Colombia tendrá un Presidente de extrema izquierda. Igual que ha sucedido en otros países de Latinoamérica, el candidato del Pacto Histórico, afín al Foro de Sao Paulo, sustituirá al uribista Iván Duque. Respaldado por el Partido Comunista, el Polo Democrático y con un antiguo terrorista de Terra Lliure entre sus principales asesores de campaña, su llegada al Palacio de Nariño supone todo un hito en la historia de la nación sudamericana.
Venció con el 51% de los votos, contra el 47% de Rodolfo Hernández. El resultado, con una abstención similar a la primera vuelta del marzo -entre ambos sacaron cerca de veintidós millones- deja un país partido en dos, que el mandatario que tomará posesión el próximo 7 de agosto, tendrá que intentar unir.
De 62 años, economista, casado y padre de cinco hijos, Gustavo Petro perteneció a la guerrilla del M-19 y, después de la amnistía de 1989, inició una prolífica carrera en la vida pública en la que ha sido alcalde de Bogotá, congresista, senador y tres veces candidato presidencial.
Su rival, Rodolfo Hernández, un empresario millonario de 77 años que proponía combatir la corrupción, adelgazar el tamaño del Estado y promover la iniciativa privada, no dio la sorpresa que muchos esperaban. Aunque consiguió la proeza de recibir diez millones de votos, puesto que era un desconocido hasta hace pocos meses, acudir en solitario a las urnas, solo con un discurso del outsider alejado de la política tradicional, no fue suficiente.
Sus adeptos contaban con que los cinco millones de votantes de Fico Gutiérrez, de centro derecha, se sumaran en la segunda vuelta por el miedo que les provoca un gobierno de Petro. Pero no logró convencer a todos y terminó pagando sus duras críticas a Álvaro Uribe así como su rechazo a unirse a los partidos que disponen de una engrasada electoral y limitarse a hacer una campaña muy barata, enfocada casi en exclusiva a las redes sociales.
La victoria de Gustavo Petro supone un vuelco en la política colombiana. La existencia de las guerrillas del ELN y las FARC provocaron en el pasado que la mayoría de votantes rechazaran a la izquierda. Ahora, sin embargo, han pesado más las reivindicaciones sociales en una nación en la que la crisis del Covid-19 elevó hasta los veintiún millones el número de pobres, que la preocupación por los grupos criminales, que solo son fuertes en los departamentos mas apartados y de escasa población.
«Su triunfo es lógico porque lleva ocho años haciendo una campaña de oposición, proponiendo el cambio que el país ha querido y la mayoría le terminó creyendo. Pero viene un momento muy complejo porque ganó por un margen muy estrecho y acudía a las urnas con una coalición del establecimiento muy amplia, va a tener que repartirles juego y si cumple con ellos, quedará mal con los ciudadanos», le dice a EL MUNDO, Carlos Suárez, director de Estrategia y Poder.
Uno de los aspectos que ejercerá mas presión sobre el nuevo Jefe de Estado son sus promesas de subsidios, que exigirían quintuplicar la reforma fiscal que intentó el primer ministro de Hacienda de Iván Duque, Alberto Carrasquilla, y que no solo debieron retirar por considerarla demasiado elevada y favorable a los empresarios, sino que generó un paro nacional sin precedentes. Duró dos meses y lo supo capitalizar el movimiento que respalda a Petro. Entre esas medidas cabe citar la que el Estado contrate a los tres millones de parados si no encuentran trabajo en el sector privado.
«Rusia, China y Venezuela ganan un aliado. Hay que recordar que Petro nunca condenó la guerra de Ucrania y la ruina de Venezuela la achaca a la dependencia del petróleo y no al régimen dictatorial chavista», señala Francisco Santos, ex embajador en Washington con el gobierno Duque. «Pierde Joe Biden y el gobierno norteamericano, que ya no contará con el mejor aliado que tenía en esta parte del mundo. Además, Petro anunció que asignará a José Luis Rodríguez Zapatero un papel en su entorno lo que significa que con el resultado de las elecciones, la oposición de Juan Guaidó es otro de los perdedores. No olvidemos que Zapatero ha sido un aliado a Maduro».
En el plano interno, el líder del Pacto Histórico, que hasta la mañana del domingo dudaba de la limpieza de la Registraduría Nacional y advertía que podrían cometer fraude, ha protagonizado diferentes escándalos durante la campaña, que al final no le han afectado. Como cuando se conoció que estaban proponiendo el «perdón social» a condenados por corrupción y narcotráfico, o revelaron que planearon aniquilar la reputación de Fico Gutiérrez, favorito a disputar con él la segunda vuelta, inventando que era un depravado.
En la lista de perdedores también figura el presidente Iván Duque. Si bien en Colombia los altos cargos no pueden intervenir en las campañas, era evidente que prefería cualquiera antes que el opositor más enconado no solo con su Ejecutivo sino con el Centro Democrático y el expresidente Álvaro Uribe.
LAS CALLES CELEBRAN RUIDOSAMENTE EL TRIUNFO
Miles de personas estallaron en júbilo y se lanzaron este domingo a las calles de los pueblos y las ciudades de Colombia para celebrar la elección del primer aspirante izquierdista que llegará a la Casa de Nariño, sede del ejecutivo.
Caravanas de carros y gente izando banderas de Colombia fueron el común denominador de esta celebración acompañada de lluvia y frío, al menos en Bogotá, en donde la fiesta de los vehículos, avivada por batucadas y juegos pirotécnicos, colapsó algunas avenidas de la ciudad.
Al grito de «Petro presidente», «sí se pudo, sí se pudo ganarle a las maquinarias», miles de personas se congregaron en la céntrica Plaza de Bolívar, el corazón político y legislativo del país, para celebrar, informa Efe.
«Amo la libertad y la democracia y eso lo representa Petro», dijo a Efe Ómar Pinzón, un abogado de 60 años.
«Petro encarna el cambio y es la única forma de acabar con los Gobiernos que nos han dejado miseria y opresión», expresó, por su parte, Carlos Arturo Gutiérrez, quien junto con su esposa acudió a la Plaza a «celebrar el cambio que necesita el país».
RÍOS DE GENTE
En otras ciudades de Colombia la gente también salió a las calles a celebrar que Petro, de la coalición Pasto Histórico, se impuso sobre el populista Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, con lo que por primera vez la izquierda del país consigue la Presidencia.
«Fueron tres intentos pero al final se pudo», añadió Gutiérrez al que la emoción del triunfo de su candidato le hizo olvidar el paraguas, por lo que agregó: «la mojada es lo de menos, lo importante fue que ganamos».
«Vamos a seguir celebrando en paz, sin problemas. No queremos más odios, eso fue lo que acabó de decir el presidente», dijo Solangel Andana, una profesora de 26 años.
La maestra se refería al discurso que a esa misma hora pronunciaba Petro en un coliseo cubierto de Bogotá, lugar escogido por el Pacto Histórico para recibir los resultados de las elecciones.
Con el triunfo de Petro Colombia sigue la línea de otros países del área en los que candidatos de la izquierda han ganado las elecciones presidenciales.
«La izquierda puede ampliarse porque en Chile subió (Gabriel) Boric y puede ser que en Brasil vuelva a ganar (Luiz Inácio) Lula», puntualizó la maestra que agitaba una bandera de Colombia con una foto de Petro en el centro.
CON LA AYUDA DE FRANCIA
Un grupo de no más de diez afrodescendientes se las arregló para hacerse notar en la Plaza de Bolívar, en donde sobresalía por su colorida vestimenta y por el sonar de vuvuzelas y tambores, que también llamaron la atención.
«Francia es una mujer de empuje», expresó a Efe Íngrid Ocoró, que llegó a Bogotá hace tres años desde el selvático y empobrecido departamento del Chocó en donde «solo falta que nos den oportunidades para progresar».
Destacó que Petro obtuvo «buenos votos» en los departamentos del Pacífico colombiano.
«Esperemos que el presidente Petro le dé el lugar que le corresponde no solo por ser mujer afro sino como mujer que tiene propuestas serias y realizables para el país», agregó.
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A medida que avanzaba la noche la gente siguió en fiesta y poco importó que Petro no hubiese llegado a celebrar el triunfo en la plaza.
«Que le vamos a hacer», lamentó Ocoró que recordó que ahora lo que sigue es «fiscalizar que se cumplan las promesas de campaña y demostrar que es posible el cambio que tanto buscó el país».