“La pelota está de su lado. Hay mucho que discutir y realmente espero que estén dispuestos a sentarse y hablar”, había dicho el príncipe tras el enfrentamiento familiar.
El príncipe Harry asistirá a la ceremonia de coronación de su padre, el rey Carlos III, en la abadía inglesa de Westminster el 6 de mayo, según informó este miércoles el Palacio de Buckingham, pero su esposa, Meghan Markle, se quedará en California con los dos hijos de la pareja, el príncipe Archie y la princesa Lilibet.
Harry asistirá a la ceremonia pese a su ruptura con la Casa de Windsor y su mudanza a Estados Unidos en 2020, y a los últimos desencuentros por la publicación de sus memorias, que incluían detalles de conversaciones privadas con su padre y su hermano, el príncipe William. En enero, preguntado sobre si asistiría a los fastos, Harry dijo: “La pelota está de su lado. Hay mucho que discutir y realmente espero que estén dispuestos a sentarse y hablar”.
En una serie de entrevistas por la publicación de sus memorias (tituladas Spare), Harry aseguró en enero que “no ha habido absolutamente ninguna voluntad de reconciliación” tras su salida de la Familia Real, y agregó: “Quiero una familia, no una institución”.
“Cada vez que he intentado hacerlo en privado, ha habido informaciones y filtraciones y se han plantado historias contra mí y mi esposa”, Meghan Markle, contó al programa 60 Minutes.
“Sienten como si fuera mejor mantenernos, de alguna manera, como los villanos”, aseguró en otra entrevista, “no han mostrado absolutamente ninguna voluntad de reconciliación”. Sin embargo, aclaró sobre el futuro: “Me gustaría recuperar a mi padre. Me gustaría tener a mi hermano [William] de vuelta”.
La ceremonia real en Londres
La coronación de Carlos III, que asumió el trono en septiembre de forma automática al morir su madre, Isabel II, reunirá en Londres a más de 2,000 representantes de casi todo el mundo. Tras un servicio religioso que comenzará a las 11 de la mañana (hora local), Carlos III y la reina, Camila, marcharán en procesión por el centro de Londres, acompañados por cientos de militares británicos.
La ruta de la procesión a la abadía de Westminster será más corta de la que su madre tomó en 1953, en un evento más modesto y con toques modernos, dijo el domingo el Palacio de Buckingham.
La ceremonia seguirá estando impregnada de antiguas tradiciones y adornada con los ornamentos reales de las Joyas de la Corona, pero también contará con su propio emoji, reflejo de la primera coronación británica de la era de las redes sociales. La de la reina Isabel II fue la primera coronación televisada hace 70 años.
Rompiendo con la tradición, Carlos III y la reina saldrán del palacio de Buckingham en la carroza de Estado del Jubileo de Diamante, de color negro dorado, tirada por caballos y construida para el 60 aniversario de Isabel. Dispone de calefacción, aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un sistema de suspensión que hará que el viaje sea más cómodo que el de su madre durante su entronización.
Aunque Carlos III quiere demostrar que la monarquía sigue siendo relevante en el Reino Unido moderno y multicultural, ha dicho que planea adelgazar la institución.
No obstante, la coronación incluirá gran parte de los ornamentos utilizados durante siglos, como cinco espadas simbólicas, dos cetros y el Anillo del Soberano, de zafiro con una cruz de rubí engastada con diamantes.
La reina, que llevará la Corona de la Reina María, sostendrá un controvertido cetro de marfil. El Reino Unido tiene una prohibición casi total de comerciar con productos de marfil de elefante y el príncipe William, heredero al trono, ha hecho campaña contra el tráfico ilegal de partes de animales.