La actriz Shannen Doherty ha dado la noticia que nunca querría haber dado: su cáncer ha vuelto y lo ha hecho en un estadio IV, lo que significa que está bastante avanzado. Ha hecho estas duras declaraciones esta mañana en el programa Good Morning America, donde quiso compartir ella misma este amargo trago con todos los espactadores. «Va a salir a la luz en cuestión de días o semanas que estoy en un estadio IV. Mi cáncer ha vuelto y por eso estoy aquí», ha afirmado entre lágrimas la actriz tres años después de haber superado la enfermedad y coincidiendo con el día mundial contra el cáncer.

«Es un trago muy amargo en todos los sentidos», confesaba la que fuera protagonista de Sensación de Vivir, que con gran sinceridad y generosidad admitía cómo se encontraba: «Estoy petrificada. Estoy bastante asustada». Cuando se enteró de las malas noticias, le resultó inevitable preguntarse que por qué le tenía qué ocurrir a ella, pero entonces decía: » bueno, y por qué no yo, ¿quién si no? ¿quién merece esto? ninguno de nosotros». De todas, formas una de sus mayores miedos al conocer el diagnóstico, según ha dicho, fue contárselo a su madre y a su marido, el productor, Kurt Iswarienco. «Mi madre es un ser humano tremendamente fuerte y valiente, igual que mi marido, pero estaba preocupada por él», explicaba.

Aunque ha elegido hacerlo público ahora, se enteró de este último diagnóstico en febrero del año pasado, cuando se comprometió a participar en la secuela de Sensación de Vivir y cuando falleció su excompañero de la mítica serie de los 90, Luke Perry. Por todo ello, pensó que no era el momento. «¿Por qué no fui yo? Era tan raro para mí ser diagnosticada y que alguien que parecía sano se fuera antes. Fue muy impactante y lo mínimo que podía hacer era honrarle haciendo esa serie». decía la actriz, a la que además le gustaría transmitir que a pesar de estar en una fase tan avanzada de la enfermedad es posible trabajar. «Nuestra vida no termina en el momento en que te diagnostican», insistía. De los coprotagonistas de la serie, solo Brian Austin Green conocía la situación de su amiga y fue un gran apoyo para ella, que asegura que tuvo que hacer frente a «momentos de mucha ansiedad» en los que pensó que no podría con todo. «Así que antes de rodar he siempre me llamaba y me decía, ‘escucha, sabes que pase lo que pase estoy aquí’ el me miraba y era como ‘podemos hacerlo, pequeña’… Brian me ayudó mucho», contaba emocionada.