permanece bajo un estado de excepción, una medida controvertida implementada por la presidenta Castro para combatir la violencia que afecta al país centroamericano.
Adicionalmente, la presidenta hondureña confirió a las fuerzas armadas una responsabilidad que la normativa no les asigna: supervisar la entrega y custodia de los informes de resultados.
El general Roosevelt Hernández, líder del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, declaró el viernes que únicamente reconocerá a las novas autoridades de la presidencia una vez que el Consejo Nacional Electoral emita el resultado oficial de todas las actas.
Las fuerzas militares desestimarán los resultados que ofrezca el sistema de resultados preliminares, conocido como TREP, que ha sido objeto de numerosas críticas por parte del gobierno.
Las mesas de votación se abrieron a las siete de la mañana. Desde temprano, los tres postulantes llegaron a sus respectivos centros de votación, haciendo un llamado a la participación activa de los votantes, quienes también deben elegir a los 128 miembros del parlamento y las autoridades de los 298 municipios del país. La presidenta Castro ejerció su derecho al voto al mediodía, acompañada por su esposo, Zelaya.
“Estamos iniciando un proceso de refundación en el país y eso es lo fundamental”, comentó Castro a los medios tras emitir su voto. “Estas elecciones son vitales para nuestra democracia. El pueblo merecemos paz y tranquilidad, poder asistir a las urnas con libertad y ejercer el derecho al sufragio”, añadió la mandataria.
Durante la mañana, se registró una alta participación en los centros de votación que este periódico visitó en Tegucigalpa, la capital. Jair Rico, de 22 años, se desempeñaba como custodio de Libre en este centro electoral, encargado de supervisar la correcta entrega de las maletas electorales y asegurar que todo se llevara a cabo sin contratiempos, incluido el recuento de votos.
“Al principio, tuvimos algunas interrupciones con el sistema biométrico, ya que la plataforma del Consejo Nacional Electoral estaba algo lenta, debido a que se estaban ingresando datos de diversas localidades, pero se logró solucionar”, indicó Rico en referencia a los dispositivos que registran las huellas digitales de los votantes.
“La participación ha sido constante, la gente se presenta más por la mañana”, comentó.
Nicolás Carrasco era uno de esos votantes. Acudió, junto a su esposa, a este centro con el consuelo de que la mañana transcurría tranquilamente tras una campaña electoral bastante polarizada y ataques repetidos por parte de los candidatos a la presidencia.
“Los candidatos, en lugar de concentrarse en presentar propuestas, también intercambiaron insultos y sacaron a relucir todo lo negativo”, expresó.
Carrasco acudió a votar con una preocupación: la corrupción desenfrenada que afecta a este país centroamericano.
“El pueblo anhelaba la creación de la CICIH, era una de nuestras prioridades, porque la corrupción es muy extensa, todo está profundamente contaminado”, manifestó, refiriéndose a la comisión internacional anti-corrupción, cuya avance es lento.
Fue un compromiso que la presidenta Castro deja sin culminar. En realidad, la líder aceptó este domingo después de emitir su voto: “Deseo ser muy explícita con los comunicadores.
