No ocultes tu físico. Un príncipe que se avergonzaba de su cuerpo implantó una ley que hacía que todos los súbditos se cubrieran de la cabeza a los pies. Esto hacía imposible que hombres y mujeres se reconocieran, se enamoraran y se casaran, llevando al reino a tener menos población que ninguno otro.

Ofrece hoy una ayuda desinteresada a alguna persona y hallarás una gran recompensa. Es común escuchar historias del samaritano que hizo una buena acción y recibió una gran recompensa material, pero tienes que pensar que la buena acción es una recompensa en si.

Te sientes fuera de lugar. No hace falta viajar lejos para sentirte en un lugar extraño. De pronto un día te despiertas y te sientes que todo ha cambiado y que no perteneces a este lugar. Es un claro indicio de que has evolucionado y que tienes que buscar nuevas cosas.

Marcha por delante del tiempo. Un rey tenía miedo de envejecer y para evitarlo se encerró en un palacio a donde el tiempo no entrara. Cuando se atrevió a salir se dio cuenta que había perdido su vida encerrado y se sintió más viejo que los que sí habían hecho algo con su vida.

Absorbes demasiadas emociones y no te dejan moverte. Piensa en una esponja común. Si la pones bajo el chorro del agua se irá llenando hasta hacerse demasiado pesada. Si tu corazón es una esponja no podrá moverse bajo el chorro de pasiones al que lo sometes.

Prueba relacionarte personalmente así como en los foros públicos de la Internet. Prueba hoy ir a un lugar y entablar una conversación con un desconocido. No tienes porqué temer si sigues normas básicas de seguridad y este lugar es suficientemente seguro.

No permitas que tu orgullo impida tus logros. Un príncipe se negaba a aprender a tocar un instrumento porque, aunque disfrutaba la música, pensaba que esta era labor de plebeyos y no de príncipes. Tampoco quería aprender a dibujar por la misma razón y así con cada tarea que se le presentaba. Al final se quedó sin aprender nada y pasó a los libros de historia como «el príncipe inútil.»

Acéptate como eres. Un ermitaño creía que el camino a la perfección era a través de negarse placer alguno. Un sabio le preguntó porqué lo hacía y el ermitaño dijo «porque las necesidades me hacen imperfecto.» El sabio dijo «pero si no las satisfaces siempre vas a tener necesidades.»

Encuentra un sistema que te permita lograr lo que quieres. Observa tu propio cuerpo. Cada órgano es parte de un sistema con una labor específica y a la vez todos los sistemas se complementan. El circulatorio lleva sangre a todo el cuerpo y el respiratorio limpia y oxigena esa sangre. ¿Cual es el sistema que te ayudará a conseguir tus metas?

Tu cerebro es la computadora más genial del Universo. Úsalo a toda su capacidad. No importa que tan poderosa o rápida sea una computadora, nunca podrá crear las ideas que tú tienes y tampoco nunca podrá soñar tus sueños o inventar las soluciones que sólo tú inventas.

Encuentra un orden que te permita ser y tener una mente libre. Los monjes del Tíbet mantienen sus monasterios perfectamente ordenados y limpios ya que esto les permite mantener sus mentes libres sin pensar en dónde hallar las cosas o donde encontrar lo que buscan.

Cuenta tus bienes para darte cuenta o comprobar realmente lo que has logrado. Es común en esta vida el pensar sólo en lo que nos hace falta. Qué es lo que los demás tienen y de lo que uno carece. Pocas veces te sientas a pensar en qué es lo que tienes y la gran fortuna de tenerlo.