El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó el lunes que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) informará a los médicos que el uso de acetaminofén, conocido genéricamente como paracetamol, durante el embarazo “puede estar vinculado a un riesgo significativamente elevado de autismo”, a pesar de décadas de evidencias que avalan su inocuidad.
“Se recomienda encarecidamente que las mujeres limiten el consumo de Tylenol durante el periodo de gestación, salvo que sea necesario por razones médicas”, como para tratar la fiebre, “si no puedes evitarlo”, expresó Trump.
Los expertos sostienen que el autismo es provocado por una variedad de factores y que la investigación sobre la asociación entre el uso de Tylenol en el embarazo y el autismo no está concluyente.
El acetaminofén ha sido considerado la única alternativa de venta libre segura para el manejo del dolor o la fiebre en mujeres gestantes. Otras alternativas comunes para aliviar el malestar, como el ibuprofeno o la aspirina en dosis regulares, pueden incrementar el riesgo de complicaciones severas durante el embarazo. Ignorar el tratamiento de una fiebre también puede suponer riesgos significativos tanto para el feto como para la mujer embarazada.
Hablando desde la Oficina Oval junto al secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. , Robert F. Kennedy Jr. , el comisionado de la FDA, Dr. Marty Makary, el director de los Institutos Nacionales de Salud, Dr. Jay Bhattacharya, y el administrador de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, Dr. Mehmet Oz, Trump no limitó sus observaciones al Tylenol en el embarazo. Defendió la idea de espaciar las vacunas infantiles e incluso de posponer la vacuna contra la hepatitis B para los recién nacidos —una estrategia de salud pública que llevó a la infección en niños a estar al borde de su eliminación— hasta los 12 años.
Es “demasiada sustancia líquida, una variedad excesiva de cosas diferentes están siendo introducidas en ese bebé”, comentó Trump, sin presentar evidencia adicional.
Investigaciones exhaustivas han demostrado que no hay relación entre las vacunas y el autismo.
A pesar de ello, los mensajes de Kennedy y la FDA el lunes fueron más cautelosos que las reiteradas advertencias de Trump de evitar el Tylenol durante el embarazo y no administrarlo a los bebés. La comunicación de la FDA a los médicos establece que “no se ha comprobado una relación causal” entre el Tylenol y el autismo, y que “existen estudios en contra en la literatura científica”.
Kennedy mencionó que el HHS iniciará una campaña de servicio público para educar a las familias y proteger la salud pública, y que “incentivaría a los médicos a ejercer su mejor juicio” acerca del uso de acetaminofén en el embarazo.
El productor de Tylenol, Kenvue, indicó a principios de este mes que había estado involucrado en un “intercambio científico” sobre el asunto con representantes del HHS, y recomendó a las mujeres embarazadas hablar con su proveedor de atención médica antes de consumir cualquier medicamento de venta libre.
“El paracetamol es el analgésico más seguro para las mujeres en estado de gravidez cuando se necesita a lo largo de todo el periodo de gestación,” señaló la compañía en un comunicado emitido el domingo. “Sin su uso, las mujeres se ven obligadas a elegir entre opciones arriesgadas: tolerar dolencias como la fiebre, las cuales pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el hijo, o recurrir a alternativas más inseguras.
“La realidad es que más de diez años de estudios exhaustivos, apoyados por destacados expertos de la salud y organismos reguladores a nivel mundial, demuestran que no hay pruebas confiables que relacionen el paracetamol con el autismo. Respaldamos a los numerosos expertos en salud pública y medicina que han analizado esta evidencia y comparten este consenso”.
Oz mencionó que la FDA dará su aprobación a la utilización de leucovorina —un ácido folínico de calcio en altas dosis, comúnmente empleado en el tratamiento de pacientes oncológicos durante procesos de quimioterapia— para atender a niños con autismo.
Asimismo, la FDA restaurará la aprobación que había sido retirada anteriormente de Wellcovorin, un producto de marca de la leucovorina fabricada por GSK, según un comunicado en el Registro Federal.
La FDA solicitó a GSK que presentara una nueva solicitud con información adicional relacionada con la deficiencia de folato en el cerebro (CFD), una condición caracterizada por niveles reducidos de folato en el líquido cefalorraquídeo, el fluido que protege la médula espinal y el cerebro.
El número de diagnósticos de autismo ha experimentado un incremento. Alrededor de 1 de cada 31 niños fue diagnosticado con un trastorno del espectro autista a los 8 años en 2022, en comparación con 1 de cada 36 en 2020, conforme a los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. En 2015, la proporción era de 1 de cada 68 niños.
Los especialistas creen que existen múltiples factores que contribuyen a este incremento. La comunidad psiquiátrica amplió su definición de autismo en 2013, y ha aumentado la concienciación sobre los síntomas y la aceptación de diagnósticos, por lo que ya no es tan común que los padres duden en buscar apoyo. Además, se ha llevado a cabo un esfuerzo considerable para evaluar a un mayor número de niños pequeños en busca de autismo, dado que la intervención temprana puede mejorar notablemente los síntomas y habilidades de un niño a largo plazo.
Los expertos indican que la causa del autismo es multifacética.
Al igual que hay diversos genes implicados en distintos tipos de cáncer, se ha determinado que al menos 100 genes están relacionados con el autismo, según el Dr. Peter Hotez, pediatra que co-dirige el Centro para el Desarrollo de Vacunas en el Hospital Infantil de Texas. Asegurar que existe un único “culpable” que pueda curar o incluso provocar el autismo sería irresponsable, afirmó.
“Por lo tanto, por cada gen diferente relacionado con el autismo, realmente existe un tipo distinto de autismo, y es improbable que un único agente químico pueda abordar siquiera una pequeña parte de esos más de 100 genes asociados al autismo”, explicó Hotez el lunes a CNN, quien es padre de una hija con autismo y ha escrito un libro sobre esta condición.