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Tras Abdicación Japón Entra en Nueva Era

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Tras Abdicación Japón Entra en Nueva Era

+ La etapa que comienza se llamará Reiwa, apela a la armonía y se iniciará en mayo, cuando suba al trono el nuevo emperador Naruhito

Japón ya tiene nombre para la era que empezará el 1 de mayo, cuando el príncipe Naruhito ascienda al trono del Crisantemo tras la abdicación de su padre, el emperador Akihito. En una comparecencia ante la prensa retransmitida en directo, el secretario del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, ha divulgado los dos caracteres que identificarán eternamente el reinado del nuevo soberano: Reiwa, formado por kanji -ideogramas de origen chino- traducibles, respectivamente, como “agradable” u “orden”, y “armonía” o “paz”.

Su significado, no obstante, debe interpretarse como “el nacimiento de una civilización donde los seres conviven en armonía”, ha precisado después el primer ministro, Shinzo Abe. El nombre de la nueva era procede del Manyoshu, una colección de poemas japoneses del siglo VII que describen los cambios en las estaciones del año y en la naturaleza. Rei, en esta colección, alude a las flores del ciruelo, entre las primeras en brotar después del invierno. “La primavera llega tras un invierno duro, este nombre quiere marcar el inicio de una etapa de esperanza”, ha señalado Abe.

El nuevo nombre para el mandato de Naruhito comenzará a utilizarse tan pronto el nuevo emperador suba al trono, dentro de un mes exacto, en monedas, calendarios, permisos de conducir o documentos oficiales. Japón utiliza tanto el calendario occidental como su sistema de división en eras, conocido como gengo. El año 2019, por tanto, pasará a ser también “el año 1 de la era Reiwa”.

En Japón, el nombre de una era se identifica con el sentimiento nacional y la cultura imperante de una etapa específica, de modo similar a como en España se usan expresiones como “la Transición”, “la posguerra” o “el Siglo de Oro” para aludir no solo a momentos históricos, sino a la mentalidad y las tendencias sociales y culturales de unos años específicos.

Por ello, la selección de un nombre se efectúa con sumo cuidado. Si antes correspondía a la corte, desde el final de la Segunda Guerra Mundial la Constitución pacifista, que privó al emperador de cualquier función política, asigna este deber al Gobierno nipón, que lo ha asumido ya en dos ocasiones: en 1989, a la muerte del emperador Hirohito, y ahora.

En esta ocasión, el Ejecutivo de Shinzo Abe encargó a un comité de sabios sus propuestas para designar la nueva era. Los expertos, de los campos de la literatura y la historia japonesas, la literatura china, o la historia de Asia Oriental, se pusieron manos a la obra en el mayor de los secretos.

Antes de que Suga anunciara, enseñando con los brazos en alto la caligrafía con los dos ideogramas enmarcados, las apuestas se inclinaban a que al menos uno de los caracteres recogería la idea de “paz” o “armonía”, como ha ocurrido en la mayoría de las eras.

El primer soberano que renuncia al trono en 200 años

En la etapa moderna, Japón ha vivido ya cuatro eras: la Meiji, o “gobierno iluminado” (1868-1912); la Taisho o “gran legitimidad” (1912-1926); Showa, o “paz y armonía” -la nueva era de Naruhito repetirá uno de los caracteres de la era de su abuelo Hirohito, el carácter wa o “armonía”-, entre 1926 y 1989, y la actual, Heisei o “logro de la paz”. La era Heisei terminará el 30 de abril, cuando el emperador Akihito, de 85 años, renuncie al trono en una ceremonia de abdicación.

El actual emperador dio a conocer en agosto de 2016 que quería abdicar, por considerar que su salud no le seguiría permitiendo cumplir sus funciones con la energía debida. Es el primer soberano japonés que renuncia al trono en 200 años, y para que pudiera hacerlo el Parlamento nipón tuvo que aprobar una legislación especial: la posibilidad de renunciar no estaba prevista en la ley sobre la Casa Imperial.

Su renuncia ha permitido una innovación en el protocolo: en lugar de anunciar el nombre de la nueva era a la muerte del antiguo emperador y la subida al trono del nuevo, se ha hecho un mes antes del relevo. Eso dará suficiente tiempo a los funcionarios a actualizar sus ordenadores con la nueva denominación y a imprimir nuevos calendarios.

Según ha precisado Abe, la nueva era que comenzará el 1 de mayo “simboliza la larga tradición y la profunda cultura pública» de Japón. “Igual que las maravillosas flores de ciruelo en pleno esplendor marcan la llegada de la primavera tras un duro invierno, cada ciudadano japonés puede tener esperanza en el futuro y hacer que se abran sus propias flores”, ha añadido.

Es la primera vez que el nombre de una nueva era se inspira en una pieza de la literatura japonesa, ha precisado el conservador Abe; hasta ahora se había recurrido a la china. Con la nueva denominación y sus connotaciones poéticas, Japón quiere abrir una nueva era de esperanza, en la que organizará unos Juegos Olímpicos el año que viene y un G20 dentro de tres meses.

Cerca de un 70% de los japoneses considera que la era Heisei a punto de terminar fue una buena etapa para su país, según una encuesta para la agencia de noticias Kyodo. Los años del emperador Akihito hicieron honor al nombre de la era. En ella, Japón ha vivido una etapa de paz. Pero también ha afrontado un estancamiento económico del que no termina de salir, y momentos difíciles como el ataque con gas sarín contra el metro de Tokio en 1995 o -sobre todo- el terremoto y accidente nuclear de Fukushima en 2011. Un 70% de los encuestados considera ese suceso el acontecimiento doméstico más significativo de la era Heisei.

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