+ “Disfruten la vida” las últimas palabras de un hombre que asesinó a un policía en una tienda erótica
El estado de Texas ejecutó este miércoles a Robert Jennings por asesinar a un policía durante el robo de una librería erótica en Houston en 1988.
Jennings, un afroamericano de 61 años, murió a las seis de la tarde después de recibir la inyección letal en la prisión de Huntsville, según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas a la agencia de noticias EFE.
Sus últimas palabras fueron: «A mis amigos y a mi familia, este fue un bonito viaje. A la familia del policía, espero que esto (la ejecución) les dé paz y espero que estén bien. Disfruten los momentos de la vida porque nunca los recuperamos».
Jennings fue condenado a muerte en 1989 por el asesinato el 19 de julio del año anterior del policía Elston Howard, que en ese entonces tenía 24 años.
De acuerdo con documentos judiciales, Jennings y su amigo David Lee Harvell salieron esa noche hacia un club de striptease, pero cuando no les dejaron entrar por no llevar documentación, optaron por robar una librería erótica.
Jennings entró al negocio revolver en mano. El dependiente de la tienda que estaba asaltando yacía esposado sobre el mostrador por un policía encubierto que minutos antes lo había arrestado por haberle mostrado películas pornográficas ilegalmente.
Jennings apuntó al policía y jaló del gatillo cuatro veces. Acto seguido, robó la tienda y regresó al vehículo con su cómplice, pero al contarle lo que había sucedido su amigo le disparó en la mano y lo echó del carro.
A Jennings lo encontraron horas después en un hospital de Houston al que acudió para tratarse la herida de bala y confesó el asesinato del policía.
A sus 30 años, no era el primer robo de Jennings ni la primera vez que iba a la cárcel. Lo condenaron a muerte. Harvell recibió una pena de 55 años.
Jennings fue el primer ejecutado este año en el país. En 2018 25 presos cumplieron la pena de muerte.
Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976, en el país han sido ejecutados 1.491 reos, 559 de ellos en Texas.