La avalancha sin precedentes de personas que han perdido sus trabajos no cede habiendo pasado ya ocho semanas desde que arreció la pandemia del coronavirus en Estados Unidos. Otros 3 millones de personas pidieron el subsidio por desempleo en Estados Unidos en la semana finalizada el 9 de mayo, reveló este jueves el Departamento del Trabajo, con lo que suman un récord de 36.5 millones desde mediados de marzo.
Han sido ocho semanas en las que se han eliminado todos los empleos creados en Estados Unidos desde la Gran Recesión del 2008, en una crisis sin precedentes que altos mandos económicos del gobierno reconocen será difícil de superar y pone a millones de hogares y negocios del país al borde de la quiebra.
«En la semana finalizada el 9 de mayo, la cifra de los pedidos iniciales ajustada estacionalmente fue de 2,981,000, un declive de 195,000 frente a la cifra revisada de la semana previa», dijo el gobierno.
Los nuevos pedidos de la ayuda por desempleo superaron el consenso de los analistas, que esperaban que la cifra se ubicara en torno a los 2.5 millones de personas en el lapso contemplado en este informe, aunque han bajado de forma sostenida en las pasadas semanas.
El dato presagia que mayo será otro oscuro mes para el mercado laboral estadounidense. Esto después de que la semana pasada el reporte oficial de abril mostró que más de 20.5 millones de personas se quedaron sin sus fuentes de ingresos y que la tasa del desempleo se disparó a cerca del 15%, una debacle que no se veía desde la Gran Depresión.
Y ese número habría sido aún más abultado pues millones más simplemente se cansaron de intentar acceder a los colapsados sistemas de los estados para solicitar el subsidio y miles más ni lo habrían intentado, según un reciente informe del Economic Policy Institute.
«Los pedidos continuos del subsidio siguen subiendo, y aumentaron de 22.37 millones en la semana finalizada el 25 de abril a 22.83 millones en la del 2 de mayo», destacó Maria Cosma en un análisis de Moody’s Analytics.
Dolor en los hogares hispanos
Las cifras del mercado laboral también son evidencia contundente del duro golpe que ha dado la propagación del virus por todo el país, al obligar el cierre de comercios, tiendas minoristas y restaurantes que mueven buena parte del sector de los servicios, uno de lo pilares de la mayor economía del mundo.
Ello sugiere que el impacto de la crisis en el sector laboral ha sido más amplio de lo que se pensaba inicialmente y que ha salpicado otras industrias más allá de las relacionadas con los servicios, que mueven el 70% de la economía estadounidense. Eso, a su vez, generaría que sea más difícil recuperar esos puestos de trabajo aún con las reaperturas graduales de partes del país y que la economía retome la senda de crecimiento rápidamente.
«La crisis del coronavirus presenta preocupaciones a largo plazo. El precedente muestra que recesiones profundas y prolongadas pueden dejar atrás un daño duradero a la capacidad productiva de la economía», advirtió en la víspera el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Ese panorama, añadió, empujaría a los hogares y negocios a la quiebra, mientras que altos niveles de desempleo por mucho tiempo deprimirían los salarios y aumentarían el endeudamiento de las familias.
Los nuevos pedidos del subsidio por desempleo superaron el umbral de los 200,000 en varios estados con gran población hispana. El mayor número se registró en Connecticut con 298,680 solicitudes, seguido de Georgia con 241,387 y de Florida con 221,905. En California hubo 214,028, mientras que en Nueva York fueron 200,375.
Los latinos han sido quienes se han llevado la peor parte de esta crisis laboral, pues su tasa de desempleo se disparó a un histórico 19% en abril y registró el mayor incremento entre todos los grupos.
«Si los pedidos iniciales permanecen elevados en estos estados, ello mostrará que si bien las restricciones del lado del suministro estarían cediendo, la demanda sigue estando débil. En otras palabras, aunque a los negocios se les permita reabrir, eso no significa que los clientes están regresando en grandes cantidades como para garantizar que se vuelvan a contratar empleados», explicó Cosma de Moody’s Analytics.