Para los simpatizantes del gobernador se trata de una pérdida de tiempo; mientras que sus detractores lo ven como una oportunidad de sacar del poder a los demócratas, presunta causa de varios males.
El gobernador de California Gavin Newsom se ponía al frente de un referendo revocatorio que le preguntó a 22 millones de votantes en ese estado si él debía permanecer en el cargo o dejarlo a uno de los 46 candidatos que buscaban reemplazarlo. Varios medios le han dado el gane virtual a este político, que recibió el respaldo de importantes figuras de su partido.
Los resultados preliminares arrojaban que la revocación fue rechazada por el 66.8% de los votos (5.5 millones), cuando las autoridades electorales habían contabilizado el 61% de las papelas electorales la noche del martes, de acuerdo con la agencia AP. El 33.2% sufragó a favor.
Newsom se declaró ganador en su cuenta de Twitter: «Esta noche, California votó NO por la revocación y SÍ por la ciencia, los derechos de las mujeres, los derechos de los inmigrantes, el salario mínimo, el medio ambiente, nuestro futuro. Rechazamos el cinismo y la intolerancia, y elegimos la esperanza y el progreso».
La jornada electoral transcurrió con tranquilidad y con poca participación en los centros de votación, considerando que más de 8.7 millones de personas ya emitieron su sufragio por correo. A menos de una hora del cierre de urnas, el diario Los Angeles Times informó que 9.5 millones de personas habían participado. En las elecciones presidenciales de 2020, 22 millones de californianos se registraron para participar.
Está previsto que la decisión definitiva de la jornada se confirme varios días después, posiblemente hasta el 22 de octubre. La campaña del rival más fuerte de Newsom, el republicano Larry Elder, había sugirido que si pierde podría culpar al fraude electoral, lo cual ya hizo, antes de que se contaran las primeras papeletas.
Trump, quien sigue sin reconocer su derrota en noviembre pasado, lo secundó este martes sin aportar pruebas. “En cualquier caso, nada importa porque las elecciones de California están totalmente manipuladas”, dijo en un comunicado citado por la agencia EFE.
Ante decenas de simpatizantes en Costa Mesa, Elder declaró el martes por la noche: “Aceptamos que perdimos la batalla, pero vamos a ganar la guerra”.
Para los simpatizantes de Newsom, esta elección es una pérdida de tiempo que no les ha dejado más remedio que tomarla como una oportunidad para demostrar que el Trumpismo (detrás de este esfuerzo revocatorio) no tiene fuerza en California. Pero quienes le quieren fuera lo consideran el momento oportuno para darle un portazo a los demócratas que gobiernan desde 2011 y que han generado una crisis económica, de vivienda, sanitaria, educativa, de seguridad, etcétera.
Las imágenes que difundieron medios de comunicación a lo largo de la jornada fueron, sobre todo, de centros de votación semivacíos, un panorama que se anticipaba por tratarse de un tema poco atractivo para el electorado y porque se ha vuelto cada vez más popular el voto por correo, como se confirmó en la pasada elección presidencial.
Todos los votantes registrados recibieron boletas por correo, un cambio que se hizo en respuesta a la pandemia del nuevo coronavirus. En la papeleta debieron responder dos preguntas: ¿Desea usted destituir al gobernador Newsom? Si el gobernador Newsom es destituido, ¿desea usted reemplazarlo?
Si el 50% o más del electoral votaba por el ‘no’, entonces el funcionario permanecería en el cargo hasta el final de su mandato, con la opción de reelegirse, lo cual es posible que se confirme. De lo contrario, Newsom habría salido y el aspirante con más votos sería el nuevo gobernador de California. Tantos como 46 candidatos se postularon para reemplazarlo.
Newsom el martes por la mañana a un evento organizado por un sindicato para alentar de último momento a los indecisos y a lo largo del día ha retuiteado varios mensajes de apoyo del presidente Joe Biden (quien este lunes hizo campaña a su favor en Long Beach), la vicepresidenta Kamala Harris (quien fue Fiscal General y senadora por California) y del Partido Demócrata californiano.
“California: hoy es el día. Salgan y VOTEN NO”, tuiteó Newsom desde la mañana.
El republicano que tenía más posibilidades de quitarle el puesto, Larry Elder, un afroestadounidense que es un locutor de radio con ideología conservadora, publicó en su cuenta de Twitter un video en el que urgía a sus simpatizantes: “Saquen a Gavin. Vota sí”.
En el cierre de su campaña el lunes, el candidato pidió a sus partidarios que usaran un formulario en internet para denunciar supuesto fraude. De hecho, el sitio afirmó (un día antes de que se contaran los votos) que había “detectado fraude” en los “resultados” de la elección de destitución. «Los análisis estadísticos utilizados para detectar fraudes en elecciones celebradas en países del tercer mundo (como Rusia, Venezuela e Irán) han detectado fraude en California, lo que ha dado como resultado que el gobernador Gavin Newsom sea reinstalado como gobernador”, se leía en el sitio.
Más tarde, el portal cambió su declaración por la siguiente: «La integridad electoral debería ser un ideal estadounidense universalmente aceptado. Desafortunadamente, hay casos en los que se cuestiona dicha integridad. Si ha experimentado alguna irregularidad, interferencia o intimidación mientras votaba, háganoslo saber llenando el breve formulario a continuación».
Las encuestas anticipaban el triunfo de Newsom, incluyendo entre los votantes hispanos. En 2003, un proceso electoral similar destituyó al entonces gobernador demócrata Gray Davis y lo reemplazó el republicano Arnold Schwarzenegger, quien gobernó durante dos periodos hasta 2011. Desde entonces, ningún aspirante de ese partido político ha ganado la gobernación de California.