Houston se encuentra ahora en la cima del ranking nacional en cuanto al riesgo de huracanes, según informa FEMA. Sin embargo, un reciente análisis de la Oficina del Contralor de la Ciudad desvela una inquietante cuestión: ¿tiene el Ayuntamiento los ahorros de emergencia necesarios para garantizar que los servicios sigan operativos cuando la próxima gran tormenta se desate?
En una conversación íntima con el controlador de la ciudad, Chris Hollins, la respuesta resulta ser alarmante.
«Podríamos estar haciendo considerablemente más», comentó Hollins.
Una tormenta perfecta de presión financiera
Las reservas de desastres de Houston, que son en esencia sus ahorros de emergencia, se encuentran tan debilitadas que solamente pueden sostener las operaciones básicas durante unas pocas semanas tras un evento significativo. Hollins no escatima en palabras.
«Lo que poseemos en nuestras arcas no es suficiente en absoluto», afirmó Hollins.
¿Nos convierte esto en un blanco más fácil? se le preguntó.
«Absolutamente, esto es una verdadera tormenta perfecta», respondió Hollins.
La tensión financiera que afecta a Houston es resultado de años de déficits presupuestarios, restricciones impuestas por el estado para incrementar los ingresos y un aumento vertiginoso en los costos fijos, donde la policía, los bomberos y las obligaciones de deuda consumen un asombroso 75% del presupuesto total de la ciudad.
El alarmante historial de desastres de Houston
Este aviso llega en un momento en que Houston enfrenta una avalancha anual de desastres naturales, experimentando al menos un evento importante cada año durante la última década, incluyendo los huracanes Harvey e Ike, que se encuentran entre las 10 tormentas más costosas en la historia de Estados Unidos.
«Aquí en Houston, no se trata de si sucederá, sino de cuándo ocurrirá», expuso Hollins.
Durante catástrofes pasadas, el respaldo federal de FEMA permitió a Houston recuperarse. Sin embargo, Hollins advierte que debido a los recortes presupuestarios federales en curso y una reducción en la plantilla laboral, depender de FEMA ya no es una certeza.
«Debemos aprender a cuidarnos a nosotros mismos y comprender lo que implica ser autosuficientes», declaró Hollins. «Esto significa destinar más recursos para estos días difícilesᄏ.
Cómo se compara Houston con otras ciudades
El informe pone de manifiesto un claro contraste entre Houston y ciudades comparables como Dallas, San Antonio y Miami. Houston posee el colchón financiero más frágil, con reservas que ascienden a aproximadamente la mitad de lo que los expertos recomiendan.
«Cuando no contamos con el dinero, simplemente no podemos gastarlo, sin más», afirmó Hollins.
¿Qué está en riesgo?
Sin un amortiguador financiero en su lugar, una gran tormenta podría desencadenar consecuencias mucho más severas que inundaciones: podría paralizar los servicios esenciales de la ciudad.
«Estamos en peligro de que nuestros vecindarios no sean limpiados, de que la recolección de basura se detenga, de que el 911 no responda cuando realmente más necesitamos ayuda», explicó Hollins.
Soluciones sobre la mesa
La Oficina del Contralor de la Ciudad ahora está recomendando una serie de transformaciones en la política financiera para fortalecer la preparación de Houston ante desastres:
– Aumentar los requisitos mínimos de reserva de la ciudad
– Dirigir automáticamente los excedentes de fin de año a ahorros destinados a desastres
– Explorar nuevas fuentes de ingresos sostenibles
En última instancia, la decisión recaerá sobre el alcalde de Houston y el Concejo Municipal.
La Alcaldía emitió la siguiente declaración:
«El controlador Hollins es un experto en la materia. La planificación y la recuperación de desastres en la Ciudad son demasiado importantes y no deberían convertirse en un juego político en temas cruciales para los residentes de Houston, especialmente durante la temporada de huracanes.
La ciudad cuenta con varias políticas que establecen metas para nuestros niveles de reservas. Históricamente, estas reservas han sido suficientes para funcionar como capital inicial y cubrir las actividades de respuesta y recuperación mientras colaboramos con nuestros socios federales y estatales para asegurar el reembolso.
La ciudad enfrenta recursos limitados gracias a nuestra restricción en los límites de ingresos, lo que significa que debemos priorizar nuestras necesidades. Hemos conseguido un equilibrio distribuyendo nuestros recursos entre nuestro fondo de estabilización del presupuesto, nuestro saldo del fondo general, manteniendo una póliza de seguro de propiedad considerable y asegurando el funcionamiento de nuestras operaciones diarias. Mover fondos de una cuenta a otra no aumenta el resultado final ni mejora nuestra preparación para desastres, solo se traslada dinero de un bolsillo a otro».