+ La represión contra los opositores al presidente Daniel Ortega desde el pasado abril es «tan alta» que obliga a los ciudadanos a huir del país
El Gobierno de Nicaragua ha cometido violaciones de los derechos humanos y ha hecho la vista gorda mientras grupos armados arrestaban a los manifestantes, algunos de los cuales fueron luego violados y torturados bajo custodia, ha dicho en un informe el Consejo de Derechos Humanos de la ONU este miércoles. Desde que estallaron las protestas contra Daniel Ortega el pasado 18 de abril hasta el 18 de agosto, se ha generalizado el uso desproporcionado de la fuerza y las ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía, desapariciones, detenciones arbitrarias generalizadas e instancias de tortura y violencia sexual en centros de detención. El grado de represión «tan alto» ha forzado al exilio a ciudadanos por el simple hecho de expresar opiniones contrarias al líder sandinista.
«La represión y las represalias contra los manifestantes continúan en Nicaragua mientras el mundo mira hacia otro lado», ha dicho en un comunicado el alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad al-Hussein. En el informe piden que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU debería considerar la creación de una comisión internacional de investigación o verdad para evitar que la situación empeore. «La violencia y la impunidad de los últimos cuatro meses han puesto de relieve la fragilidad de las instituciones del país y del estado de derecho, y han generado un contexto de miedo y desconfianza», agregó.
Los detenidos en las protestas contra el presidente Daniel Ortega han sido torturados con pistolas Taser, alambre de púas, golpes con puños y tubos e intento de estrangulamiento. «Algunas mujeres han sido víctimas de violencia sexual, incluida la violación, y describieron las amenazas de abuso sexual como algo común. Los hombres apresados también mencionaron casos de violación, incluida la violación con rifles y otros objetos «, apunta el informe.
Después de que las protestas comenzaron en abril, las personas asociadas con el partido gobernante sandinista se movilizaron en fuerzas de choque o multitudes para atacar a los manifestantes pacíficos. «Estos tenían garrotes, palos, piedras y cascos», recoge el texto. Las Naciones Unidas también denuncia los grupos armados progubernamentales, entrenados por antiguos miembros de pandillas y soldados retirados. «Estos elementos armados están bien equipados con vehículos, equipo militar y armas, incluso con armas de alto calibre como los rifles de francotirador AK-47 y Dragunov».
Más de 300 personas han muerto y 2,000 han resultado heridas en las manifestaciones que comenzaron entre los estudiantes contra el presidente Ortega. Pese a que el pasado 20 de julio el mandatario dijo en una entrevista televisiva con Euronews que los grupos eran «policías voluntarios» en «misiones especiales» y que operaron encubiertos por razones de seguridad. La oficina de derechos humanos de la ONU ha reunido amplia información (de fuentes confidenciales y abiertas) de que los grupos partidarios del Gobierno actuaron con la aquiescencia (y a menudo de manera conjunta y coordinada) de las autoridades estatales de alto nivel y de la Policía Nacional, y que actúan con total impunidad», dijo el informe.
Sobre el uso de armas, incluido rifles, entre los manifestantes, la ONU no encontró pruebas de que su violencia hubiera coordinada o planeada. Para la elaboración del informe el organismo internacional ha tenido obstáculos en su trabajo, aunque ha estado en contacto regular con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua.