Presidente Amenza a Controladores Áereos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió este lunes un aviso directo a los controladores aéreos, demandando su retorno inmediato a las torres de control. Esta comunicación se produjo en medio de un colapso sin precedentes en el transporte aéreo, resultado del cierre del Gobierno federal, que ha estado en vigor por 41 días.

El mandatario utilizó sus redes sociales para difundir un mensaje enérgico: “¡Todos los controladores aéreos deben regresar al trabajo AHORA MISMO! Las consecuencias para quienes no lo hagan incluirán una significativa disminución de su salario. ¡PRESÉNTENSE YA! ”. El presidente también ofreció «recompensas» a aquellos que permanecieran en sus puestos, aunque no especificó los detalles sobre su implementación.

El cierre del Gobierno ha ocasionado una crisis de personal en la Administración Federal de Aviación (FAA). De acuerdo con su director, Bryan Bedford, entre un 20 y un 40 por ciento de los controladores aéreos no se presentan a trabajar de manera diaria en los 30 aeropuertos más importantes del país.

La disminución de personal ha resultado en más de 660 vuelos cancelados y 3,300 retrasos en un periodo de 24 horas, según datos proporcionados por el portal FlightAware. El domingo ha sido señalado como «el día más grave en términos de interrupciones aéreas» desde que comenzó el cierre el 1 de octubre.

En localidades como Chicago, Nueva York, Atlanta y Washington, las terminales aéreas están saturadas, con largas filas y pasajeros atrapados. Los vuelos que aterrizan en el aeropuerto Kennedy están experimentando un retraso promedio de más de dos horas y media, mientras que las salidas enfrentan demoras de cerca de 100 minutos.

Acciones de emergencia y contexto político

Frente a la crisis, la FAA ha dispuesto una reducción gradual de los vuelos diarios, iniciando con un recorte del 4 por ciento y alcanzando hasta un 10 por ciento antes del 14 de noviembre, como medida para prevenir riesgos en la gestión del tráfico aéreo. Esta situación ha llevado a la suspensión de operaciones en 12 aeropuertos, incluidos Chicago O’Hare y Reagan Washington National. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que las reducciones no se levantarán hasta que se mejore el número de controladores disponibles.

A la crisis política se agrega una tormenta invernal en Chicago, generando un «cóctel perfecto de caos: condiciones climáticas, cierre gubernamental y escasez de personal», según un portavoz de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas.

El Senado de Estados Unidos ya ha aprobado un proyecto de ley destinado a poner fin a la parálisis federal, aunque todavía se requiere la firma del presidente. En caso de que el cierre continue, los analistas prevén que el impacto económico podría superar los mil millones de dólares, afectando a las aerolíneas nacionales. Por su parte, los sindicatos de controladores aéreos han rechazado el ultimátum de Trump, argumentando que la crisis es consecuencia de la «falta de pago».

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