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Continua Buscando Cuerpos por Tornado en Kentucky

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Continua Buscando Cuerpos por Tornado en Kentucky

La alcaldesa de Mayfield dijo que la ciudad quedó tan devastada que luce como si cientos de palillos de fósforos hubieran quedado tirados en el suelo. Mientras continúan las labores de búsqueda de víctimas y recuperación, las bajas temperaturas y la falta de agua y electricidad complican aún más la situación.

Al menos 30 tornados golpearan la noche del viernes extensas áreas del Medio Oeste y el sur de Estados Unidos, dejando decenas de víctimas e incontables daños materiales en al menos seis estados del país.

Pero el epicentro de la catástrofe parece haber sido la pequeña ciudad de Mayfield, en Kentucky, de unos 10,000 habitantes, en donde la fábrica de velas Consumer Products colapsó, sepultando a los 110 trabajadores que se encontraban dentro, de los cuales se teme que decenas hayan fallecido. Solo unas 40 personas fueron rescatadas.

El gobernador Andy Beshear dijo que se creía que al menos 80 personas habían muerto en lo que llamó «el tornado más destructivo en la historia de Kentucky». «Será un milagro si alguien más es hallado vivo», agregó.

La cifra de fallecidos en los seis estados afectados por el poderoso sistema de tormentas es probable que supere el centenar.

Los meteorólogos indican que el tornado que atravesó la ciudad de Mayfield y otros pueblos de Kentucky se mantuvo con fuerza destructiva a lo largo de una franja de 200 millas, algo pocas veces visto.

Beshear dice que el devastador tornado recorrió exactamente 227 millas, más de 200 en su estado, dejando una estela de muerte y desolación a lo largo de 10 condados.

«Hay pueblos que ya no están, que simplemente, quiero decir, ya no están», dijo el gobernador a CNN este domingo. «Vas de puerta en puerta para ver cómo están las personas y ver si están bien. Pero no hay puertas. La pregunta es, ¿hay alguien entre los escombros de miles y miles de estructuras? Es devastador», declaró.

Casas y edificios de Mayfield, en el oeste de Kentyucky, fueron destruidos y han quedado reducidos a escombros: la corte, la cárcel, la oficina de correos, las iglesias, los negocios, el histórico Hotel Hall. En la plaza de la corte muchos de sus icónicos edificios fueron severamente dañados, algunos completamente.

Fotografía tomada por un dron de todo tipo de inmuebles destruidos en el centro de Mayfield, Kentucky, el sábado 11 de diciembre de 2021, después del paso de un tornado la noche del viernes. (Ryan C. Hermens/Lexington Herald-Leader vía AP) Crédito: Ryan C. Hermens/AP

La alcaldesa de Mayfield, Kathy Stewart O’Nan, dijo que la localidad quedó tan devastada que luce como si cientos de palillos de fósforos hubieran quedado tirados en el suelo. «Nuestra iglesia ha quedado destruida, nuestra corte, que está en el centro del pueblo, está destruida. Nuestro sistema de aguas no funciona, no hay luz», detalló.

Las imágenes aéreas muestran una panorama desolador.

«No sé cómo se recuperará Mayfield», dijo a The New York Times Joe Crenshaw, de 37 años, quien se encontraba en las inmediaciones de lo que era la fábrica de velas, a donde se había acercado para ayudar en el rescate de personas.

Temperaturas congelantes complican la recuperación en Mayfield

En medio de la tragedia y el rescate de víctimas, nuevas preocupaciones complican la situación ya desesperada de Mayfield: las temperaturas congelantes y la falta de agua.

«Hay 30 grados (Fahrenheit) aquí ahora (-1º celsius). Hace mucho frío. Perdimos una torre de agua, así que no hay agua fluyendo dentro de la ciudad de Mayfield. Esa es una preocupación inmediata, así como la protección, el calor de nuestros ciudadanos», dijo la alcaldesa O’Nan, quien también contó que había perdido a personas conocidas por el tornado.

“Anoche supe que uno de mis exalumnos trabajaba allí (en la fábrica) y perdió la vida. También supe que un señor con el que teníamos un programa de trabajo con algunos de los presos de nuestra cárcel local que fueron liberados para trabajar allí, pero tenían que tener un oficial con ellos en todo momento y ese oficial perdió la vida», declaró.

Hasta el momento, 13 muertes han sido confirmadas en el estado de Kentucky, entre ellas las de dos menores, de 3 y 5 años. La cifra puede superar las 100, advirtió el gobernador.

Mientras continúan los esfuerzos de limpieza, se ha establecido un toque de queda en la ciudad y todos los residentes deben estar dentro de sus casas o refugios a las 7 pm. A partir de esa hora solo pueden estar en las calles los socorristas, policías y demás personal autorizado.

El gobernador del estado pidió a la población que no anduviera en las carreteras y que no saliera a visitar las zonas afectadas. Para los que quieren ayudar, precisó, se ha establecido un Fondo de Ayuda para Tornados para apoyar a las víctimas de la tormenta, que ya ha recaudado cerca de un millón de dólares.

Y es que desde sábado, las estrechas calles del centro de Mayfield se habían convertido en un amasijo de hierros, escombros, cables de electricidad, ramas de árboles, restos de viviendas y objetos que incluso podían ser peligrosos para los vehículos, a pesar de lo cual había un gran ajetreo en la ciudad, pues muchas personas se movilizaron para presenciar la catástrofe ocurrida, para brindar ayuda, para tener noticias de personas conocidas.

«Esto va a hacer a Mayfield o va a quebrar a Mayfield», dijo al Times Dashawntrey Cooper, de 25 años. «Se necesitará algo más que fuerza para salir de esto», agregó.

En su barrio, las personas hurgaban entre los escombros de lo que fueron sus casas para buscar ropas y posesiones que pudieran ayudarlos a ellos y a otras personas, en medio de bajísimas temperaturas.

Linda Oliver, de 54 años, que había pasado la tormenta en la casa de un amigo, no sabía que se iba a encontrar al volver a su casa y mientras más se acercaba sus esperanzas disminuían.

«He visto algunas casas y lloré», dijo a The New York Times, sintiendo la necesidad de orar por las personas que vivían en ellas. «Dios, si sobrevivieron, ¡gracias!», añadió.

Y es que a pesar del terror y la angustia por la tragedia, por la pérdida humana y material, muchos en Mayfield se sienten agradecidos por haber sobrevivido.

Jamal Morgan, de 25 años, no deja de pensar que pudo haber estado entre las decenas de personas que quedaron sepultadas bajo la fábrica de velas. Él trabaja allí y le toca entrar a trabajar en ese momento, para el turno nocturno, que estaba haciendo para ganar un dinero extra.

“Por la gracia de Dios, me desperté tarde”, contó al Times, y ya yendo al trabajo casi tiene un accidente cuando su auto patinó a causa del agua acumulada por las tormentas. Entonces dio media vuelta y volvió a casa.

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