Los senadores republicanos, incluido Mitt Romney, se alinearon el martes con los deseos del presidente Donald Trump de ampliar la mayoría conservadora en la Corte Suprema de Estados Unidos, lo que deja a los demócratas pocas esperanzas de bloquear la designación del reemplazante de la jueza Ruth Bader Ginsburg antes de las elecciones de noviembre.
Romney, un crítico de Trump entre los senadores republicanos, dijo que respaldará al nominado por el presidente, entregando a su partido el apoyo suficiente para celebrar una votación que llevaría al tercer nombramiento de Trump en el tribunal superior del país y le daría una mayoría conservadora de 6-3.
Trump ha dicho que planea anunciar a su nominado el sábado.
Él y otros republicanos rechazaron los argumentos demócratas de que el Senado debería esperar hasta que los votantes decidan si Trump es reelecto en noviembre. Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada el domingo mostró que la mayoría de los estadounidenses, incluidos muchos republicanos, también prefieren que el ganador de la elección haga la nominación.
«Tengo la intención de seguir la Constitución y los precedentes al considerar el candidato del presidente», dijo Romney.
Los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47 en el Senado. Cuatro republicanos tendrían que unirse a los demócratas para oponerse y bloquear la designación del nominado. Pero solo dos senadores han tomado esa posición: Lisa Murkowski, de Alaska, y Susan Collins, de Maine, que dijeron que el Senado no debería votar por un candidato este año.
Pese a esto hay suficiente apoyo entre los republicanos restantes para que se celebre una votación antes del 3 de noviembre, según dos asesores del partido que hablaron bajo condición de anonimato.
Ginsburg, una jueza pionera en la defensa de la igualdad de género, murió el viernes a los 87 años.
Los demócratas acusan a los republicanos de hipocresía y cuestionan que se negaron a considerar siquiera al candidato del presidente demócrata Barack Obama para ocupar un puesto vacante en la Corte Suprema en 2016, ya que era un año electoral.
Romney no se mostró preocupado por la proximidad de las elecciones y destacó que ese año en Washington había un presidente demócrata y un senado republicano, mientras que este año los republicanos controlan la Cámara alta y la Casa Blanca.
«Mis amigos liberales se han acostumbrado durante muchas décadas a la idea de tener un tribunal liberal. Y eso no está escrito en las estrellas», dijo a periodistas el excandidato presidencial.
El reemplazo de Ginsburg podría provocar que la Corte Suprema profundice su perfil conservador en temas como el aborto, la atención médica, los derechos de armas, el acceso al sufragio, las facultades presidenciales y otras esferas de la vida estadounidense.
Trump ha mencionado a dos mujeres a las que nombró jueces de la corte federal de apelaciones como posibles candidatas: Amy Coney Barrett y Barbara Lagoa, de origen cubanoestadounidense.
Trump se reunió con Barrett en la Casa Blanca el lunes y dijo que podría juntarse con Lagoa en Florida a finales de esta semana.